Heinz K¨¹rsten
El foniatra de las gargantas de oro
Giulietta Simionato, Antonietta Stella, Franco Corelli, Piero Cappuccilli, Giuseppe di Stefano, Elisabeth Schwarzkopf, entre los de antes. Jos¨¦ Carreras, Alfredo Kraus, Pl¨¢cido Domingo, Jaume Aragall, Luciano Pavarotti, Mirella Freni, Agnes Baltsa, Montserrat Caball¨¦, por citar algunos de los actuales. Nadie ha arreglado tantas gargantas de oro como el foniatra vien¨¦s Heinz K¨¹rsten, a quien Christa Ludwig defini¨® un d¨ªa como "psicolaring¨®logo". ?l se considera s¨®lo un buen especialista que ha logrado conjugar su profesi¨®n, la medicina, con su eterna pasi¨®n, la ¨®pera.
Asegura no tener an¨¦cdotas que explicar, porque los cantantes son "gente normal". Asegura tambi¨¦n no haber recurrido nunca al placebo, porque sus clientes "no son personas locas". Pero alg¨²n poder especial de atracci¨®n debe tener este m¨¦dico vien¨¦s de mirada clara y gesto parsimonioso, por cuyo consultorio, desde hace 26 a?os, han pasado las m¨¢s grandes estrellas de la l¨ªrica, como testimonia una sala de espera abarrotada de fotograf¨ªas dedicadas. "El problema muchas veces no es la voz, sino todo el cuerpo, incluida naturalmente la mente", confirma."A menudo se piensa que los cantantes anulan por nervios o miedo, sin estar realmente enfermos. Mi experiencia me dice que esto ocurre en contadas ocasiones. Si usted tiene algo en su dedo y no es pianista, pongamos por caso, no tiene ning¨²n problema, puede tranquilamente seguir con su actividad. Pero un peque?o resfriado para un cantante puede representar un problema grave, que le obligue a suspender su actuaci¨®n", dice.Pero, por encima de las enfermedades puntuales, K¨¹rsten manifiesta que los problemas frecuentemente no vienen de los int¨¦rpretes, sino de sus profesores, sus apoderados y el propio sistema oper¨ªstico, que obliga a unos esfuerzos para los que asegura no tener ninguna receta maravillosa.En un aparte ir¨®nico confiesa que quienes no suelen tenerle excesiva simpat¨ªa son los directores de orquesta. Ellos querr¨ªan tener siempre el mejor reparto en sus funciones y no se conforman f¨¢cilmente cuando K¨¹rsten prescribe la cancelaci¨®n. A pesar de ello, entre los ilustres que han pasado por su consultorio se cuentan el desaparecido Karl B?hm y tambi¨¦n Herbert von Karajan, en tanto que persona que debe tener la voz en su sitio para hablar a sus m¨²sicos y que, adem¨¢s, necesita conocer los secretos de la garganta como director oper¨ªstico. Y a ¨¦l han acudido tambi¨¦n actores de teatro y rockeros como Klaus Meine, vocalista de Scorpions.
Entre sus muchos recuerdos figura con letras de oro el retiro profesional de la mezzosoprano Giulietta Simionato, que ¨¦l conoci¨® antes que nadie. La cantante fue a verle despu¨¦s de una representaci¨®n en la que hab¨ªa notado molestias y, tras la visita, quiso saber si su voz volver¨ªa a ser la de antes. K¨¹rsten no le minti¨® y la gran Simionato, en ese mismo instante, dio por concluida su carrera.
Pese a su familiaridad con los grandes de la l¨ªrica, K¨¹rsten dice no haber sentido nunca la tentaci¨®n de convertirse en uno de ellos. Cuando se le pregunta al respecto se muestra absolutamente tajante: "No me gustar¨ªa nada. He tenido la suerte de combinar mi profesi¨®n con mi afici¨®n, y eso me basta".
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