Ense?ar a pescar o dar de comer al pez
Defiende el autor del texto las ventajas del plan vasco contra la pobreza, duramente atacado por el Gobierno socialista. La defensa del mismo la basa en an¨¢lisis comparados con la pol¨ªtica de la mayor¨ªa de los pa¨ªses comunitarios, salvo Portugal, Grecia y Espa?a, m¨¢s comprometidos contra la pobreza.
?Hay que ense?ar a pescar y no darle de comer pescado! Con esta brillante y original frase ha condenado la flamante titular del ministerio correspondiente el anuncio de que el Gobierno vasco piensa instaurar una especie de salario social a las familias sin ingresos. Otros altos cargos del Gobierno y sus aleda?os han emitido noticias de similar sensibilidad pol¨ªtica y social. As¨ª, el gobernador del Banco de Espa?a, tras reconocer que los beneficios de los empresarios se han disparado, nada menos que cuadruplicarse en dos a?os, propone la m¨¢gica soluci¨®n de que autolimiten su ambici¨®n, que es algo as¨ª como pedirle a un oso que no chupe la miel. Adem¨¢s, qu¨¦ iban a hacer estos empresarios con esos beneficios renunciados si no se los pueden dar a los obreros, porque Solchaga no deja subir los salarios, ni se los pueden dar a los pobres, porque a Matilde Fern¨¢ndez no le parece bien. Quiz¨¢ la soluci¨®n la tenga Narc¨ªs Serra, que por aquello de o¨ªr campanas y no saber d¨®nde ha viajado a Alemania y se ha comprometido a gastar 600.000 millones en un nuevo avi¨®n militar que sustituya a ese que se cae todos los d¨ªas por los p¨¢ramos de la meseta. ?Se imaginan cu¨¢ntas ca?as de pescar se podr¨ªan comprar con esos 600.000 millones de pesetas?Confieso que esta r¨¢pida y contraria reacci¨®n del Gobierno central contra el proyecto vasco no me ha pillado de sorpresa. Ya cuando el pasado mes de mayo me toc¨® defender en el Parlamento de Vitoria este programa contra la pobreza en nombre de Euskadiko Ezkerra se percibi¨® una diferente respuesta por parte de los dos partidos que apoyan al Gobierno vasco. Mientras el portavoz del PNV rechazaba la propuesta bas¨¢ndose en una supuesta falta de fondos, que luego la realidad se ha encargado de desmentir, pero aceptando la idea de instaurar ese salario p¨²blico, el representante socialista manten¨ªa una postura mucho m¨¢s ambigua y elud¨ªa cualquier compromiso.
La explicaci¨®n de esta actitud desconfiada y hosca del socialismo oficial es f¨¢cil de entender. Para esta generaci¨®n de nuevos adoradores del Estado central, j¨®venes nacionalistas les llamaron en su tiempo, resulta inaudito que una autonom¨ªa se permita innovar en temas de tanta importancia social y sienten como una bofetada el que los vascos puedan adoptar medidas contra la miseria equivalentes a las que practican los dem¨¢s pa¨ªses europeos avanzados, mientras que el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez congela los proyectos sobre pensiones contributivas y es asediado por los sindicatos en demanda de un giro social.
Aval internacional
El Gobierno central podr¨¢ tratar de ridiculizar el proyecto vasco y amenazar, como lo ha hecho, con llevar al Tribunal Constitucional el asunto, pero lo cierto es que la experiencia internacional avala totalmente nuestro proyecto. En efecto, de los 12 pa¨ªses de la Comunidad Europea (CE), siete tienen desde hace muchos a?os un sistema de ingresos m¨ªnimos garantizados para su poblaci¨®n; un octavo, Italia, acaba de poner en marcha un sistema de cheques sociales para las familias que viven en la pobreza, y un noveno, Francia, acaba de aprobar en su Asamblea Nacional un proyecto de garantizar ingresos m¨ªnimos a ese 5% de la poblaci¨®n que vive por debajo del nivel de miseria. Por cierto que Mitterrand, al contrario que Felipe Gonz¨¢lez, hizo de este tema uno de los ejes centrales de su campa?a electoral, y adem¨¢s dijo que su financiaci¨®n, unos 150.000 millones de pesetas anuales, saldr¨ªa en buena parte de un impuesto espec¨ªfico sobre las 100.000 personas con mayor fortuna del pa¨ªs. ?Ya podr¨ªa el Gobierno central espa?ol tomar buena nota de lo que hacen sus hom¨®nimos franceses!
