Matar , negociar , matar ...
LA SUTIL distinci¨®n hecha por Emiliano Revilla entre una organizaci¨®n terrorista que merece todo su desprecio y las personas concretas que -tras secuestrarlo a punta de pistola y retenerlo durante ocho meses contra su voluntad- lo alimentaron "de primera" podr¨ªa tal vez aplicarse a la actitud de ETA ante la negociaci¨®n. Por una parte, es posible que esos tres hombres y una mujer que convivieron durante 250 d¨ªas con Revilla sean sinceros cuando dicen que est¨¢n personalmente hartos de tanta violencia y deseosos de hallar una salida negociada. Pero, simult¨¢neamente, el colectivo al que pertenecen asesina en Bilbao a un modesto polic¨ªa y amenaza con proseguir las "ejecuciones" si no se aceptan sus condiciones para dejar de matar durante 60 d¨ªas. ?se y no otro es el mensaje central contenido en el largo comunicado difundido ayer: que todas las fuerzas pol¨ªticas, la sociedad entera, deben plegarse a sus exigencias si se quiere que cesen temporalmente los asesinatos. As¨ª lo han entendido los partidos pol¨ªticos representativos de la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n vasca al considerar que nada nuevo hay en el comunicado y reiterar que, en lo relativo a una eventual negociaci¨®n con ETA, se atienen a lo expresado en el documento por ellos firmado en enero pasado.En ese documento, estimable tanto por el consenso que lo avala como por los contenidos democr¨¢ticos de su argumentaci¨®n, se niega a ETA cualquier legitimaci¨®n para negociar en nombre del pueblo vasco. Tan elemental constataci¨®n explica los esfuerzos desesperados del redactor del escrito difundido ayer para convencerse a s¨ª mismo de que los contactos mantenidos hace un a?o en Argelia supusieron el "reconocimiento de ETA como interlocutor v¨¢lido para abordar cuestiones pol¨ªticas". Reconocimiento que ser¨ªa, por a?adidura, "irreversible". Esta obsesi¨®n es psicol¨®gicamente explicable; para los terroristas, lo de menos son los eventuales ob etivos pol¨ªticos perseguidos. Lo verdaderamente importante es que se reconozca p¨²blicamente la legitimidad de una trayectoria sembrada de cad¨¢veres. Que se admita que las ni?as destrozadas por una bomba en Zaragoza fueron un mal necesario, como lo fue el asesinato de Yoyes y todos los dem¨¢s actos inhumanos cometidos en nombre de la necesidad de forzar una "negociaci¨®n pol¨ªtica en base a la alternativa KAS".
La negociaci¨®n pretendida por ETA no es posible ni deseable. No es posible porque los partidos que representan al 83% de la poblaci¨®n vasca se ver¨ªan expl¨ªcitamente desautorizados por cualquier Gobierno que aceptase discutir asuntos como el futuro de Navarra con quienes no cuentan con otra legitimidad que la de su pericia para secuestrar o matar. Pero tampoco ser¨ªa deseable, porque aceptar la pretensi¨®n de ETA equivaldr¨ªa a apostar por la prolongaci¨®n indefinida de la escalada del terror: se demostrar¨ªa que lo que no es conseguible por m¨¦todos pac¨ªficos y democr¨¢ticos es viable obtenerlo mediante la violencia. A esto se refiere la expresi¨®n "reconocimiento de ETA como interlocutor v¨¢lido". Los terroristas lamentan en su escrito de ayer que la negativa del "Estado opresor espa?ol a aceptar una soluci¨®n pol¨ªtica negociada en base a la alternativa KAS" haya impedido que la mesa de negociaci¨®n se convierta en el "detonante de la tregua ofertada". ?C¨®mo no ver en la utilizaci¨®n de la palabra detonante un freudiano acto fallido de quienes en realidad est¨¢n pensando en c¨®mo dinamitar cualquier posibilidad de salida pac¨ªfica?
Tal vez los secuestradores de Revilla, como muchos presos, est¨¢n, efectivamente, hartos de tanto dolor in¨²til y deseosos de dar con una salida honrosa. Para hallarla no hace falta un esfuerzo literario tan desmesurado como el que trasluce el largu¨ªsimo comunicado de ayer. Dos l¨ªneas bastan para decir que ETA acepta lo que decidan los representantes leg¨ªtimos de los vascos y que, por ello, renuncia a seguir matando guardias, hijos de guardias, paseantes, polic¨ªas: seres humanos.
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