Salinas propone a los mexicanos un acuerdo nacional
El nuevo presidente de M¨¦xico, Carlos Salinas de Gortari, prometi¨® ayer la reforma democr¨¢tica del pa¨ªs y una renegociaci¨®n de la deuda externa sobre la base de que su Gobierno no seguir¨¢ pagando las cantidades que ha transferido hasta ahora. Salinas convirti¨® su discurso de toma de posesi¨®n en un alegato sobre la necesidad de construir una nueva sociedad, m¨¢s democr¨¢tica, m¨¢s moderna, y convoc¨® a un gran acuerdo nacional para adaptar las estructuras pol¨ªticas a la realidad actual. "Estoy decidido a sacar adelante una reforma democr¨¢tica", manifest¨® Carlos Salinas despu¨¦s de que los diputados del Frente Democr¨¢tico Nacional (FDN), de oposici¨®n, hubieran abandonado la sala del Congreso mexicano en se?al de protesta.
El presidente reconoci¨® que "existe un nuevo M¨¦xico pol¨ªtico, una nueva cultura pol¨ªtica" y admiti¨® que "es necesario modernizar la pol¨ªtica, la econom¨ªa y la sociedad". Explic¨® que la primera inquietud en materia pol¨ªtica es "la transparencia de los procesos electorales" y a?adi¨® que compart¨ªa la preocupaci¨®n de los ciudadanos sobre este aspecto.Salinas prometi¨® gobernar para todos los mexicanos y pidi¨® la colaboraci¨®n de la oposici¨®n "para la apertura de la vida democr¨¢tica". Exhort¨® a sus compa?eros del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a convertirse en vanguardia del cambio que el patrocina, y precis¨® que su propuesta "no es cambiarlo todo". "Haremos cambios apegados a las ra¨ªces, no fuegos de artificio que no perduran", dijo.
Aplausos de mandatarios
El nuevo presidente se extendi¨® particularmente en defender la necesidad de la modernizaci¨®n del Estado, sobre el que dijo que "no puede ni debe intentar ser el ¨²nico actor". Salinas dijo que la reforma pol¨ªtica debe asentarse en el crecimiento econ¨®mico y manifest¨® que la parte fundamental de ese crecimiento ser¨¢ la inversi¨®n privada.
Los m¨¢s fuertes aplausos del d¨ªa -incluidos los de Fidel Castro, quien acudi¨® al acto junto a los presidentes de Argentina, Ra¨²l Alfons¨ªn; Colombia, Virg¨ªlio Barco; Nicaragua, Daniel Ortega; Guatemala, Vinicio Cerezo; El Salvador, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte; Honduras, Jos¨¦ Azcona; y el primer ministro de Belize, Manuel Esquivel- fueron para las propuesta de Salinas en materia de deuda externa. "Declaro enf¨¢ticamente que por encima de los intereses de los acreedores est¨¢ el inter¨¦s de los mexicanos", anunci¨®.
Salinas dio instrucciones al nuevo ministro de Hacienda, Pedro Aspe, para que renegocie la deuda externa mexicana (alrededor de los 110.000 millones de d¨®lares), pero advirti¨® previamente que M¨¦xico no volver¨¢ a destinar, como hace ahora, el 5% de su producto nacional al pago de la deuda. "La prioridad no ser¨¢ pagar sino volver a crecer". Carlos Salinas dijo que su Gobierno exigir¨¢ en la negociaci¨®n con los acreedores que la deuda hist¨®rica reduzca su valor y que, igualmente, disminuya el valor real de la deuda.
"No se trata de una actitud demag¨®gica ni de una advertencia", sino de una conclusi¨®n que surge de "las necesidades de la poblaci¨®n", agreg¨® el nuevo presidente.
El discurso de Salinas estuvo lleno de llamamientos al di¨¢logo y a la concordia. Propuso una nueva relaci¨®n del Gobierno con las fuerzas sociales y con la Prensa. Pidi¨® el esfuerzo de todos para que el pa¨ªs se adapte a la gran transformaci¨®n mundial que, en su opini¨®n, se est¨¢ produciendo, y prometi¨®, en definitiva, una nueva ¨¦poca.
Protestas de la oposici¨®n
Antes de abandonar sus esca?os, la representante del FDN, Marcela Lombardo, defini¨® la jornada de ayer como "un d¨ªa aciago en el que se consuma una grave afrenta al derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes". La diputada de la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs manifest¨® en su discurso que "Carlos Salinas de Gortari no lleg¨® a la presidencia como resultado de la decisi¨®n mayoritaria, que se expres¨® en favor de Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas".
El FDN describi¨® la situaci¨®n del pa¨ªs como "cr¨ªtica" y, aunque acept¨® dialogar con el Gobierno sobre una soluci¨®n "nacional, popular y democr¨¢tica", anunci¨® que seguir¨¢ "luchando por el poder hasta alcanzarlo". Su portavoz en el Congreso descart¨® que los partidos que apoyan a C¨¢rdenas vayan jam¨¢s a convocar a la violencia.
El represente del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), Abel Vicencio Tovar, denunci¨® desde la tribuna parlamentaria que "el origen del nuevo presidente es ileg¨ªtimo y seguir¨¢ siendo ileg¨ªtimo hasta el fin de los tiempos. Tambi¨¦n se pronunci¨® a favor del di¨¢logo con el nuevo Gobierno mexicano, pero advirti¨®, al mismo tiempo: "El pueblo est¨¢ en pie de lucha y ya nadie puede pararlo".
