La recaudaci¨®n fiscal de este a?o rebasar¨¢ otra vez los presupuestos en medio bill¨®n de pesetas

Los ingresos del Estado superar¨¢n este a?o las cifras presupuestadas en casi 490.000 millones de pesetas (hasta 7,77 billones), casi un 6,5% m¨¢s de lo previsto, despu¨¦s de haber registrado un exceso de 750.000 millones en 1987. Los gastos (8,9 billones) tambi¨¦n rebasar¨¢n las cantidades inicialmente aprobadas por las Cortes, aunque en algo menos de 400.000 millones de pesetas. Ambas previsiones fueron confirmadas ayer por el secretario de Estado de Hacienda, Jos¨¦ Borrell, a la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso de los Diputados. La oposici¨®n parlamentaria critic¨® los reiterados excesos en la recaudaci¨®n, equivalentes para 1988 a una media de 60.000 pesetas por contribuyente.

Tres d¨ªas antes del anunciado env¨ªo a las Cortes de unos Presupuestos Generales del Estado para 1989 que elevan los ingresos en casi un 20% (hasta 8,73 billones de pesetas), Jos¨¦ Borrell inform¨® ayer a las Cortes, por iniciativa propia, de las previsiones de recaudaci¨®n y de gastos para 1988. Como ya sucedi¨® hace un a?o, la insistencia oficial en que se van a superar en 1988 las cifras inicialmente propuestas al Parlamento trata de restar importancia al incremento real de los ingresos para 1989. Aceptar este m¨¦todo llevar¨ªa a la conclusi¨®n de que el aumento efectivo ser¨ªa 6,5 puntos inferior al 19,7% propuesto, siempre que el pr¨®ximo a?o no se repita el exceso.

Cr¨ªticas de la oposici¨®n

El secretario de Estado de Hacienda se adelant¨® a las cr¨ªticas de la oposici¨®n, cuya estrategia en el debate de los presupuestos de 1988 parti¨® de descalificar las cifras propuestas por considerar subestimados los ingresos y los gastos, con el argumento de que las desviaciones van a ser en 1988 casi un 50% inferiores a las de 1987. Efectivamente, el a?o pasado, los ingresos rebasaron en un 12% las cifras presupuestadas, mientras que los gastos excedieron las dotaciones iniciales de las Cortes en un 5,5%, y ahora se apun ta otro 3,2% para 1988.Borrell atribuy¨® las desviaciones en los ingresos al aumento de la actividad econ¨®mica y de los beneficios de las empresas. Insisti¨® en que no han subido los tipos de los impuestos, sino que se han incorporado nuevos contribuyentes, sobre todo los 1,5 millones registrados en renta durante los ¨²ltimos dos a?os.

Por el lado de los gastos, el secretario de Estado reiter¨® que el sector p¨²blico no est¨¢ siendo expansivo, pues, si se suman los de todas las adminis traciones p¨²blicas, el gasto global ha bajado en los dos ¨²ltimos a?os desde el 41,9% del producto interior bruto (PIB) hasta el 40,9%, cifras que discrepan con la estabilizaci¨®n en torno al 42% estimada por el Banco de Espa?a con datos de la propia Hacienda, seg¨²n revel¨® Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n (CDS). Incluso trat¨® Borrell de extender esta misma l¨ªnea a las cifras de 1988 al advertir que los gastos estatales han crecido hasta finales de agosto en un 12,1 % en t¨¦rminos homog¨¦neos (m¨¢s de dos puntos por encima del crecimiento del PIB nominal) y que, si se descuentan los mayores pagos de intereses de la deuda p¨²blica debidos al cambio del calendario de amortizaciones, quedar¨ªan en el 6,6%.

La oposici¨®n, sin embargo, critic¨® el fuerte aumento de los ingresos y de los gastos, al tiempo que plante¨® dudas sobre la marcha del sector p¨²blico y de su d¨¦ficit en caso de que la mejora econ¨®mica se detuviera. "Ni siquiera me lo he planteado, porque esperamos que el crecimiento no se pare", respondi¨® Borrell.

Luis Ortiz, de la Democracia Cristiana, dijo que, sin los excesos en la recaudaci¨®n, el d¨¦ficit p¨²blico aumentar¨ªa este a?o en medio bill¨®n de pesetas, "porque no se percibe un esfuerzo de austeridad por v¨ªas distintas al aumento de ingresos".

Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n, del CDS, calific¨® de escandaloso el incremento de la recaudaci¨®n y dijo que la presi¨®n fiscal aumentar¨¢ este a?o casi dos puntos, el doble de lo presupuestado de una forma err¨®nea, y que puede repetirse para 1989. Rodrigo Rato, de AP, afirm¨® que la deuda p¨²blica ha pasado desde los dos billones de pesetas de 1982 hasta casi 16 billones. En el debate posterior, Borrell atribuy¨® los excesos en los gastos a cr¨¦ditos extraordinarios y a ampliaciones o incorporaciones aprobados por las Cortes.