Los jugadores de los Celtics de Boston reconocen en Madrid que no saben nada del baloncesto europeo
Los Celtics de Boston llegaron ayer a Madrid disfrutando, como era l¨®gico, de asientos de primera clase y sin demasiada idea de lo que ven¨ªan a hacer por Europa salvo jugar un par de partidos. Rodeados de un gran despliegue de seguridad, abandonaron el aeropuerto en breves minutos. Por la tarde se entrenaron. "?Es usted el mejor del mundo?", le preguntaron a Larry Bird. "Creo que no", se limit¨® a contestar. "?Sabe algo del baloncesto espa?ol". "Nada de nada", concluy¨®. ?Sabe que es un ¨ªdolo para los ni?os espa?oles?". "Eso me han dicho, pero no he podido comprobarlo a¨²n".
Los Celtics ya est¨¢n en Madrid, ciertamente relajados, pensando que se trata de un desplazamiento realmente ex¨®tico. En el avi¨®n, un jugador le pregunt¨® a un periodista espa?ol que se desplaz¨® con el equipo: "?Qu¨¦ nivel tienen los clubes en Madrid". "?Nivel?", "?a qu¨¦ te refieres, a c¨®mo juegan?", pregunt¨® extra?ado el periodista por el hecho de que el jugador concretara tanto su pregunta sobre Madrid. "?No!,?no!", exclam¨® el jugador, "me refiero a los nightclubes". La escena resume hasta qu¨¦ punto Europa, baloncest¨ªsticamente hablando, sigue siendo una inc¨®gnita, una especie de continente muy lejano, para estos jugadores.El propio Larry Bird manifestar¨ªa m¨¢s tarde que, concretamente, s¨®lo sab¨ªa que ten¨ªan que disputar un par de encuentros, pero no pudo detallar ni rivales ni lo que estos significaban. "?Pero le gusta la idea de jugar aqu¨ª?", le preguntaron tras su primer entrenamiento. "Es una gran experiencia jugar fuera de Estados Unidos". Larry Bird, igualmente, descart¨® que jugara, si ello fuera posible, en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. "En 1992 me retirar¨¦ y aunque defender la camiseta americana es un gran orgullo, para ese a?o habr¨¢ otros jugadores mejor dispuestos a ello". Quienes le conocen bien, o quienes conocen la trayectoria de este jugador, saben que cuando dice una cosa la cumpie. Por eso, la gerencia de los Celtics no dud¨® en cerrar la negociaci¨®n de su ampliaci¨®n de contrato, firmado hace escasamente 24 horas. Larry Bird hab¨ªa dicho: "La temporada empieza el 7 de noviembre". Y eso quer¨ªa decir que, despu¨¦s del 7, no habr¨ªa ninguna posibilidad, ninguna, de un acuerdo.
En serio
Ram¨®n Rivas, jugador puertorrique?o, que actu¨® recientemente en los Juegos de Se¨²l y ahora lucha por obtener una plaza dentro de la plantilla de los Celtics, conoce mejor el baloncesto que se practica en otros continentes. Rivas confirm¨® que sus nuevos colegas lo desconoc¨ªan casi todo sobre lo que iban a hacer en Madrid.-La visita de los Celtics no es, por otra parte, una frivolidad para ellos mismos. Las especiales reglas de la NBA s¨®lo permiten que cada club dispute ocho partidos de preparaci¨®n antes del comienzo de la temporada. Esa norma ha impedido, en muchos casos, que equipos de la NBA se desplacen a Europa por estas fechas o en fechas anteriores, porque corr¨ªan el peligro de que la NBA contase estos partidos como oficiales de preparaci¨®n, o bien de granjearse alg¨²n enfrentamiento con el sindicato de jugadores. Los Celtics han venido a jugar el torneo McDonald's conscientes de que, en Madrid, emplear¨¢n dos de los ocho cartuchos de que disponen para preparar la temporada. Lo de jugar en Madrid, por tanto, va en serio; no vienen de vacaciones.
A pesar de un largo viaje, que incluyendo el desplazamiento entre Boston y Nueva York dur¨® un total de diez horas, los Celtics se entrenaron por la tarde durante hora y media, un entrenamiento completo, hecho que dudosamente har¨ªan muchos clubes europeos despu¨¦s de tan largo trayecto y a falta de dos d¨ªas para el primer partido. Tras los Celtics se entren¨® el Scavolini italiano, que empez¨® la competici¨®n hace unos d¨ªas. Ya la gente empez¨® a comparar y encontr¨® diferencias. Los Celtics se entrenaron con m¨¢s intensidad y dedicaci¨®n. Y cuando se entrenan, no hay estrellas en el equipo. Todos por igual.
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