El 'arab lover'

?. E., Sim¨®n Peres, el candidato de la paz y del di¨¢logo con los palestinos, tal como ¨¦l se presenta, es lo que en Occidente se denomina un animal pol¨ªtico. Desde 1948, se ha consagrado de lleno al Partido Laborista hasta encontrarse hoy, a sus 65 a?os, en el c¨¦nit de su carrera. Su estilo de intelectual europeo de izquierdas atrae a la acomodada burgues¨ªa askenazi, si bien no despierta las pasiones de su rival en sus intervenciones p¨²blicas. El momento m¨¢s emocionante de sus m¨ªtines puede producirse cuando los seguidores de Likud intentan interrumpirle a los gritos de "Peres, arab lover" (Peres, amante de los ¨¢rabes).

Tachado de oportunista por sus compa?eros de partido y de indeciso por sus adversarios, Peres, que tiene cierto aspecto de antih¨¦roe, sonr¨ªe autom¨¢ticamente nada m¨¢s ver una c¨¢mara.

En 1984 logra finalmente librarse de la imagen de eterno perdedor al acceder a la jefatura del Gobierno de unidad nacional. Su pragmatismo le permiti¨® transformar en un medio ¨¦xito las derrotas electorales de su partido en los comicios de 1977 y, 1981.

Durante el bienio Peres, Israel retira sus tropas de L¨ªbano (a excepci¨®n de la llamada franja de seguridad) y se pone en marcha un plan de reforma econ¨®mica que frena un poco el alto ¨ªndice de inflaci¨®n.

Pero va a ser sobre todo su proyecto de conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo el que marque una nueva etapa en la diplomacia israel¨ª. Dos a?os m¨¢s tarde, cuando es relevado por lsaac Shamir, Peres continuar¨¢ promocionando su idea desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, pese a la oposici¨®n del nuevo jefe de Gobierno. Se hablar¨¢ entonces de un poder con dos cabezas, pero Peres se siente respaldado. Estados Unidos da muestras de apoyar su proyecto, y en abril de 1987 logra un pacto en el mismo sentido con el rey Husse¨ªn de Jordania. Ahora, para llevarlo a cabo, s¨®lo necesita ganar las elecciones.