Autonom¨ªa econ¨®mica para Estonia
La econom¨ªa de la Uni¨®n Sovi¨¦tica est¨¢ en profunda crisis. Es absurdo hablar de socialismo. Lo que en realidad tenemos es un indefinido per¨ªodo de presocialismo. La concepci¨®n de una gesti¨®n centralizada de la econom¨ªa en un pa¨ªs tan grande como la URSS no conduce a resultados razonables. El descontento de? pueblo va en aumento. El ciudadano sovi¨¦tico est¨¢ subalimentado. Nuestra agricultura es impotente.En junio de 1987 se celebr¨® un pleno del Comit¨¦ Central del Partido Comunista de la URSS (PCUS) en el que se plante¨® la necesidad de cambiar radicalmente el mecanismo econ¨®mico sovi¨¦tico. A economistas, soci¨®logos, fil¨®sofos y otros expertos se les pidi¨® que hicieran propuestas para cambiar el sistema de gesti¨®n econ¨®mica y la pol¨ªtica de precios y para conseguir que la gente trabajara mejor. En Estonia se tom¨® muy en serio esta petici¨®n. Estaba claro que un coloso econ¨®mico de semejante tama?o no pod¨ªa ser dirigido desde un solo lugar (Mosc¨²). Diversas regiones y rep¨²blicas federadas deber¨ªan tener derecho a la autogesti¨®n econ¨®mica. S¨®lo as¨ª el volumen de producci¨®n y el potencia? econ¨®mico de la URSS aumentar¨ªa en su conjunto.
El 26 de septiembre de 1987, el peri¨®dico Edasi, de la ciudad de Tartu, public¨® una propuesta, adelantada por cuatro personas, en la que se desarrollaba la idea de la autonom¨ªa econ¨®mica de Estonia dentro del sistema de divisi¨®n del trabajo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los autores eran el periodista Siim Kallas, el fil¨®sofo Edgar Savisaar, el soci¨®logo Mikk Titma y yo mismo.
?Cu¨¢l es la esencia de la idea? Toda la econom¨ªa en el territorio de Estonia debe ser dirigida por el Gobierno estonio. Actualmente nuestra econom¨ªa la dominan los ministerios de la URSS que controlan el 90% de la producci¨®n estonia. El Gobierno estonio no tiene voz. Se trata de una pol¨ªtica netamente colonial. Para terminar con esto, se deber¨ªan establecer los precios del mercado mundial; la venta y compra deber¨ªa ser una cosa natural, que no los repartos ni regalos; los productores y los consumidores deber¨ªan tener relaciones directas; deber¨ªa introducirse una moneda convertible (por ejemplo, la corona), de acuerdo con la cual pudieran hacerse las cuentas con las otras regiones de la URSS y con los pa¨ªses extranjeros (por ejemplo, con Espa?a).
Estonia contribuir¨ªa con su parte al presupuesto estatal de la URSS. Este impuesto federal -valga la expresi¨®n- deber¨ªa ser determinado por el Soviet Supremo de la URSS bas¨¢ndose en normas a largo plazo. En Estonia se deber¨ªa crear un sistema propio de impuestos. Podr¨ªan existir tres tipos de empresas: estatales, cooperativas y privadas. Las actividades de parte de las empresas podr¨ªan basarse en el principio de sociedades an¨®nimas. Tambi¨¦n se podr¨ªan crear empresas mixtas con firmas extranjeras.
El libre movimiento de mano de obra entre Estonia y otras regiones de la URSS deber¨ªa ser limitado. El aparato burocr¨¢tico de administraci¨®n deber¨ªa ser reducido sustancialmente. Se deber¨ªa otorgar el derecho de tomar decisiones a los lugares donde se crean los resultados.
El lector espa?ol seguramente habr¨¢ notado que su pa¨ªs ha optado por este camino. Bueno, la verdad es que hay 150 pa¨ªses en el mundo que organizan sus econom¨ªas de acuerdo con estos principios. Pero para la Uni¨®n Sovi¨¦tica se trata de una propuesta radical que asusta. Al principio, los bur¨®cratas y l¨ªderes estonios tuvieron una especie de choque. La propuesta fue tildada de error pol¨ªtico, nacionalismo, separatismo; y sus autores, de aventureros.
