Jos¨¦ Antonio Escriv¨¢
Hacer cine norteamericano en Espa?a para venderlo en EE UU
La cosa no deja de tener su gracia. Y su valent¨ªa. Jos¨¦ Antonio Escriv¨¢, de 36 a?os, hijo del famoso cineasta Vicente Escriv¨¢, tuvo muy claro desde peque?o su futuro: el cine. Tampoco le ha dado excesivas vueltas a su sistema como productor: "?Por qu¨¦ comprar a los norteamericanos ciertas pel¨ªculas si podemos hacerlas aqu¨ª m¨¢s baratas? ?Por qu¨¦ no intentar venderles pel¨ªculas nuestras, pero con su estilo?". Alumbra un cine esencialmente comercial, que combina terror, asco, aventura y ficci¨®n cient¨ªfica.
Sus criaturas son, por el momento, dos: Slugs (Muerte viscosa), pel¨ªcula estrenada la pasada primavera en Estados Unidos y en octubre en Espa?a, y The rift (La grieta), que comenzar¨¢ a exhibirse dentro de tres meses al otro lado del Atl¨¢ntico. La primera es una espeluznante historia de: babosas gigantes que se sienten atra¨ªdas por la carne humana. La segunda, la historia de un experimento gen¨¦tico en una cueva submarina con horribles bichos haciendo de las suyas. El director de ambas es Juan Piquer.El proceso de trabajo de Jos¨¦ Antonio Escriv¨¢ no es el habitual en nuestro pa¨ªs. Quiere que el producto sea espa?ol, pero que sepa a norteamericano (SIugs se pas¨® en 160 cines norteamericanos). Escoge, por ello, guiones que mezclen terror y aventura, muy al gusto de la clase media estadounidense. Busca el apoyo monetario y el compromiso de distribuci¨®n de empresas americanas. Acude a especialistas extranjeros de sonido y maquillaje -"dos elementos clave para conseguir el ambiente"-, aunque la gran mayor¨ªa de los t¨¦cnicos son espa?oles. En el reparto ingenia c¨®cteles explosivos. Mezcla a espa?oles como Concha Cuetos y Tony Isbert con actores que trabajan en Dallas, Dinast¨ªa y Los Colby, como Jack Scalia, Deborah Adair y Ray Wise.
La grieta, realizada con un presupuesto de 1,5 millones de d¨®lares, muestra esa atm¨®sfera peculiar de las pel¨ªculas que llegan en los lotes acompa?ando a las grandes superproducciones de Spielberg o Scorsese, pero con una diferencia clave: est¨¢ ¨ªntegramente rodada en un almac¨¦n de Tres Cantos, en Madrid.
Es l¨®gico que con tal planteamiento Jos¨¦ Antonio Escriv¨¢ despotrique contra la pol¨ªtica de subvenciones de la Administraci¨®n al cine y lamente que Espa?a no se abra a perspectivas m¨¢s variadas.
Jos¨¦ Antonio Escriv¨¢ comenz¨® a trabajar en el cine a los 15 a?os, guiado por la tradici¨®n familiar. La estancia de un a?o en el Reino Unido le hizo ver que el mundo anglosaj¨®n es mucho mundo. "Mi padre nunca descuid¨® mi aprendizaje del ingl¨¦s, porque no quer¨ªa que sus hijos se encontraran con un mercado vetado por culpa del idioma". Fue director de producci¨®n en Espa?a de la pel¨ªcula de Warren Beatty Rojos y de Conan el b¨¢rbaro.
Dos a?os en Nueva York marcaron definitivamente sus proyectos. De tal forma se ha enganchado a este mecanismo de producci¨®n que vive la mitad de su tiempo en Estados Unidos. "Tiene que ser as¨ª para estar al tanto de lo que pasa. Para no oxidarse y cultivar las relaciones p¨²blicas. All¨ª tengo, sobre todo, a los compa?eros de negocio. Aqu¨ª, a mis amigos y mi Real Madrid".
Casado y con dos hijos, se ha marcado un ritmo de producci¨®n de una pel¨ªcula y media por a?o. Siempre con su sistema.
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