El espejo de una ciudad
El 5 de octubre de 1979 Ricard P¨¦rez Casado asum¨ªa la alcald¨ªa de Valencia tras la expulsi¨®n del PSPV-PSOE del primer alcalde democr¨¢tico de la ciudad, Fernando Mart¨ªnez Castellano, acusado de irregularidades en las finanzas del partido. Algo m¨¢s de nueve a?os despu¨¦s P¨¦rez Casado abandona el cargo, en un gesto infrecuente entre las autoridades socialistas, al constatar, en su opini¨®n, la imposibilidad de llevar adelante los proyectos de transformaci¨®n urban¨ªstica de la tercera ciudad de Espa?a.De alg¨²n modo, este Ricard P¨¦rez Casado, de 43 a?os de edad, economista, brillante, culto, capaz de leer y conversar en cinco idiomas ' pero tambi¨¦n dubitativo, inconstante y soberbio, representa el espejo de una ciudad. La cara y la cruz de un alcalde pueden trasladarse tambi¨¦n al drama de una ciudad que no acaba de despegar, marginada del eje formado por Madrid, Barcelona y Sevilla, y sin una proyecci¨®n de futuro.
Una reivindicaci¨®n constente de m¨¢s fondos econ¨®micos y de mayor apoyo pol¨ªtico ha presidido el mandato de P¨¦rez Casado. No obstante, el ex alcalde subray¨® ayer que no abandonar¨¢ el partido socialista.
Tras emplazar al Ayuntamiento y a los ciudadanos a mejorar la calidad de vida en Valencia y destacar que "la ciudad est¨¢ mucho mejor que e n 1979", P¨¦rez Casado no rudo reprimir ayer una cita de su admirado Enrique Tierno Galv¨¢n. "El que fuera alcalde de Madrid dec¨ªa que en el PSOE hab¨ªa poderes f¨¢cticos. Si existen, son una perversi¨®n del socialismo democr¨¢tico".
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