Arafat abandona la lucha armada para lograr un Estado palestino
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A. ESPINOSA / J. VALENZUELA ENVIADOS ESPECIALES Yasir Arafat anunci¨® ayer en Argel que abandona el fusil y toma la piedra en su lucha por un Estado palestino independiente. La declaraci¨®n de Arafat se produjo en la apertura de la sesi¨®n extraordinaria del Consejo Nacional Palestino (CNP), Parlamento en el exilio. El cambio del fusil por la piedra simboliza el de la estrategia de las principales corrientes de la OLP, que sacrificar¨¢n la lucha armada por el apoyo a la intifada, la revuelta popular en los territorios de Cisjordania, Gaza y Jerusal¨¦n este.
Arafat subi¨® a la tribuna con su uniforme verde oliva y su blanquinegro kefiet en la cabeza. "Con una piedra en una mano y una rama de olivo en la otra lograremos la paz", dijo con solemnidad. Todo el mundo record¨® que hace unos a?os, en la Asamblea General de la ONU, el dirigente palestino hab¨ªa dicho que llegaban con "un fusil y una rama de olivo". Estos dos signos segu¨ªan presidiendo, por lo dem¨¢s, la sesi¨®n del CNP, fianqueando un mapa que representaba todo el territorio de lo que un d¨ªa fue Palestina.
Arafat y el presidente argelino, Chadli Benyedid, llegaron abrazados al hemiciclo del Club de Pins. Ellos y la viuda del dirigente militar palestino Abu Yihad, asesinado en T¨²nez la pasada primavera por un comando israel¨ª, cosecharon los aplausos m¨¢s entusiastas de la concurrencia. Estaban presentes todos los miembros del CNP, salvo los que viven en Siria y los territorios ocupados por Israel, que no pudieron viajar a Argel a causa de las dificultades impuestas por las autoridades sirias e israel¨ªes.
El CNP deb¨ªa celebrar su apertura a las diez de la ma?ana, y s¨®lo pudo hacerlo seis horas despu¨¦s. El retraso fue atribuido por fuentes de la OLP a las trabas de Damasco a la celebraci¨®n del encuentro. El presidente sirio, seg¨²n esas fuentes, amenaz¨® a los miembros del CNP residentes en su pa¨ªs -32- con no permitirles el regreso si participaban en la reuni¨®n de Argel.
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Israel se niega a discutir las resoluciones del CNP
Pese a la fugaz. reconciliaci¨®n entre Hafez el Asad y Yaser Arafat durante los funerales de Abu Yihad, los dos hombres se detestan profundamente. El presidente sirio no ha renunciado a sus deseos de controlar el movimiento palestino, y los grupos que le son fieles han boicoteado desde el primer momento la celebraci¨®n del CNP de Argel.La previsible proclamaci¨®n de un Estado palestino independiente por el CNP responder¨¢ a las aspiraciones de los habitantes de los territorios ocupados por Israel. ?stos desean concretar en un objetivo pol¨ªtico la lucha desigual que desde hace 11 meses libran contra un superarmado ej¨¦rcito. En adelante, los manifestantes de Cisjordania, Gaza y Jerusal¨¦n podr¨¢n gritar y escribir en muros y pancartas la palabra Istiq1al (independencia).Hasta ahora, los ni?os de las piedras han expresado su hast¨ªo por los 20 a?os largos de ocupaci¨®n israel¨ª y su apoyo a la OLP y a su l¨ªder, Yasir Arafat. Pero la intifada carec¨ªa de una consigna que expresara. el futuro que desea la revuelta. El principal apoyo que el CNP va a ofrecer a los llamados palestinos del interior es resumir sus esperanzas en la idea de un Estado independiente.Dura respuesta israel¨ª
La respuesta previa de Israel a la reuni¨®n del CNP ha sido una negativa total a la posibilidad de discutir alg¨²n d¨ªa las resoluciones que adopte. En esto, tanto el conservador Isaac Shamir como el laborista Shimon Peres est¨¢n de acuerdo. Israel ha adoptado tambi¨¦n excepcionales medidas de seguridad en los territorios ocupados hasta el pr¨®ximo martes, fecha de la previsible clausura de la reuni¨®n de Argel. Una vez m¨¢s, se ha prohibido circular por las carreteras, se han efectuado detenciones masivas, reforzado las tropas, cerrado escuelas y decretado el toque de queda en los campamentos.
Los 186 miembros del CNP que viven en los territorios ocupados por Israel no han podido acudir a la cita de Argel.
Un gran n¨²mero de problemas, insolubles por el momento, se presentar¨¢n a la OLP tras la proclamaci¨®n de la independencia de un Estado palestino, conforme al plan de partici¨®n de Tierra Santa de la ONU, contenido en la resoluci¨®n 181 del a?o 1947. En primer lugar, la definici¨®n de fronteras. El rey Hussein de Jordania y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, han recomendado a Arafat que acepte la idea de partici¨®n contenida en las resoluci¨®n 181 de la ONU, con los l¨ªmites territoriales que se desprenden de la resoluci¨®n 242. En ese caso, el Estado palestino se reducir¨ªa a los territorio cupados por Israel en 1967.
Esa propuesta, considerada universalmente "realista", se enfrenta a la oposici¨®n de los sectores m¨¢s radicales de la OLP Ayer mismo, pocas horas antes de la apertura oficial del Consejo, Georges Habache, jefe del Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina, negaba en Argel ante los periodistas que el CNP pudiera aceptar la resoluci¨®n 242, porque, record¨®, reduce el drama del pueblo palestino a una cuesti¨®n de refugiados. En estas circunstancias, lo m¨¢s probable es que para evitar cualquier fisura en la unidad de la OLP, el Consejo apruebe una declaraci¨®n de independencia sin precisar los l¨ªmites del futuro Estado palestino.
Otro de los puntos conflictivos es la tantas veces mencionada confederaci¨®n con Jordania. Los portavoces de la OLP se?alan ahora que el CNP estudiar¨¢ esas posibilidades, pero que, en cualquier caso, la confederaci¨®n con el reino hachemita se har¨¢ tal como exige el derecho internacional, tras la plena independencia del Estado palestino.
A la espera de la reuni¨®n de una conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo, el CNP propondr¨¢ que la ONU se haga cargo, de modo transitorio, de los territorios ocupados, en sustituci¨®n del Ej¨¦rcito israel¨ª. Adem¨¢s, de acuerdo con los proyectos de los principales dirigentes palestinos, el CNP entregar¨¢ un mandato al Consejo Central de la OLP (instancia intermedia entre el CNP y el comit¨¦ ejecutivo), para que, "en el momento adecuado", nombre un Gobierno en el exilio o un Gobierno provisional. La formaci¨®n de un Gobierno semejante en la actualidad provocar¨ªa una feroz lucha entre las distintas facciones.
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