El bar¨®metro del descontento
El Gobierno regional de la provincia aut¨®noma de Voivodina se vio obligado a dimitir tras la fuerte presi¨®n ejercida por m¨¢s de 100.000 ciudadanos reunidos en Novi Sad, capital de la provincia, durante toda la noche del pasado 6 de octubre. Fue un verdadero golpe popular, ¨²nico en la historia de Yugoslavia, coment¨® el diario Borba. En los ¨²ltimos tres meses, unos dos millones de personas han participado en las diferentes manifestaciones convocadas para pedir la soluci¨®n a los conflictos ¨¦tnicos en Kosovo, la renuncia de dirigentes y la mejora del nivel de vida.Esta toma de las calles para expresar el descontento y ejercer la presi¨®n pol¨ªtica ha suscitado temores, inquietudes y cr¨ªticas entre los dirigentes del pa¨ªs. Sin embargo, a¨²n no hay una opini¨®n uniforme al respecto: unos argumentan que la pol¨ªtica callejera es un peligro para el sistema legal y para las instituciones, mientras que otros la ven como un bar¨®metro de la magnitud del descontento.
?Permite el sistema pol¨ªtico yugoslavo la canalizaci¨®n organizada del descontento y el control popular de los gobernantes? El sistema es piramidal. En las f¨¢bricas, en las c¨¦lulas del partido, en las organizaciones M barrio, la ciudadan¨ªa elige a sus delegados, que posteriormente eligen a los suyos, y as¨ª hasta llegar a la cumbre del poder estatal y pol¨ªtico. En ausencia del voto directo, la base desconoce a sus representantes y su acceso a los mismos es reducido; o mejor dicho, imposible. M¨¢s a¨²n, con el sistema del liderazgo colectivo la responsabilidad del individuo se minimiza. Nunca queda perfectamente claro a qui¨¦n hay que dirigirse para expresar las demandas, el descontento o simplemente exigir responsabilidades.
Durante esta reuni¨®n del partido, iniciada el lunes, casi todos los oradores se han pronunciado a favor de la democracia y admitido que la presi¨®n callejera es muy peligrosa, ya que se presta a m¨²ltiples manipulaciones. Sin embargo, nadie ha definido qu¨¦ entiende bajo el t¨¦rmino democracia. Poco se habla del voto directo y del cambio del sistema de delegados. Y fue precisamente la imposibilidad de este sistema para absorber los diferentes intereses pol¨ªticos lo que empuj¨® a las masas a salir a la calle.
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