Un vino que repite
En El Pa¨ªs Semanal del 16 de octubre ¨²ltimo se public¨® en la secci¨®n Estilo, bajo el ep¨ªgrafe Vinos, un art¨ªculo titulado Marqu¨¦s de Murriela, 1983, firmado por Carlos Delgado. Con muy pocas variantes, en el nuevo suplemento Estilo del 30 del mismo mes, aquel art¨ªculo vuelve a publicarse. El texto es casi en su totalidad id¨¦ntico al primero. Desde Santiago de Compostela, Luis Rivero, que ha advertido esta repetici¨®n, escribe al defensor de los 1-ctores: "No s¨¦ si bajo los vapores et¨ªlicos del primero [el autor] escribi¨® el segundo comentario, o si el que estaba bajo los efluvios del alcohol era el encargado de manejar las fichas".?Qu¨¦ ha pasado? El redactor jefe Alberto Anaut se explica: "La repetici¨®n de la cr¨ªtica ha sido consecuencia del proceso de crecimiento que hemos vivido en los suplementos dominicales del peri¨®dico, que en alg¨²n momento ha rebasado la organizaci¨®n que ten¨ªamos en marcha". La cr¨ªtica tradicional que sobre vinos ven¨ªa haciendo Carlos Delgado en El Pa¨ªs
Semanal acab¨® transform¨¢ndose en un nuevo sistema de fichas en el suplemento Estilo, "que pensamos ser¨ªa de una gran utilidad para los lectores". Anaut cuenta que "una larga cadena de acontecimientos -supervivencia en el ordenador del texto previo, cambio de responsable en la edici¨®n de la secci¨®n y acumulaci¨®n de novedades- acab¨® provocando que el texto de marras fuera utilizado en sus dos versiones para n¨²meros diferentes".
Anaut, que lamenta lo ocurrido, ofrece un consuelo: "Al ser repetido [el art¨ªculo] en forma de ficha, el lector podr¨¢ compensar la doble lectura con la satisfacci¨®n de coleccionar la cr¨ªtica del mencionado (hasta la saciedad) blanco de Rioja". Y saca una ense?anza.: "Como de todo hay que aprender, para el futuro nos vamos a plantear la posibilidad de repetir alguna cr¨ªtica de vinos que, aunque hayan sido publicados hace tiempo, tal vez merezcan formar parte de un fichero de vinos".
No fueron, pues, los vapores et¨ªlicos los causantes de la segunda edici¨®n del art¨ªculo. Fueron m¨¢s bien, por lo que dice Anaut, consecuencia de una melopea reorganizativa. La embriaguez, de lo que sea, produce perturbaciones que, en este caso y sin un previo "a petici¨®n del distinguido p¨²blico", se ha traducido en la repetici¨®n de una misma pieza.
Un general inexistente
En el t¨ªtulo En la bocamina (EL PAIS, 17 de noviembre), en el que su autor, Juan Benet, hac¨ªa una defensa del fumador, se public¨®: "Que la Direcci¨®n General de la Salud P¨²blica o el general Surgeon se permitan 'advertir' que el tabaco es perjudicial para la salud ( ... )". Un lector avisado pregunta por tel¨¦fono al ombudsman: "?Qui¨¦n es el tal general Surgeon?". Benet no dice las cosas al buen tunt¨²n y si ha escrito que un general se ha permitido advertir que el tabaco es malo puede que estemos ante una prevenci¨®n de mayores alcances que el simple consejo o la ligera amonestaci¨®n.
La pregunta tiene retranca. El lector sabe de antemano que se ha cometido un fallo. Aunque existiera un general llamado Surgeon -que vaya usted a saber-, lo m¨¢s probable es que no pintara nada en esto de la campa?a contra el tabaco. Lector y ombudsman convienen en que hay que revisar el original del art¨ªculo de Juan Benet. Y en efecto: el general Surgeon no aparece por ninguna parte. Benet escribi¨® General Surgeon (ambas palabras con may¨²scula inicial), que no es lo mismo. General Surgeon es un cargo p¨²blico de Estados Unidos; en Espa?a equivaldr¨ªa a algo as¨ª como secretario de Estado para la Salud o director general de la Salud (Surgeon significa en ingl¨¦s cirujano general, que puede traducirse tambi¨¦n por jefe m¨¦dico; el dental surgeon es el odont¨®logo; el veterinary surgeon, el veterinario, y el general surgeon, lo dicho). No hay un general Surgeon, pues, en el campo de la batalla antitabaco.
