La intolerancia domina la campa?a electoral israel¨ª
El ambiguo mensaje negociador laborista pierde fuerza ante la postura inflexible del conservador Likud
VICTOR CIGYELMAN, D¨ªa tras d¨ªa, a medida que se aproximan los comicios israel¨ªes del 1 de noviembre, crece la violencia electoral, en especial contra el m¨¢ximo dirigente laborista, Sim¨®n Peres. La polic¨ªa ha debido intervenir varias veces para proteger a Peres y ha detenido a manifestantes derechistas para que ¨¦ste pueda hacerse o¨ªr en los m¨ªtines electorales. La campa?a electoral de la derecha le trata de traidor y muestra su rostro en televisi¨®n confundido con el de Yasir Arafat, l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). La violencia y la intolerancia campean en las v¨ªsperas de las elecciones.
Las encuestas dan cierta ventaja al campo nacionalista, que comprende el Likud m¨¢s los tras situados a su derecha, sobre el campo razonable, sensato de los laboristas m¨¢s los grupo a su izquierda y el centro. A m¨¢s que los laboristas puede aspirar en las elecciones del de noviembre es a un empate tal corno ocurri¨® en los comicios pasados, seg¨²n afirma muchos analistas. De ocurrir esta eventualidad, es posible que vuelva a repetirse la experiencia de un Gobierno de Un dad Nacional.
Posible, pero poco probable. El antagonismo entre Shamir Peres, tanto pol¨ªtico como personal, se ha agudizado desd entonces. Si una cierta cooperaci¨®n era posible en los inicio del actual Gobierno para la re tirada de las tropas israel¨ªes di L¨ªbano y frenar la inflaci¨®n galopante, los problemas que se encuentran hoy d¨ªa en el centre del debate p¨²blico -las negociaciones de paz y territorio ocupados- divididen profundamente a ambos l¨ªderes pol¨ªticos.
En el clima actual, Shamir puede mirar las cosas con m¨¢s optimismo que su rival laborista. Si su campo obtiene aunque no sea m¨¢s que una peque?a ventaja en las elecciones -por ejemplo, 51 diputados contra 48-, Shamir no deber¨ªa tener problemas para formar una coalici¨®n de Gobierno con los partidos religiosos. ?stos obtienen habitualmente unos 12 diputados, y su tendencia dominante es el nacionalismo anexionista.
Un Gobierno nacionalista religioso, con una mayor¨ªa de 62 o 63 diputados sobre 120, podr¨ªa embarcarse en una pol¨ªtica de colonizaci¨®n, y despu¨¦s -de anexi¨®n, sin enfrentar grandes problemas desde el laborismo y la izquierda.
Los laboristas y el cambio
La mayor desventaja a la que se que enfrentan los laboristas en su campa?a es, parad¨®jicamente, su apuesta por el cambio.
Todo cambio implica riesgos y desata los temores a lo desconocido y al futuro. Significativamente, el Likud ha colgado una etiqueta a Peres: el aventurero.
El mensaje de Shamir, inmovilista y prudente, es m¨¢s f¨¢cil de comprender. Los israel¨ªes est¨¢n m¨¢s acostumbrados al lenguaje resuelto, valeroso y nacionalista que utiliza Shamir. Les es familiar, les inspira confianza. Las explicaciones apasionadas pero m¨¢s complejas de Peres pueden convencer a expertos, a periodistas, a militantes, pero no al hombre de la calle.
Los israel¨ªes desconf¨ªan de los ¨¢rabes, y por eso resulta efectivo el mensaje simple y directo del Likud. "No debemos ceder", dice el Likud. "Es imposible entregar Gaza y Cisjordania por tres razones: es la tierra prometida, tenemos sobre ella derechos hist¨®ricos y la necesitamos para la seguridad de Israel".
La campa?a laborista, en cambio, no es tan clara ni tan simple. "Paz por territorios", dicen los laboristas, porque la paz es un elemento crucial de la seguridad". Pero los laboristas no hablan de entregar Jerusal¨¦n este, ni los barrios ¨¢rabes cercanos a Jerusal¨¦n, ni el valle del Jord¨¢n, ni muchos otros lugares. Entonces, muchos israel¨ªes no comprenden por qu¨¦ esta oferta va a ser mejor aceptada por los ¨¢rabes que el no de Shamir.
El factor palestino
La OLP, por su parte, ha llamado a los votantes ¨¢rabes a no abstenerse y a favorecer a "todas las opciones que defiendan la paz", lo cual puede beneficiar al bloque laborista. Si los electores ¨¢rabes respetan la consigna -de la OLP y no siguen su costumbre de abstenerse, ello podr¨ªa significar unos cuatro o cinco diputados m¨¢s para el campo de Peres, lo que puede resultar decisivo en una campa?a re?ida.
[Fuerzas de seguridad israel¨ªes detuvieron al menos a 30 periodistas y sindicalistas palestinos en una amplia redada en la madrugada de ayer, informa Reuter. Seg¨²n fuentes palestinas, las detenciones pueden estar reacionadas con un previsible aumento de las protestas antisrael¨ªes tras las elecciones de la pr¨®xima semana.]
Tanto las encuestas como las investigaciones sociol¨®gicas muestran que los j¨®venes de menos de 25 a?os, en primer lugar, votan por los extremos, preferentemente por la extrema derecha. Es posible que sea un efecto de respuesta ante la intifada, que ha volcado a unos hacia un endurecimiento y a otros a una mayor presi¨®n en torno a la paz y la negociaci¨®n inmediatas.
Los laboristas, pese a su campa?a por los cambios, a¨²n son vistos por la mayor¨ªa como el partido del poder, de los ricos, de los ashkenazim (los jud¨ªos provenientes de Europa). El pueblo, los sefard¨ªes (originarios de Espa?a y provenientes de los pa¨ªses ¨¢rabes), no tienen confianza en Sim¨®n Peres. Ellos siguen siendo v¨ªsceralmente nacionalistas, anti¨¢rabes.
Los observadores est¨¢n de acuerdo en que ¨¦sta es una de las grandes tragedias de los laboristas en la actualidad. Y posiblemente, tambi¨¦n la tragedia de Israel.
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