El taxi ... no tan blanco
Las quejas por las continuas irregularidades y el mal servicio siguen siendo el pan de cada d¨ªa de los taxistas madrile?os. La mala imagen del gremio lleva al autor de este art¨ªculo a reflexionar sobre sus causas y a denunciar la falta de pol¨ªticas adecuadas por parte de los responsables socialistas del Ayuntamiento de Madrid.
Las recientes quejas y art¨ªculos que en medios de comunicaci¨®n denuncian un c¨²mulo de irregularidades y anomal¨ªas en un sector del transporte de superficie tan popular como es el del taxi, sobre todo en materia de cobros abusivos, sugieren varias cuestiones.Es dif¨ªcil de entender que hasta el momento no se hayan acometido desde la Administraci¨®n una serie de cambios o modificaciones tendentes a cambiar las anquilosadas estructuras que vienen rigi¨¦ndo desde tiempo inmemorial un gremio en el cual se infringen de manera reiterada las normas que lo regulan, a pesar de haber peticiones en este sentido. Ello produce un perjuicio para los usuarios, por un lado, y para los taxistas asalariados, por otro.
Tambi¨¦n resulta arduo comprender que se siga permitiendo esa imagen que, lejos de disminuir, contin¨²a aumentando, y que desde puntos de gran afluencia de p¨²blico, for¨¢neo en muchos casos, como estaciones ferroviarias y de autobuses y aeropuerto, contin¨²a irradiando y propagando un ejemplo tercermundista, informal y pesetero.
Esto forzosamente conlleva a la larga un coste de imagen, tanto para el propio colectivo de profesionales como para las instituciones que tienen bajo su responsabilidad la ordenaci¨®n del mismo.
Medio alternativo
Conviene recordar aqu¨ª que el servicio de taxis no es forzosamente un medio que entre de manera directa en competencia con los otros sistemas de transporte, tanto de superficie como subterr¨¢neos. Es un medio alternativo y complementario, y se convierte casi en imprescindible para personas venidas de fuera, para la ocupaci¨®n hotelera, para el turismo y para muchos ciudadanos de edad avanzada con problemas de movilidad.
No es menos cierto que gran parte de las personas que salen en la noche madrile?a utilizan este medio para realizar sus desplazamientos, as¨ª como (mediante petici¨®n por tel¨¦fono) residentes en urbanizaciones del extrarradio, empresas para el reparto de paqueter¨ªa y documentaci¨®n.
Todo ello confiere a este sector una parcela bastante amplia que le es inherente dentro del conjunto de los medios de transporte. Un dato: diariamente, los ciudadanos o empresas que utilizan el taxi en la capital de Espa?a se gastan en ¨¦l, aproximadamente, 190 millones de pesetas.
La apat¨ªa, el desinter¨¦s y la desidia, con ligeras variantes, son el raqu¨ªtico bagage que el Partido Socialista Obrero Espa?ol puede ofrecer con respecto a este gremio desde su acceso al poder municipal en Madrid.
Esta pol¨ªtica ha contribuido a un aumento en la especulaci¨®n, lo que ha hecho que llegue a un 1.000% el precio de las licencias, que ha pasado de 700.000 pesetas al a?o en 1977 a casi ocho millones actualmente. Ha producido un deterioro y abaratamiento de la mano de obra, pues hay casi 80.000 cartillas, lo que dificulta una relaci¨®n laboral normal. Aqu¨ª, las pagas extraordinarias, las vacaciones y una jornada de ocho horas, en los asalariados, pertenecen a la historia. ,
La carencia de convenio actualizado desde hace ocho a?os, por culpa de todo lo anterior, as¨ª como el que la patronal est¨¦ en la ¨®rbita de la derecha m¨¢s soberbia y reaccionaria de este pa¨ªs, dificulta sobremanera cualquier tipo de negociaci¨®n que, partiendo de la l¨®gica y la coherencia, pretenda corregir algunas de las irregularidades existentes.
En resumen, todo lo anterior y algunas cosas m¨¢s que alargar¨ªan el presente art¨ªculo de manera considerable forman parte de los ingredientes que han llevado a este gremio del transporte a la situaci¨®n actual. Lo han introducido en una din¨¢mica de progresivo deterioro de la situaci¨®n socioprofesional de incalculables consecuencias, que, junto con la riada de infracciones a la normativa y a las leyes, nos sugiere que nos encontramos ante un colectivo al que todav¨ªa no ha llegado la hora del cambio, y mucho me temo que ni tan siquiera la de la reforma.
es secretario del sindicato del Taxi de Madrid de CC OO.
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