Un gentilhombre con dudosos t¨ªtulos
El Museo del Louvre, implicado en la irregular compra de un cuadro de Murillo,
??igo Melchor Fern¨¢ndez de Velasco, el gentilhombre sevillano pintado por Bartolom¨¦ Esteban Murillo en el siglo XVII, vestido de negro, con guante en una mano y sombrero en la otra, mira fijamente a la posteridad sin sospechar que, tres siglos despu¨¦s, es punta de iceberg del intrincado y no siempre limpio mercado del arte. El caso del gentilhombre ha estallado esta semana con el procesamiento por encubrimiento de Pierre Rosenberg, primer conservador y jefe del departamento de pintura del Museo del Louvre.
Rosenberg est¨¢ inculpado por la adquisici¨®n, presuntamente irregular, del cuadro para el Louvre, en un caso en el que el juez de Toulon Jean Pierre Bernard ha procesado a otras tres personas -dos de ellas est¨¢n en la c¨¢rcel- y en el que intervienen autoridades del mundo cultural" prestigiosos notarios y los abogados m¨¢s famosos de Francia.La historia judicial se inicia en junio del a?o pasado, cuando Jeanne Deschamps presenta una querella contra quien corresponda por robo y denegaci¨®n de auxilio. Deschamps es la ¨²nica hermana de Suzanne de Canson, una rica anciana que hab¨ªa muerto en 1986 en el domicilio de una amiga, Joelle Pesnel. Deschamps se entera de la muerte de su hermana varios meses m¨¢s tarde y se sorprende de dos detalles: no hay herencia para ella y el cuerpo ha sido incinerado, pr¨¢ctica ajena a las costumbres familiares. Cuando fallece el padre de ambas, las hermanas se reparten la herencia, en la que hay cotizados cuadros.
Suzanne de Canson, bohemia, viajera, vive en Montecarlo, Niza o Suiza. Sus ¨²ltimos a?os, hasta la muerte, los pasa en casa de Joelle Pesnel, una explosiva rubia de unos 40 a?os que asegura ser pintora y restauradora quien estuvo encargada de un bar de los bajos fondos de TouIon. Establecimiento cerrado por decisi¨®n administrativa tras el asesinato de un hombre.
La investigaci¨®n llevada a cabo por el juez Bernard revela que los ?ltimos a?os de Suzanne, de Canson no fueron nada placenteros. Testigos afirman que la enciana estaba encerrada en una habitaci¨®n, pr¨¢cticamente sin ser alimentada. Una empleada de la casa asegura ante el juez que Suzanne com¨ªa sus propios excrementos.Tambi¨¦n declaran que el testamento a favor de su cuidadora, fue firmado bajo presiones.
Tres testamentos
El rompecabezas que va a parar al Murillo se completa con otra historia. Joelle Pesnel sostiene que Suzanne de Canson conoc¨ªa a su abuela, Jeanne Chapuis, desde hac¨ªa 25 a?os y que le hab¨ªa regalado algunos cuadros entre ellos el gentilhombre. Pesnel se presenta como la heredera de las dos ancianas y de todos los cuadros, cuyo valor se eval¨²a en 6.000 millones de pesetas. Otros testigos aseguran que Joelle no visitaba nunca a su abuela Jeanne, francesa residente en Suiza, quien, por otra parte, hab¨ªa muerto en la pobreza en 1979. Pesnel posee tres testamentos -el juez cree que falsos- sobre la supuesta herencia de su abuela, registrados en un notario de Ginebra en 1985, seis a?os despu¨¦s de la muerte.
Con todos estos datos, el juez procesa y encarcela en junio de este a?o a Pesnel por "robo, estafa, falsificaci¨®n y denegaci¨®n de auxilio". Despu¨¦s a?ade el cargo de "secuestro". Un abogado de Toulon, Robert Boissonnet, que ten¨ªa a Pesnel como cliente y que la puso en contacto, en 1983, con Suzanne de Canson, est¨¢ tambi¨¦n procesado y encarcelado como c¨®mplice.
Tres a?os antes, en julio de 1985, la sala de subastas londinense Christie's, que hab¨ªa recibido el cuadro de Joelle Pesnel, lo hab¨ªa puesto a la venta. Entonces entra en escena el Louvre. Seg¨²n el cat¨¢logo, la pintura pertenece al legado Chapuis (la abuela verdadera) y procede de Suiza. El Estado franc¨¦s, sabedor de que el Murillo hab¨ªa estado anteriormente en Francia, se moviliza para impedir la subasta, puesto que la tela ha tenido que salir ilegalmente hasta Suiza. Seg¨²n el diario Le Monde, dos de cuyos periodistas han investigado profundamente el caso, la Direcci¨®n de los Museos de Francia negocia con los abogados de Pesnel y se llega a un acuerdo.
El juez se pregunta c¨®mo pod¨ªa desconocer el Louvre la procedencia dudosa del Murillo y c¨®mo no se dud¨® de los t¨ªtulos de propiedad, sobre todo cuando los testamentos que avalar¨ªan la posesi¨®n est¨¢n fechados en noviembre de 1985 y la compra se cerr¨® en octubre. ?Qu¨¦ t¨ªtulos hab¨ªa un mes antes?.
Conocidos abogados
El abogado que intervino como intermediario en las negociaciones con el Louvre es Paul Lombard, uno de los m¨¢s famosos de Francia. Defendi¨®, por ejemplo, a Henri de Orleans en su reciente disputa con el duque de C¨¢diz sobre el ducado de Anjou. Una de sus colaboradoras, Marie Fran?oise Pestel-Debord, tambi¨¦n procesada, se hab¨ªa ocupado del dificil acuerdo sobre el legado Picasso. La investigaci¨®n ha decubierto que un inventario de la colecci¨®n, fechado en 1979 y adjuntado a los testamentos de la abuela Chapuis, se hab¨ªa redactado con una m¨¢quina de escribir de Lombard. La abogada asegura que le hab¨ªa prestado la m¨¢quina a Joelle Plesnel.Lombard hab¨ªa intervenido tambi¨¦n en otro asunto en el que est¨¢ implicada Plesnel. A instancias de la familia de Joan Mir¨®, un juez de Par¨ªs ha procesado a Plesnel por intentar vender falsos Mir¨®, Balthus y Chagall. La operaci¨®n fue descubierta dos meses antes de la compra del Murillo por el Louvre. Otro dato que, seg¨²n el juez de Toulon, debi¨® prevenir al museo.
Plesnel ha contratado a cinco abogados entre ellos al inevitable Jacques Verg¨¦s -defensor del nazi Klaus Barbie- y al propio Lombard, que ha declarado de momento como testigo. La acusaci¨®n privada, que representa a la hermana de Suzanne de Canson, tampoco se anda con chiquitas y ha elegido al letrado Francis Szpiner, defensor del ex emperador Bokassa y del ex ministro socialista Christian Nucci.
Babelia
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