12 campa?a electoral de Vicente y Laura
A los 11 a?os, aspiran a entrar en el consejo escolar
No necesitan ir acompa?ados de su familia o de un s¨¦quito con fanfarria, globos de colores y majorettes. Se bastan solos. Son dos candidatos a consejeros escolares de 11 a?os. Es la primera vez que se presentan a unas elecciones. Quieren defender los derechos de sus compa?eros. Son contrincantes, pero van unidos. Vicente y Laura, alumnos de sexto de EGB del instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, han comenzado su campa?a.
Vicente Salazar lleva en la mano un abanico de pasquines de elaboraci¨®n casera en los que entra, tanto el dibujo a l¨¢piz de sonrientes caras infantiles, como la combinaci¨®n de letras en vivos colores, fruto de consumidos rotuladores. En ellos, el candidato recomienda: "Vota a Vicente, el demente, presidente", o "si quieres comer caliente, vota a Vicente", o "Vicente te quiere ayudar, porque, lo m¨¢s importante eres t¨²".El mi¨¦rcoles 30 de noviembre se celebran las elecciones a consejos escolares en el Instituto Ramiro de Maeztu. Y, desde hace d¨ªas, Vicente entrega su propaganda electoral en bloque a los compa?eros a la salida del colegio. En bloque no selecciona la octavilla. Ofrece a escogen Sus compa?eros sonr¨ªen, de sobra le conocen ya. Saben que es un activista de las urnas.
Su compa?era, Laura M¨¦ndez es m¨¢s tranquila, con las manos en los bolsillos y sonrisa un tanto maternal, observa c¨®mo su aliado no para ni un momento. Vicente circula de un lado a otro, como si reprodujera sobre el pavimento los m¨²ltiples puntos que en forma de pecas salpican su cara. Ella se apoya en la pared y contin¨²a observ¨¢ndole, aunque no refleja en su rostro intenci¨®n alguna de imitarle. Cada uno tiene su personalidad.
Los dos pueden ser vencedores en unas elecciones a las que se van a presentar muchos alumnos. Y ambos conocen a la perfecci¨®n lo que es un Consejo Escolar: "Unas reuniones con representantes de los padres, de los profesores y de los propios alumnos en las que se intenta mejorar las cosas".
Vicente y Laura quieren arreglar las deficiencias del colegio: "Todo anda mal", dicen. A Laura le preocupa que las ventanas tengan rejas. "Hay rejas por todas partes", afirma. "Ya s¨¦ que es para evitar el peligro pero no hacen falta". Tambi¨¦n desean que el patio est¨¦ m¨¢s limpio, que lasparedes de las aulas est¨¦n mejor pintadas, que los libros "sean m¨¢s para ni?os de nuestra edad, necesitamos m¨¢s dibujos", que sean reparadas las porter¨ªas del campo de f¨²tbol, las canastas de baloncesto y mejoradas las condiciones de la biblioteca y el gimnasio y..., Vicente sonr¨ªe mirando al suelo, del comedor. "Ya lo digo en mi campa?a: si quieres comer caliente, vota a Vicente. Siempre nos ponen la comida fr¨ªa", explica el joven candidato, a?adiendo un buahhhh, representativo del asco que le produce la frialdad culinaria.
Dem¨®crata visceral
?l, al igual que Laura M¨¦ndez, cree que, si sale elegido podr¨¢ manifestar sus quejas y hacer todo lo que pueda para arreglarlas cosas. Aunque, ninguno de los dos conf¨ªa en conseguir grandes cambios."Psssst, los alumnos no tienen mucho que opinar en los consejos escolares", dice Vicente. ?Entonces, por qu¨¦ te presentas? "Porque hay que intentarlo", contesta en su lugar Laura, convencida de que Vicente saldr¨¢ elegido porque le apoyan muchos ni?os Y "la gran mayor¨ªa le empuj¨® a que se presentara".Vicente, todo un cabecilla del juego democr¨¢tico, que no sabe verbalizar lo que es la democracia pero que participa en ella con aut¨¦ntico convencimiento, tiene un convencimiento casi visceral, y mucho m¨¢s vehemente que Laura, modosita, de sonrisa t¨ªmida interceptada por un aparato corrector en los dientes.
La suerte est¨¢ echada. Pronto llegar¨¢ el 30 de noviembre. Ambos aspiran a ser los elegidos. S¨®lo habr¨¢ tres alumnos de EGB en el consejo escolar del Ramiro de Maeztu para representar a los compa?eros de 6?, 7? y 8? de EGB. Los tres estar¨¢n mezclados con padres y profesores, unos adultos que posiblemente no entiendan su lenguaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.