El reto de 1992
La culminaci¨®n del Mercado Interior Europeo, planeada para finales de 1992, afirma el autor de este art¨ªculo, supone un desaf¨ªo para las fuerzas sociales pol¨ªticas y culturales de los pa¨ªses de la Comunidad Europea, y ello en un doble sentido, ya que ofrece posibilidades y contiene riesgos.
Las posibilidades se ofrecen en m¨²ltiples aspectos. La integraci¨®n econ¨®mica -que no otra es la meta del Mercado Com¨²n- es una condici¨®n sine qua non para la aceleraci¨®n del proceso de integraci¨®n pol¨ªtica.El hecho de que en 1985 se emprendiera denodadamente la consumaci¨®n del Mercado Com¨²n no es ¨²nicamente consecuencia de la voluntad pol¨ªtica de los Gobiernos de los pa¨ªses miembros, sino, sobre todo, el resultado del desarrollo econ¨®mico mundial. El campo de actuaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales se ha visto reducido, a partir, sobre todo, de la ¨²ltima crisis del petr¨®leo. Los problemas existentes -en especial, acabar con el paro masivo y con la consiguiente descualificaci¨®n de millones de personas, as¨ª como la disminuci¨®n de las desigualdades regionales y la transformaci¨®n de las estructuras de la sociedad industrial- apenas si pueden ya solucionarse mediante los recursos de la econom¨ªa de cada Estado y de la pol¨ªtica financiera. Desde este punto de vista, la culminaci¨®n del Mercado Interior es una respuesta a esta situaci¨®n. Sin integraci¨®n econ¨®mica la Comunidad Europea no podr¨¢ mantener su puesto en la competencia mundial y tampoco podr¨¢ desplegar sus potenciales pol¨ªticos. Con este planteamiento est¨¢n de acuerdo los sindicatos europeos, como se puso de relieve durante el congreso de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos que tuvo lugar en Estocolmo en mayo del presente a?o.
Sin embargo, el proyecto europeo no puede limitarse ¨²nicamente al mercado. La opini¨®n de algunos ide¨®logos de que una pol¨ªtica econ¨®mica netamente liberal puede, a trav¨¦s simplemente del mercado, solucionar las cuestiones laborales y sociales hace mucho tiempo que ha sido refutada por la realidad.
El futuro de Europa se halla tanto en el despliegue de sus posibilidades econ¨®micas como en la conservaci¨®n y desarrollo de su cultura social. La oportunidad del escenario Europa se dar¨¢ en la medida en que se apoye en una elevada cualificaci¨®n escolar y profesional, en la calidad de sus productos y sus servicios, en la fuerza innovadora y en la investigaci¨®n com¨²n. Un proyecto como ¨¦ste exige, no obstante, un equilibrio entre los intereses sociales y econ¨®micos, salarios justos, autonom¨ªa de los interlocutores sociales, una distribuci¨®n justa del trabajo y de la riqueza de la sociedad y, no en ¨²ltimo lugar, unas relaciones sociales din¨¢micas. Si se produce un conflicto fundamental entre sindicatos y econom¨ªa, entre sindicatos y Gobiernos, no se podr¨¢ alcanzar la meta del Mercado Com¨²n. El Mercado Interior no puede ser decretado desde arriba. Tiene que poder apoyarse en una amplia afirmaci¨®n de los grupos sociales y de la opini¨®n p¨²blica.
Control del Parlamento
El Acta Europea ha fortalecido la capacidad de acci¨®n de la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas y ha ampliado las posibilidades del Parlamento Europeo, constituido por elecci¨®n directa. Pero a¨²n estamos lejos de poder subordinar la pol¨ªtica europea al poder decisorio y al control del Parlamento Europeo elegido libremente. Aunque, espec¨ªficamente para los sindicatos, el d¨¦ficit de democracia en la Comunidad ha constituido un importante handicap. La libertad de contratar y la competencia legislativa del Parlamento elegido democr¨¢ticamente son cuestiones interdependientes. Los Consejos de Ministros que carezcan de un control directo por el Parlamento no cuentan con la necesaria legitimaci¨®n democr¨¢tica. Por ello, el fortalecimiento del Parlamento Europeo es una prioridad en la pol¨ªtica europea de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES). Las propuestas de la CES para la configuraci¨®n del espacio social de la Comunidad son claras:
1. No queremos una armonizaci¨®n de las normas de protecci¨®n social y de los derechos de los trabajadores al nivel de la media europea. Exigimos una directiva en la que, como normativa b¨¢sica m¨ªnima, se garanticen los derechos sociales. En ello est¨¢ comprendido tambi¨¦n el derecho de todo trabajador a la negociaci¨®n colectiva. Para ello podemos contar con las bases establecidas en la Carta Social europea y por los convenios de las organizaciones laborales internacionales.
2. Las diferencias regionales, las diferencias entre pobres y ricos en la Comunidad Europea son estremecedoras. El desarrollo del Mercado Interior tiende a ocultar el peligro de que aumente esta disparidad. Por ello, una pol¨ªtica europea de desarrollo regional tiene que concentrar recursos en las regiones postergadas del Sur y del Norte, con objeto de mitigar la falta de desarrollo. A este fin es preciso, especialmente, la mejora de la infraestructura y de la cualificaci¨®n profesional, y una incentivaci¨®n espec¨ªfica del empleo. Esto no lo puede regular el mercado. Para ello es necesario un esfuerzo com¨²n determinado a nivel estatal.
3. El paro s¨®lo puede ser reducido a trav¨¦s de una pol¨ªtica coordinada que tenga como meta el crecimiento y el empleo. El dumping salarial y social es un procedimiento que, aunque embellezca las estad¨ªsticas oficiales sobre el paro, a la larga no sirven, en absoluto, para asegurar un trabajo cualificado como condici¨®n necesaria para un rendimiento econ¨®mico.
4. Los sindicatos y los empleadores, con ayuda de la comisi¨®n, tienen que hacer del di¨¢logo social una instituci¨®n en la que se intercambien puntos de vista y se adopten o preparen acuerdos. En el orden del d¨ªa hay que incluir temas como la Carta Social de la CE y la iniciativa para la formaci¨®n profesional y continua, as¨ª como el Estatuto para la Sociedad An¨®nima europea.
La Confederaci¨®n Europea de Sindicatos intervendr¨¢ con una sola voz a nivel europeo, y a trav¨¦s de las confederaciones miembros, en el marco nacional para participar en la configuraci¨®n del futuro de Europa: por una mayor democracia, por el progreso social y por el ¨¦xito econ¨®mico.
es el presidente de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos y presidente de la Confederaci¨®n Alemana de Sindicatos (DGB).
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