Juegos
Los Juegos de Barcelona viniendo, hay demanda de chavales adecuados al lema ol¨ªmpico, altius, fortius, citius, para trabajarles el m¨²sculo y que en 1992 defiendan el prestigio patrio. Trabajar el m¨²sculo a chavales altius, fortius, citius es loable tarea si no excluye bajitus, canijitus, lentitus, que tambi¨¦n son personas. Entre las infinitas m¨¢ximas y sentencias que ha conocido la humanidad, s¨®lo dos o tres se perpet¨²an por su verdad categ¨®rica y su finura intelectual. Una es mens sana in corpore sano (otra, "a quien Dios se la d¨¦, san Pedro se la bendiga"). In corpore sano, s¨ª, pero todos, estrechos de pecho incluidos. Porque ning¨²n juego ni orgullo -aun ol¨ªmpicos- justificar¨ªan, la aberraci¨®n de perfeccionar con deporte a los altos-fuertes-r¨¢pidos dejando el resto de la chavaler¨ªa marginada.
El deporte, componente b¨¢sico de la formaci¨®n integral, jam¨¢s fue prioridad en nuestro pa¨ªs, hasta ahora mismo. El fin verdadero de esta nueva pol¨ªtica, sin embargo, no es fomentar el deporte-formaci¨®n, sino el deporte-competici¨®n, para que una elite de atletas triunfe en 1992. La satisfacci¨®n ser¨¢ grande si se alcanza el objetivo, aunque puede acarrear serias frustraciones a cambio, pues el deporte-competici¨®n es generador, implacable de vencedores y vencidos, donde los menos dotados s¨®lo sirven para dar sombra al botijo.
Al botijo le va a dar sombra su padre, piensan los chavales menos dotados, y buscan actividades a su alcance. Por ejemplo, ver la televisi¨®n, que no produce agujetas y adem¨¢s est¨¢ limpia de tab¨²es. All¨ª s¨®lo salen las verdades de la vida. Salen gach¨ªs en brama y gach¨¦s acaball¨¢ndolas agarrados al mamel¨®n, lo del d¨ªa de la boda al oreo; salen viragos, pederastas, ¨ªncubos, s¨²cubos, venga jolgorio; salen can¨®nigos verriondos levantando la cogulla a prioresas con liguero; y m¨¢s cosas liberadas y verdaderas salen.
Cuando se manda a los chavalines a la cama, angelicos m¨ªos, van como motos. Luego hay curritos. En curritos somos una potencia mundial. Si por curritos fuera, en los Juegos de 1992, oro seguro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.