Ha ocurrido que en las secciones de teclados y correcci¨®n no se respet¨® lo escrito por Benet. En ambas se ha tomado buena nota para no repetir el error que ha preocupado tanto al lector comunicante.
Fuente no consultada
En una cr¨®nica desde Le¨®n (EL PAIS, 3 de noviembre), Marif¨¦ Moreno ha contado que los vecinos del pueblo de Gradefes se oponen a la orden de la Direce Provincial de Educaci¨®n y Ciencia que obliga a "abandonar la costumbre de rezar en las aulas y retirar los crucifijos y cuadros de la Virgen y santos". La cronista afirmaba que la denuncia que motiv¨® esa orden "parti¨® de Mar¨ªa Luisa de Castro, esposa de Leoncio ?lvarez, director del colegio rural de Gradefes, y madre de un alumno del colegio, que ya no asiste a clase por traslado de domicilio a Le¨®n".
Mar¨ªa Luisa de Castro protesta: "En nuestra queja por escrito no aparece para nada el tema de la religi¨®n, s¨ª las graves deficiencias del funcionamiento de la escuela de Gradefes". Y adjunta fotocopia de la queja que present¨® ante la inspecci¨®n de la Direcci¨®n Provincial de Educaci¨®n y Ciencia de Le¨®n, en la que, en efecto, no aparece referencia alguna a rezos ni im¨¢genes.
Marif¨¦ Moreno afirma que la citada direcci¨®n provincial le comunic¨® en su d¨ªa, a requerimiento suyo, que la denuncia hab¨ªa partido del matrimonio De Castro-?lvarez. Cuenta que, tras solicitar como corresponsal de EL PAIS en Le¨®n, al titular de la direcci¨®n provincial, Juan Andr¨¦s Vaquero Pe?a, que le facilitase alg¨²n tipo de documento que reflejara la mencionada denuncia, el director provincial de Educaci¨®n se?al¨® que la misma -"objeto de la orden posterior que aconsejaba a la direcci¨®n del colegio que se abandonase la costumbre de rezar en las aulas y se retiraran los s¨ªmbolos religiosos"- hab¨ªa sido verbal ante el inspector de Educaci¨®n, Fernando Giralda.
En su protesta, Mar¨ªa Luisa de Castro se?ala que "la periodista debi¨® haberse puesto en contacto con ella y su esposo antes de informar", dice, "de cosas que no son ciertas". Por su parte, Marif¨¦ Moreno manifiesta: "No cre¨ª necesario hablar con Leoncio ?lvarez para ¨²nicamente aclarar ese extremo". La cronista sustenta esta creencia en que "algunos vecinos, el alcalde, la directora del colegio p¨²blico y el director provincial de Educaci¨®n hab¨ªan coincidido en sus manifestaciones de que Mar¨ªa Luisa de Castro y su marido hab¨ªan sido los autores de la denuncia". "Sinceramente", dice, "creo que he actuado de forma honesta y desde la Direcci¨®n Provincial de Educaci¨®n se sigue insistiendo en que la denuncia 'verbal' parti¨® de Leoncio ?lvarez, y de ah¨ª la orden del ministerio".
Las fuentes que cita Marif¨¦ Moreno son todas muy respetables, pero esto no nos exime de cumplir las normas del Libro de estilo de EL PAIS, que -Insistamos una vez m¨¢s- obligan, en casos conflictivos, a escuchar o acudir siempre a las dos partes en litigio. La cr¨®nica era la cr¨®nica de un conflicto. Moreno admite que no consult¨® con una de las partes, nada menos que la presunta desencadenante del l¨ªo. La honradez y buena fe de la corresponsal est¨¢n fuera de dudas, pero "s¨ª debi¨® consultar", como dice el redactor jefe Jos¨¦ Mar¨ªa Izquierdo, "a pesar de que coincidieran tantas fuentes". Se trataba de un extremo que debi¨® aclararse.
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