Pinochet "acepta y respeta" su derrota en las urnas
El presidente chileno, Augusto Pinochet, anunci¨® anoche que aceptaba y respetaba el veredicto mayoritario expresado el mi¨¦rcoles en el plebiscito. Pinochet, que vest¨ªa uniforme de jefe del Ejercito, dijo que! respetar¨¢ y har¨¢ respetar el resultado. La oposici¨®n democr¨¢tica chilena, por su parte, a trav¨¦s del portavoz del Comando por el No, el democristiano Patricio Aylwin, reiter¨® ayer su propuesta de "concordar con las fuerzas armadas los t¨¦rminos de un cambio pol¨ªtico institucional", lo que implica una reforma de la Constituci¨®n de 1980. El resultado ofrecido ayer por el Gobierno fue del 54,68% de noes frente al 43,04% de s¨ªes.
Despu¨¦s de la clara derrota en las urnas, los datos oficiales no difieren sustancialmente de los ofrecidos por la oposici¨®n, al Gabinete de Pinochet no le que daba otra alternativa que asumir su responsablidad por el desastre del mi¨¦rcoles y dimitir. Ayer por la ma?ana, los ministros presentaron su renuncia para que Pinochet tenga las manos libres para reconducir su gesti¨®n. Sin embargo, el general rechaz¨® anoche la renuncia de su equipo de Gobierno. Un comunicado oficial inform¨® que Pinochet reiter¨® "la total confianza" a todo su Gabinete por su "recto desempe?o en el acto plebiscitario, que se ha desarrollado de forma limpia y transparente". El general, que puede permanecer todav¨ªa un a?o en la presidencia, se reuni¨® ayer con los miembros de la Junta Militar.En la tarde de ayer circul¨® en Santiago el rumor sobre una eventual dimisi¨®n de Pinochet, lo que oblig¨® al ministro de Defensa, vicealmirante Patricio Carvajal, a dar un rotundo ment¨ªs.
En todo el mundo, las reacciones al triunfo del no han sido de casi un¨¢nime satisfacci¨®n. Estados Unidos felicit¨® al pueblo chileno por la realizaci¨®n pac¨ªfica del plebiscito y el respeto al resultado. Por su parte, el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores declar¨® ayer: "Cuando llegue la democracia, no cabe duda de que habr¨¢ un salto cualitativo en las relaciones diplom¨¢ticas y de todo tipo con Chile".
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El triunfo del 'no' abre grietas en el r¨¦gimen chileno
Viene de la primera p¨¢ginaLa Constituci¨®n de 1980 convierte a Chile en una especie de democracia vigilada. Pinochet sigue un a?o m¨¢s en la Presidencia y podr¨¢ continuar en su puesto de comandante en jefe del Ej¨¦rcito hasta 1997, m¨¢s el esca?o de senador vitalicio por su condici¨®n de ex presidente. Esta permanencia de un a?o m¨¢s al frente del Ejecutivo y al mando del Ej¨¦rcito hasta 1997 inspira desconfianza en la oposici¨®n.
Resulta dif¨ªcil aventurar cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n del general derrotado. Los actos de sabotaje en v¨ªsperas del plebiscito en forma de apagones, las insinuaciones del propio Pinochet de que andaban por las calles tipos armados con pasamonta?as, el retraso en reconocer la derrota con una manipulaci¨®n de resultados en las dos primeras apariciones p¨²blicas del portavoz oficial indican que todav¨ªa queda dentro del r¨¦gimen un alto potencial desestabilizador.
No cabe duda, sin embargo, que tiene raz¨®n el dirigente democristiano Patricio Aylwin, cuando dec¨ªa estos d¨ªas, que "no es lo mismo un general victorioso que un general derrotado". Con la derrota, bastante estrepitosa, Pinochet va a tener dificultades en congregar en torno a su persona la fuerza suficiente para ejercer sus poderes dictatoriales.
El primer tr¨¢nsfuga
Esto qued¨® claro en la madrugada de ayer. En ese mismo momento el bloque de apoyo al general empez¨® a mostrar grietas. Primero fue el presidente de Renovaci¨®n a Nacional (RN) y ex ministro del Interior pinochetista, Sergio Onofre Jarpa. En un debate televisado con Aylwin, Jarpa fue Ia primera figura del s¨ª que reconoci¨® la derrota.
