La violinista Glass, estrella de 17 a?os

El primer concierto de abono de la Orquesta Nacional, dirigida por Jes¨²s L¨®pez Cobos, estuvo dedicado a Mende1ssolin, con preciosas versiones de El sue?o de una noche de verano, el Concierto en mi menor para viol¨ªn y orquesta y la Sinfon¨ªa n¨²mero 3, 'Escocesa'. Todas las versiones fueron transparentes, equilibradas, luminosas y, como es propio del compositor, serenamente apasionadas, valga la paradoja.El m¨²sico, en el que "todo es perfecto y bello por la refinada e inteligent¨ªsima precisi¨®n", como escribe Heine,'significa un matiz diferente dentro del panorama rom¨¢ntico alem¨¢n, y las tres o,bras escuchadas ahora bastarian para atestiguarlo, tanto cuando parte de ideas po¨¦ticodram¨¢ticas como cuando obedece a sugerencias geogr¨¢ficas de viajero. Este rom¨¢ntico sin tormento, de feliz existencia, perteneciente a una familia econ¨®micamente pujante, fue hombre culto que tanto se dej¨® ganar por Cervantes (Las bodas de Camacho) como por Shakespeare (El sue?o de una noche de verano). S abio renovador -aunque no lo pareciese- en su juntura de valores cl¨¢sicos y rom¨¢nticos, ya a los 17 a?os ofrec¨ªa las caracter¨ªsticas de su estilo, con aire de madurez, en la obertura de El sue?o... (1827), a la que a?adir¨ªa m¨¢s tarde los fragmentos que constituyen su partitura esc¨¦nica para la pieza shakespeariana. Su concepto nov¨ªsimo del scherzo, la m¨²sica m¨¢s a¨¦rea que se haya escrito, animar¨ªa en el fondo gran parte de su obra, cuando no se expresaba a trav¨¦s de una comedida melancol¨ªa.0

Redescubrimiento

La Sinfon¨ªa Escocesa, como la Italiana, o la obertura de La gruta de Fingal, constituyen reflejos del artista viajero que supo mirar su entorno con los ojos bien abiertos y la sensibilidad porosa en tanto su amor por los grandes barrocos le lleva al redescubrimiento de las Pasiones de Bach o a la creaci¨®n de sus oratorios parabarrocos: Paulus, El¨ªas. Si El sue?o de una noche de verano traduce el mundo fant¨¢stico de los bosques y las hadas, la Escocesa pinta con tanalidades tenues un paisaje distante al de las luces meridionales que nos trae la Italiana. El Concierto en mi menor objetiva el vuelo m¨¢gico del estilo mendelssoliniano en una obra de suprema elegancia. M¨¢s si tiene una protagonista como la diecisietea?era berlinesa Elisabeth Glass, cuyo deb¨² con la Filarm¨®nica de Karajan casi coincide con su actuaci¨®n en Madrid. T¨¦cnica limpia, ¨¢gil; sonido y afinaci¨®n bellos y exactos, buena l¨ªnea, frescor muy adecuado para la obra y un futuro absolutamente prometedor tiene la jQvenc¨ªsima violinista alemana. El ¨¦xito fue enorme, y no menor el de L¨®pez Cobos, por su bien entendida Sinfon¨ªa Escocesa. En ella todo adquiri¨® una altura singular: orquesta, versi¨®n, comunicatividad, emoci¨®n.