Para m¨¢s inri, el propio Parlamento Europeo, el pasado 16 de septiembre, aprob¨® una resoluci¨®n en la que se insta a los Gobiernos a que instauren una renta m¨ªnima garantizada para favorecer la inserci¨®n de los ciudadanos m¨¢s pobres en la sociedad, algo que un Gobierno que va a presidir la Comunidad Europea pr¨®ximamente deber¨ªa tener en cuenta antes de ir diciendo tonter¨ªas sobre el plan vasco contra la pobreza.
Resumiendo, en pocas palabras podemos decir que s¨®lo quedan tres pa¨ªses comunitarios a la cola de la pol¨ªtica social: Espa?a, Portugal y Grecia, los tres con glorioso pasado pero con negro presente. Felipe Gonz¨¢lez har¨ªa bien en mejorar su pol¨ªtica social y dejar en sordina las conmemoraciones grandiosas de aquel pasado imperial, pues en caso contrario, en 1992, adem¨¢s de que S¨¢nchez Ferlosio nos habr¨¢ dejado al descubierto las verg¨¹enzas de aquel descubrimiento, tendremos la misma falta de dignidad colectiva que ahora al permitir que cientos de miles de familias vivan por debajo del nivel de la miseria.
Por si a alguien le quedara alguna duda sobre la hipocres¨ªa que subyace en el dicho ese del pez y la ca?a de pescar, conviene aportar algunos datos sobre lo que se practica por esas tierras de Europa. Como se ve en el cuadro, los colectivos afectados por estos salarios m¨ªnimos garantizados son muy amplios y han crecido fuertemente en ¨¦poca de crisis como la presente. Ciertamente, en todos los pa¨ªses se ha pretendido evitar que surjan colectivos que se instalen c¨®modamente en el subsidio, y, por tanto, se ha pretendido ense?arles a pescar, pero la realidad de una crisis que no es capaz de dar empleo a la poblaci¨®n ha hecho que en la pr¨¢ctica el sistema admita a esos colectivos durante muy largos per¨ªodos como un hecho necesario.
Agravio comparativo
As¨ª, pa¨ªses como el Reino Unido han visto pasar el n¨²mero de beneficiarios del sistema de unos dos millones en 1966 a 4,3 millones en 1983, y tasas de crecimiento similar se han producido en los otros tres pa¨ªses estudiados. Adem¨¢s, puede observarse que el nivel de ingresos garantizado est¨¢ lejos de ser una minucia, con lo que el agravio comparativo con lo que sucede por estos pagos es todav¨ªa m¨¢s alucinante. No es de extra?ar que en estos momentos el se?or Delors est¨¦ propugnando una pol¨ªtica social m¨¢s homog¨¦nea para evitar que se den dentro de la CE unas diferencias de pol¨ªticas tan fuertes entre unos pa¨ªses y otros.
Si Felipe Gonz¨¢lez o Matilde Fern¨¢ndez quieren jugar a los c¨ªnicos y torpedear esta experiencia, espero que lo hagan con mejores argumentos que hasta el presente. Por ejemplo, podr¨ªan generar muchos empleos creando nuevos servicios colectivos, como hacen los pa¨ªses escandinavos, en vez de gastar centenares de miles de millones de pesetas en "loco gasto militar", como denuncia en su canci¨®n Javier Krahe. Incluso podr¨ªa bajar algo los tipos de inter¨¦s para que gane menos dinero la banca y los rentistas y se pueda invertir en econom¨ªa real y en ca?as de pescar, pero eso ser¨ªa dar el brazo a torcer, y ya sabemos todos que este Gobierno no vacila nunca.
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