La Real gan¨® al Colonia con otro gol de Loinaz
Sali¨® con el pecho inflado, entre el clamor de la hinchada, todo potencia y adrenalina, tan desbordante que parec¨ªa congestionado. Le esperaba a Loinaz su destino en el campo: adentrarse en el ¨¢rea, abrirse paso a fuerza de m¨²sculo y buscar su suerte en los balones altos, donde su rotundidad causa espanto entre los defensas. Sin embargo, Loinaz se atrevi¨® a traicionar el pron¨®stico. Mediado el segundo tiempo, Loren entreg¨® un fant¨¢stico bal¨®n a Mujika, que remat¨® al poste contrario. El cancerbero IlIgner se estir¨® y repeli¨® el balonazo a duras penas. La pelota cay¨® dulce a los pies de Loinaz, solo frente a la porter¨ªa. Loinaz empuj¨® y marc¨®. Era su cuarto gol en la Copa de la UEFA. El mito crece.La victoria, aunque corta, ofrece motivos para la confianza en las filas donostiarras. La Real no cuaj¨® un partido de altura, pero siempre pareci¨® superior al Colonia, un equipo que jug¨® con una precauci¨®n inusitada, muy contraria al famoso orgullo ofensivo que ha caracterizado al f¨²tbol germano. S¨®lo el talento del diminuto Hassler provoc¨® el temor en la Real Sociedad. Las deficiencias del Colonia no pasaron inadvertidas a Toshack que, muy ufano, se declar¨® seguro de eliminar al equipo alem¨¢n.
El Colonia apareci¨® en Atocha como un equipo vulnerable,fiel a su historia de inconsistencia. All¨ª estaban Littbarki Allofs, Kohler y Hassler -todos jugadores reputados- pero la sensaci¨®n era de debilidad. La defensa estaba equipada con jugadores sin recursos t¨¦cnicos, como se pudo apreciar en los primeros instantes cuando Iturrino les desbord¨® con sus acciones.
Pero Iturrino disminuy¨® sus aportaciones y la suerte de la Real volvi¨® a depender de la direcci¨®n de Zamora. Como acostumbra, el veterano interior ofreci¨® detalles de clase, pero encontr¨® muchas dificultades para bordar la madeja. Las dificultades de organizaci¨®n fueron salvadas por Toshack en la segunda parte. Sac¨® a Loinaz y retras¨® a Loren, un jugador que ofrece una magn¨ªfica progresi¨®n, y la Real retom¨® el mando. Loren se movi¨® con oficio, como acab¨® por manifestarse en el formidable pase que gener¨® el gol de Loinaz y provoc¨® el delirio en Atocha.
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