No bastaba el reconocimiento de la derrota por parte de Jarpa. Faltaba la declaraci¨®n de derrota de alg¨²n representante del r¨¦gimen. Ese papel le correspondi¨® al comandante en jefe de la Fuerza A¨¦rea, general Fernando Matthei, que, al reconocer el triunfo del no, dio la puntilla a la posibilidad de seguir con la manipulaci¨®n de resultados.
La actitud de Matthei y el comportamiento ejemplar de las Fuerzas Armadas a lo largo de la jornada electoral, abren un resquicio a la esperanza. Sin embargo, la declaraci¨®n del ministro del Interior, Sergio Fern¨¢ndez, que ley¨® dos cuartillas escritas a mano con aspecto de apresuramiento, dejaron marcada la cancha. Definieron el marco que pretender¨¢ imponer en el futuro Pinochet. El ministro advirti¨® claramente la "decisi¨®n inquebrantable de cumplir y hacer cumplir la Constituci¨®n y la ley" como "¨²nica forma de garantizar la sana convivencia de los chilenos y la estabilidad del pa¨ªs".
En otro punto de la nota, le¨ªda por Fern¨¢ndez casi a las 3.00 de la madrugada de ayer (07.00 hora peninsular espa?ola), se afirma que "el desarrollo del pa¨ªs no puede detenerse por motivo alguno. La democracia que construimos tiene un lugar para todos los que creen verdaderamente: en ella. Esta es la hora de demostrar que sobre toda contingencia est¨¢ Chile y sus valores permanentes". Se desprende claramente de la nota la firmeza en la afirmaci¨®n de la Constituci¨®n de 1980 y en "la democracia que constru¨ªmos". Frente a esta declaraci¨®n, Aylwin, portavoz del Comando por el No, se pronunci¨® por un acuerdo nacional'.
El dirigente democristiano Aylwin concret¨® su propuesta de " concordar con las Fuerzas Armadas los t¨¦rminos de un cambio pol¨ªtico institucional, que se materialice, a la brevedad, en la realizaci¨®n de elecciones libres de Presidente de la Rep¨²blica y de un Congreso ¨ªntegramente elegido por sufragio popular e investido de plenas facultades constituyentes".
Esta pretensi¨®n de los ganadores del plebiscito est¨¢ en contradicci¨®n con la reafirmaci¨®n hecha por el r¨¦gimen. Se abre ahora una prueba de fuerza, para ver si realmente es posible redefinir los t¨¦rminos de la transici¨®n democr¨¢tica en Chile con una reforma de la Constituci¨®n de 1980. En este intento de reforma de la Constituci¨®n a los ganadores del plebiscito parece haberles salido un aliado en el bando del s¨ª. Un peso pesado de la pol¨ªtica chilena como es Jarpa reconoci¨® abiertamente el cambio del panorama pol¨ªtico chileno: "Yo creo, que cuando una sociedad evoluciona, cuando las circustancias pol¨ªticas cambian, habr¨¢ siempre la posibilidad de que la Constituci¨®n corresponda a la realidad del pa¨ªs y no que se transforme en un elemento ajeno a esa realidad".
La declaraci¨®n de Jarpa deja abierta la puerta a la formaci¨®n de un frente para la reforma constitucional que vaya m¨¢s all¨¢ de las l¨ªneas marcadas entre el s¨ª y el no en el pasado plebiscito.
Para dar un avance hacia la reforma constitucional, y proceder al desmantelamiento de la figura de Pinochet, se necesita la colaboraci¨®n de las Fuerzas Armadas. No est¨¢ claro todav¨ªa si en el interior de la instituci¨®n el resultado del plebiscito abrir¨¢ un proceso de reflexi¨®n y rectificaci¨®n hacia la reforma.
El democristiano Aylwin quiso tambi¨¦n dejar claro que el no a Pinochet no significa un cambio radical. Aylwin quiso tranquilizar a los sectores econ¨®micos del pa¨ªs. "No queremos borr¨®n y cuenta nueva, desconocer los aspectos positivos, queremos desarrollo y modernizaci¨®n. Queremos un pa¨ªs abierto a la exportaci¨®n, respaldar la iniciativa privada, lo que no significa que el Estado no deba jugar un papel, especialemnte en pol¨ªtica de educaci¨®n y salud, en grandes l¨ªneamientos. Creemos tambi¨¦n que hay que hacer rectificaciones ?mportantes en materia de justicia social. No queremos ni la estatizaci¨®n, ni la colectivizaci¨®n", subray¨® el pol¨ªtico de oposici¨®n.
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