Lucha feroz
Sigui¨® una feroz lucha contra la burocracia que dur¨® casi hasta la misma XIX Conferencia del PCUS, pero en v¨ªsperas de ¨¦sta las cosas empezaron a progresar. Los altos dirigentes, uno despu¨¦s de otro, comenzaron a cambiar sus puntos de vista. Es dif¨ªcil decir si ello se debi¨® a un consejo dado desde Mosc¨² o a alguna otra raz¨®n. En todo caso, la idea de la autonom¨ªa econ¨®mica de los estonios ahora figura en la resoluci¨®n de dicha conferencia sobre relaciones entre las nacionalidades. Est¨¢ formulada en los siguientes t¨¦rminos: "Es remarcable la idea de pasar las rep¨²blicas y regiones al principio de autogesti¨®n econ¨®mica, determinando precisamente su contribuci¨®n al programa de toda la URSS". Este texto es aceptable para nosotros.
Durante d¨¦cadas, la Uni¨®n Sovi¨¦tica se ha atenido a la pr¨¢ctica de que todo lo que se escribe en un documento del partido se debe llevar r¨¢pidamente a la pr¨¢ctica. Esto es tambi¨¦n v¨¢lido en el caso de la idea de la autonom¨ªa econ¨®mica. Con bastante rapidez lleg¨® una directiva desde Mosc¨² por la que Estonia, Letonia, Lituania, la Rep¨²blica Aut¨®noma de Tartaria y la provincia de SverdIovsk deb¨ªan pasar a la autogesti¨®n econ¨®mica ya desde el 1 de enero de 1989. Pero se trataba de una maniobra t¨¢ctica.
Los estonios no se tragaron el anzuelo y argumentaron que deber¨ªa dise?arse un modelo exacto. Deber¨ªa haber una decisi¨®n en cuanto a que todas las empresas en el territorio de Estonia estuvieran subordinadas al Gobierno estonio. Hasta el momento no se ha adoptado dicha decisi¨®n. Tambi¨¦n es oscuro el mecanismo de precios y el problema de la propiedad de la tierra.
Los especialistas estonios decidieron elaborar la concepci¨®n como la hab¨ªan planeado inicialmente. Sus proposiciones ser¨ªan puestas a discusi¨®n nacional a m¨¢s tardar el 15 de octubre (y as¨ª se hizo). Se mantuvieron conversaciones con colegas letones y lituanos para aunar esfuerzos. El 23 de septiembre se firm¨® en Riga el protocolo de cooperaci¨®n correspondiente, que se bas¨® en el modelo estonio. Han mostrado inter¨¦s por esta empresa los armenios, ucranios, kazajos, todos aquellos que reconocen que est¨¢n obligados a dar m¨¢s a la "olla com¨²n" que lo que reciben de vuelta y que est¨¢n cansados de mantener a las regiones y rep¨²blicas federadas que trabajan mal.
La idea de la autonom¨ªa econ¨®mica de Estonia ha sido discutida, aprobada y ahora est¨¢ lista para ser aplicada. ?C¨®mo se puede hacer esto? Indudablemente que es imposible, de un golpe, liberarse de la direcci¨®n centralizada de la econom¨ªa.
El poder central no quiere entregar sus posiciones. Naturalmente, los ministerios de la URSS, que practican pol¨ªticas coloniales, no ceder¨¢n voluntariamente su poder en la econom¨ªa estonia. Por esto es necesario un per¨ªodo de transici¨®n.
Transici¨®n
Para suavizar la transici¨®n, los estonios han propuesto aplicar la idea china de zonas econ¨®micas cerradas y declarar a toda Estonia una zona econ¨®mica cerrada, darle el derecho de salir directamente al mercado exterior, determinar los sueldos de sus empleados, regular la libertad del movimiento de entrada y salida. Sabemos que las innovaciones econ¨®micas chinas han encontrado apoyo en Mosc¨² y que se esperan resultados positivos r¨¢pidos. Ya en el verano de 1987 los autores de la autonom¨ªa econ¨®mica analizaron la experiencia de China y Hungr¨ªa.
?Van los deseos de los estonios demasiado lejos? Bueno, la autonom¨ªa econ¨®mica presupone un cambio revolucionario del poder central de Mosc¨². Pero es la ¨²nica posibilidad de salir de la crisis. Si Mosc¨² realmente desea superar la crisis, mantener la posici¨®n de la URSS a un nivel mundial, entonces hay que hacer cambios revolucionarios.
Por supuesto, tambi¨¦n hay motivos para ser pesimistas. Conocemos bien los 70 a?os de historia de la URSS. Pero si no se prueba no habr¨¢ ni logros ni cambios. Los estonios han propuesto un modelo cuya l¨®gica ha llegado hasta las mentes de los l¨ªderes progresistas, incluido el se?or Gorbachov. Somos conscientes de que sin lucha ni esfuerzos no se consigue nada.
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