Ni pistola ni pistolera
El l¨ªder de la OLP trata de cambiar su imagen por la de un hombre de paz
Muchos cambios se han producido desde que, hace ahora 14 a?os, Yasir Arafat se dirigiera por primera vez a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Sus propuestas de paz, su lenguaje e incluso su vestimenta no son los mismos. Si bien es cierto que el l¨ªder palestino apareci¨® una vez m¨¢s con su ya t¨®pica kuf¨ªa (pa?uelo) y en traje militar, su apariencia era m¨¢s la de un oficial de alta graduaci¨®n que la de un soldado en traje de faena. Su voz pausada y sus palabras se acercaban m¨¢s a las de un estadista que a las de un revolucionario. El hombre de paz que Yasir Arafat quiere ser no llevaba en esta ocasi¨®n no ya su pistola, sino tan siquiera la pistolera que la alberga.
"Es un momento hist¨®rico", confes¨® el l¨ªder palestino a esta enviada especial mientras le agarraba cari?osamente las manos. Era el martes por la noche y se hab¨ªa producido un peque?o alto para la distensi¨®n. El grupo ¨¢rabe de las Naciones Unidas hab¨ªa organizado una recepci¨®n en su honor, y algunos periodistas tuvimos oportunidad de acercarnos unos minutos al chairman. Al preguntarle si a pesar de las reacciones desfavorables de Estados Unidos e Israel ten¨ªa confianza en que el proceso de paz pudiera iniciarse, Arafat me solt¨® las manos, me mir¨® fijamente a los ojos y, como si intentara transmitir su propio convencimiento, respondi¨®: "Por supuesto". Parec¨ªa relajado y durante una hora departi¨® amistosamente con los asistentes. Nada de declaraciones pol¨ªticas.El camino ha sido largo. Desde la rama de olivo que Abu Amar llevara consigo a la ONU en 1974 hasta el ¨¢rbol que los j¨®venes palestinos de Cisjordania dibujan en las felicitaciones navide?as de la intifada, se "han vertido sangre, l¨¢grimas y sudores", tal como el propio Arafat, reconoci¨® en su discurso. Ha sido precisamente el levantamiento popular palestino, que desde hace un a?o mantiene en jaque a las fuerzas israel¨ªes en los territorios ocupados, el que ha provocado la reflexi¨®n de unos dirigentes un tanto alejados de las realidades de sus compatriotas.
La necesidad de dotar de un objetivo pol¨ªtico concreto a los palestinos del interior, que, cansados de 20 a?os de ocupaci¨®n, estallaron en una revuelta, ha obligado a la c¨²pula de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) a abandonar las grandes palabras y la b¨²squeda de la justicia absoluta por posiciones m¨¢s realistas, susceptibles de abrir una puerta a la negociaci¨®n. Han vuelto as¨ª, 40 a?os despu¨¦s, al punto de partida de la tragedia de su pueblo que fue la no aceptaci¨®n de la resoluci¨®n 181 de la ONU. Es el camino de los moderados de una organizaci¨®n, muchos de cuyos miembros a¨²n respaldaban el terrorismo cuando su l¨ªder intervino por primera vez ante la Asamblea General. Es tambi¨¦n un proceso de evoluci¨®n que ha llevado a Arafat de refrendar una Carta fundacional que pretende la destrucci¨®n de Israel a llamar a los dirigentes de ese pa¨ªs para sentarse con ellos en tomo a una mesa de negociaci¨®n.
El esfuerzo ha llevado a la central palestina al borde de su posibilidades. "?Qu¨¦ m¨¢s podemos hacer?", se preguntaba Faruk Kadurni, el jefe del departamento pol¨ªtico de la OLP, entre saludo y saludo a los embajadores ¨¢rabes que acud¨ªan a expresarle su apoyo. Un Kadumi cansado y ojeroso, pero que no dejaba de esbozar una esperanzada sonrisa. Poco antes del discurso de Arafat hab¨ªan corrido rumores de que el Departamento de Estado norteamericano hab¨ªa tenido acceso al texto y se hab¨ªa permitido efectuar algunas sugerencias. No hubo, sin embargo grandes novedades en la intervenci¨®n de Arafat para quien le hubiera escuchado hace unas semanas en Argel. "Apenas un peque?o paso adelante", seg¨²n una fuente diplom¨¢tica magreb¨ª.
La acci¨®n diplom¨¢tica se concentra ahora en los pa¨ªses de la Comunidad, Europea, en algunos de los cuales (Grecia, Espa?a e Italia) los palestinos tienen un importante valedor. Fuentes palestinas han reiterado estos d¨ªas su confianza en la pr¨®xima presidencia de los doce por parte de Espa?a, cuyo presidente de Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, reconoci¨® recientemente en Bruselas a la OLP como ¨²nico interlocutor v¨¢lido para la soluci¨®n del conflicto de Oriente Pr¨®ximo.
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