S¨®lo para 'fans'
El cantante y compositor Jonathan Richman lleg¨® a la Sala Universal minutos antes de la hora prevista para el comienzo de su actuaci¨®n con un equipaje formado por un peque?o macuto y una guitarra el¨¦ctrica. Segundos despu¨¦s ya estaba en el escenario, enca?onado por seis focos de colores fijos y con la ¨²nica compa?¨ªa de un micr¨®fono y un amplificador. "Voy a presentaros a mi grupo", dijo se?alando la guitarra que le colgaba en bandolera, "se llama Fender Stratocaster". Una sobriedad esc¨¦nica aplastante que se prolonga a su m¨²sica, tan personal como su ani?ada imagen.La versi¨®n instrumental de su ¨²nico ¨¦xito, Egipcian reggae, le sirvi¨® para abrir el concierto. Ya estonces estaban claras las intenciones de un Richman que se encontraba ante su p¨²blico, un ej¨¦rcito de aut¨¦nticos fans que ve¨ªan entusiasmados c¨®mo en numerosas ocasiones el cantante norteamericano interrump¨ªa de mala manera un tema para dejar su guitarra en el suelo y cantar a capella.
Jonathan Richman
Jonathan Richinan (voz y guitarra el¨¦ctrica). Sala Universal. Madrid, 27 de septiembre.
Su voz, entra?able, juega continuamente con un personal sentido del ritmo, basado en melod¨ªas de los a?os cincuenta y comienzos de los sesenta y en no respetar estructura o l¨®gica alguna. Una anarqu¨ªa que tambi¨¦n est¨¢ presente en su repertorio, un repaso a su larga carrera, que pasa por canciones que pod¨ªan ser autobiogr¨¢ficas (Harpo), versiones (La bamba), temas de su ¨²ltimo elep¨¦ e incluso un instrumental a ritmo de pasodoble. La simplicidad pop llevada a sus ¨²ltimas consecuencias.
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