En la calle, vanas decenas de miles de simpatizantes del PAN realizaron ayer una manifestaci¨®n de protesta, gritando esl¨®ganes contra Salinas.
?Qui¨¦n cree en el presidente?
?Qui¨¦n cree en Carlos Salinas de Gortari? No, por supuesto, la oposici¨®n, que lo considera fruto de un fraude y s¨ªmbolo de un sistema corrupto. Tampoco su propio partido, que lo deja hablar con la convicci¨®n de que antes o despu¨¦s caer¨¢ en la mara?a del r¨¦gimen. Ni la mayor¨ªa de la poblaci¨®n mexicana, que lo cree demasiado joven (40 a?os) y demasiado peque?o (poco m¨¢s de 1,60) para imponer los atributos que se estiman imprescindibles para poder gobernar este pa¨ªs. ?Qui¨¦n cree entonces en ¨¦l? Un pu?ado de hombres que le es fiel desde hace a?os y un grupo de analistas. extranjeros seducido por la claridad de ideas del nuevo presidente de M¨¦xico.Poco bagaje parece ¨¦ste para afrontar el proceso de transformaci¨®n que Carlos Salinas tiene en mente. La debilidad mayor del proyecto modernizador mexicano -lo que se ha dado en llamar maxicastroika- es que se trata de la idea -mal explicada- de un solo hombre al que los dem¨¢s dejan hacer porque no tienen otra alternativa. Utilizando la comparaci¨®n con la reestructuraci¨®n en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, podr¨ªa decirse que mientras Mijail Gorbachov lleg¨® al poder en olor de esperanza, Salinas llega en olor de escepticismo.
Carlos Salinas dec¨ªa recientemente en una conversaci¨®n privada que el crecimiento electoral de la oposici¨®n le hab¨ªa favorecido porque eso hab¨ªa conseguido asustar a los dinosaurios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y les hab¨ªa obligado a entregar el poder a un reformista. Tras las elecciones del 6 de julio, Carlos Salinas pugn¨® en el seno de su -partido para que le fuese reconocido a la oposici¨®n el porcentaje de votos m¨¢s cercano a la realidad. Con ese 50% de votos que los resultados oficiales dieron a los partidos opositores, Salinas tuvo argumentos suficientes para plantearle a los dirigentes de su partido la disyuntiva fatal: "Se?ores, o cambiamos o nos vamos al carajo".
Empieza ahora la oportunidad de demostrar si ¨¦l es capaz de encabezar ese cambio. Salinas es un hombre atrevido, casi fr¨ªvolo, a quien su imagen no hace justicia. A distancia, Salinas resulta un hombre sin carisma que no consigui¨® durante todo un a?o de campa?a electoral establecer una comunicaci¨®n efectiva don la poblaci¨®n. De cerca, sin embargo, se convierte en un pers¨®naje extraordinariamente convincente, rebosante de seguridad en s¨ª mismo. Lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n de un observador extranjero despu¨¦s de conversar con el nuevo presidente es que se trata del ¨²nico pol¨ªtico mexicano que se r¨ªe fuerte y sinceramente.
Su curr¨ªculo pol¨ªtico ha sido utilizado al mismo tiempo en contra y a favor de Salinas. Hijo de un secretario de Estado, licenciado por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, poseedor de dos maestr¨ªas y un doctorado por la universidad norteamericana de Harvard, secretario de Planificaci¨®n en el Gabinete de Miguel de la Madrid. Todos ellos son datos que sirven a sus enemigos para descubrir a un hombre del sistema con vocaci¨®n pronorteamericana. Para sus colaboradores, sin embargo, este pasado demuestra que M¨¦xico tiene hoy un presidente preparado, con experiencia pol¨ªtica y buenos contactos en el exterior.
Era un joven de los que hac¨ªa saltar los medidores de coeficientes de intelectualidad. Mientras sus compa?eros montaban barricadas en 1968, ¨¦l se dedicaba a prepararse para ser presidente. Es cat¨®lico practicante, aunque, como exige la tradici¨®n laica mexicana, jam¨¢s lo reconoce en p¨²blico. A los 24 a?os se cas¨® con Cecilia Occelli Gonz¨¢lez, con la que tiene tres hijos. Las miradas de muchos mexicanos est¨¢n puestas en esta mujer, con curiosidad por saber si, como su antecesora, ser¨¢ promotora de un puritanismo en cine y televisi¨®n que actualmente alcanza niveles rid¨ªculos.
Carlos Salinas es un triunfador nato. Hasta en el deporte participa para ganar, como lo hizo formando parte del equipo mexicano de equitaci¨®n en los Juegos Panamericanos de 1971. Fue ministro con 34 a?os y se ha convertido ya en el presidente m¨¢s joven de la historia del M¨¦xico posrevolucionario. Sus colaboradores lo definen como un hombre entra?able, pero extraordinariamente exigente. Sus rivales destacan en ¨¦l un car¨¢cter autosuficiente y autoritario. La labor de sus asesores de imagen ser¨¢ la de convertir a quien parece un tecn¨®crata en el humanista que gusta en este pa¨ªs. La labor del propio Salinas ser¨¢ la de buscar, golpe a golpe, credibilidad y respaldo popular para la misi¨®n que hoy comienza.
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