El industrial soriano aporta ¨²nicamente detalles positivos sobre los 'etarras' que le tuvieron secuestrado
GABRIELA CA?AS, El buen estado f¨ªsico y ps¨ªquico de Emiliano Revilla tras su liberaci¨®n ha sorprendido a los m¨¦dicos que le atendieron. Con tendencia a la locuacidad, Revilla se ha mostrado emocionalmente equilibrado, l¨²cido y con una gran capacidad de encaje de la situaci¨®n. Sin luz natural, reloj ni peri¨®dicos, logr¨® calcular el tiempo, aunque se equivoc¨® en una semana. Pensaba que ayer era 7 de noviembre. A pesar de todo, Revilla no parece haber escapado al s¨ªndrome de Estocobno: seg¨²n los dos m¨¦dicos que le atendieron, no ha ofrecido ni un detalle negativo sobre sus secuestradores.
"Emiliano Revilla comprendi¨® enseguida que sus secuestradores no le iban a hacer da?o y ahora es verdad que se siente agradecido por el buen trato que le han dispensado", dice Arturo Fern¨¢ndez Cruz, m¨¦dico de cabecera de la familia del industrial soriano. "Yo no creo que ¨¦ste sea un s¨ªntoma de que sufra s¨ªndrome de Estocolmo", a?adi¨®.Seg¨²n las declaraciones de Fern¨¢ndez Cruz y del m¨¦dico forense Rafael Garrido Lestache, los dos m¨¦dicos que atendieron a Revilla inmediatamente despu¨¦s de la liberaci¨®n, ¨¦ste se encontraba en espl¨¦ndido estado f¨ªsico y ps¨ªquico, de manera que no creyeron necesario recetarle medicaci¨®n alguna ni consideran necesario realizar seguimientos m¨¦dicos posteriores.
Tendencia a la verborrea
"Presentaba una perfecta orientaci¨®n tempo-espacial y muy buena memoria. Estaba peor la familia que ¨¦l", dice Garrido Lestache, que acudi¨® a casa de los Revilla a las cinco de la ma?ana del domingo por encargo del juez Carlos Bueren, instructor del sumarlo abierto por el secuestro. "S¨®lo presentaba una cierta tendencia a la verborrea debida a la l¨®gica excitaci¨®n del momento".
Seg¨²n estos especialistas, Emiliano Revilla ha demostrado poseer una gran entereza de car¨¢cter. Mantuvo su mente ocupada haciendo dibujos -"resulta que no lo hace nada mal", dice Fern¨¢ndez Cruz"- y haciendo proyectos empresariales. Hizo ejercicio f¨ªsico y control¨® el tiempo transcurrido a trav¨¦s de los horarios de comida, aunque se equivoc¨® en siete d¨ªas, lo cual tiene su m¨¦rito, seg¨²n manifiesta su m¨¦dico, dado que Revilla fue privado de la luz natural y de su reloj desde el primer d¨ªa. "El control del tiempo es una cuesti¨®n fundamental para no desmoronarse", dice el psiquiatra Jos¨¦ Miguel L¨®pez Ibor, que ha atendido ya a varios secuestrados de ETA
"Un grupo de expertos norteamericanos han realizado estudios sobre este tema y recomiendan muy especialmente que el secuestrado intente controlar al m¨¢ximo el tiempo, a trav¨¦s por ejemplo de su ritmo card¨ªaco, y sus necesidades fisiol¨®gicas", se?ala este psiquiatra.
Para L¨®pez Ibor, no hay resistencia posible. "En mayor o menor medida, seg¨²n la personalidad del secuestrado, ¨¦ste se ve sometido al s¨ªndrome de Estocolmo. La constante amenaza de muerte en la que vive el secuestrado y la sensaci¨®n de total aislamiento minan la resistencia de la gente.
Seg¨²n los comentarios hechos por Revilla a su m¨¦dico de cabecera, el secuestrado ha permanecido los ocho meses de cautiverio en una habit¨¢culo de unos tres o cuatro metros cuadrados, sin luz natural y, s¨®lo en ocasiones, con luz artificial.
Los problemas que esta situaci¨®n acarrea son, normalmente, insomnio -conozco alg¨²n secuestrado que ha padecido este trastorno durante meses- y en ocasiones sentimientos de culpa por haber hecho, por ejemplo, ciertas declaraciones a los secuestradores".
Ni Garrido Lestache ni Fern¨¢ndez Cruz aclararon ayer si Emiliano Revilla recibi¨® amenazas de muerte durante el secuestro. Seg¨²n sus declaraciones, Revilla pareci¨® sentirse fuera de peligro casi desde el principio. "Enseguida comprendi¨® que los secuestradores le iban a cuidar bien", dice Fern¨¢ndez Cruz.
Incluso cuando le quitaron el reloj y los zapatos le explicaron amablemente que lo hac¨ªan por si llevaba alg¨²n tipo de micr¨®fono dentro o algo parecido". En cuanto al aislamiento, ¨¦ste ha sido pr¨¢cticamente total, ya que Revilla no ha podido tener ning¨²n contacto con el mundo exterior. Apenas ha podido leer nada, aunque alguna vez dice que le han le¨ªdo algunas declaraciones de su familia a la prensa.
Buena comida, buen trato
"Como dijo su hija una vez, yo tambi¨¦n opino que ojal¨¢ Emiliano Revilla sufra s¨ªndrome de Estocolmo", dice el psiquiatra Enrique Gonz¨¢lez Duro. "La identificaci¨®n con el agresor, ese intercambio que se establece con la gente con la que al fin y al cabo est¨¢s conviviendo es fundamental para mantener el equilibrio mental, porque no es m¨¢s que un l¨®gico mecanismo de defensa, de supervivencia. Un secuestrado vive al l¨ªmite de su vida durante todo el tiempo y si no mantiene esa actitud, la tensi¨®n ser¨ªa tan brutal que probablemente no saldr¨ªa indemne psicol¨®gicamente de la experiencia. Yo dir¨ªa que desde el punto humano, el secuestro es una experiencia enriquecedora porque no se puede hablar nunca de dejaci¨®n de principios cuando alguien vive una amenaza tan fuerte".
De momento, Emiliano Revilla parece conciliar el sue?o con facilidad y sin ayuda de f¨¢rmacos. Habla constantemente del secuestro e insiste en la buena comida y el buen trato que ha recibido por parte de sus secuestradores, con los que ha jugado a las cartas en algunas ocasiones. El hijo de un secuestrado de ETA en 1982 dice que su padre s¨®lo al cabo de los a?os ha empezado a mostrar su aversi¨®n por los que le privaron de libertad.
Jos¨¦ Miguel L¨®pez Ibor mantiene una estrecha amistad con algunos de los secuestrados a los que ¨¦l trat¨® y asegura que ninguno ha necesitado tratamiento psiqui¨¢tico posterior. "Eso no quiere decir que no tengan miedo. El miedo no lo han perdido nunca".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.