Manuel Puig escribe m¨¢s de afecto que de sexo en su ¨²ltima novela
Cae la noche tropical y dos ancianas que charlan en un sal¨®n de R¨ªo de Janeiro encienden la luz porque la penumbra es propia de casas de ancianos solos. De su conversaci¨®n se deduce que ambas mujeres fueron felices, tuvieron familia y compa?¨ªa, y que ahora se esfuerzan en la cotidiana "¨¦pica de la vejez" como la llama Manuel Puig, el escritor que las ha creado. El conjunto de todo ello es Cae la noche tropical (Seix Barral), que el autor de El beso de la mujer ara?a o La traici¨®n de Rita Hayworth presentar¨¢ hoy en Madrid.
De lo que la anciana m¨¢s animosa le cuenta a la otra se deduce tambi¨¦n la historia de una vecina, de esperanza y soledad. Esa es justamente una de las t¨¦cnicas que individualizan al ya veterano Puig, argentino de 55 a?os, autor de una decena de t¨ªtulos entre los que se incluyen dos obras de teatro y dos guiones de cine: suele encontrar voces que, en lugar suyo, cuenten una historia. Su voz le aburre, dice.Puig no s¨®lo no cree que el di¨¢logo en castellano suene falso, como se ha dicho, sino que en su opini¨®n suena mejor a¨²n que en otros idiomas, al contar con innumerables dialectos: el espa?ol, el argentino, el caribe... Los cr¨ªticos le han sabido reconocer un virtuosismo en el di¨¢logo, aunque algunos, sobre todo a prop¨®sito de su ¨²ltima novela, Sangre de amor correspondido (1982), le han acusado de copiar de una cinta grabada. Es cierto que la novela se basaba en las grabaciones del lenguaje metaf¨®rico de un alba?il, dice Puig, pero posteriormente esas grabaciones fueron manipuladas como material art¨ªstico.El aspecto de Puig se corresponde con la vida de trabajo, playa y viejos v¨ªdeos que lleva en R¨ªo de Janeiro, en un piso frente al mar. Viaja con frecuencia porque, pol¨ªglota, tiene el prurito de revisar directamente sus traducciones: al italiano son f¨¢ciles, al ingl¨¦s, complejas, y al franc¨¦s, sumamente dif¨ªciles pues lo que suena alambicado en castellano puede sonar natural en franc¨¦s.
No volver¨¢
Argentina no es ya el pa¨ªs l¨²gubre del que se march¨®, pero Puig no tiene intenci¨®n de regresar. El dice que por razones pr¨¢cticas -instal¨® a sus padres, mayores, en Rio-, pero al paso va dejando caer viejos reproches que el tiempo ha ido endureciendo. Y no tan viejos: no comprende que los argentinos simplemente ignorararan El beso de la mujer ara?a cuando por fin acab¨® la censura, y que tuvieran que esperar a la pel¨ªcula para hacerle caso. El beso..., tambi¨¦n llevada al teatro en Espa?a, es una larga conversaci¨®n en una c¨¢rcel de la dictadura argentina, entre un homosexual y un preso pol¨ªtico.Entre los varios temas que cruzan su obra figura la preocupaci¨®n por la opresi¨®n sexual. En Cae la noche tropical, el sexo -y es ¨¦l quien insiste en ello- ha sido sustitu¨ªda por el afecto. En la conversaci¨®n se nota la permanencia de sus viejas obsesiones. En su novela s¨®lo hay seres que buscan afecto y huyen de la soledad.
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