Pek¨ªn defiende que los africanos sigan estudiando en China, pese a los disturbios raciales
Funcionarios chinos y diplom¨¢ticos de pa¨ªses africanos aseguraron ayer que los estudiantes africanos podr¨¢n continuar estudiando en la Rep¨²blica Popular, pese a los disturbios raciales que, en los ¨²ltimos d¨ªas, han sacudido las ciudades de Nank¨ªn y Hangzhou.Los incidentes, especialmente los m¨¢s graves, ocurridos en la ciudad de Nank¨ªn, donde se registraron varios heridos, son un reflejo claro de la discrepancia existente entre el discurso oficial del r¨¦gimen de China (incondicionalmente solidario) y los sentimientos de su pueblo ante los pa¨ªses africanos.
Los recientes disturbios evidencian tambi¨¦n, una vez m¨¢s, la imposibilidad de reducir el racismo a una explicaci¨®n l¨®gica si se tiene en cuenta que apenas unos 1.500 becados del ?frica negra, diluidos en una multitud de 1.000 millones de habitantes, suscitan tales y tan repetidas muestras de hostilidad.
"Diablo negro"
"A veces hay gente que me pasa el dedo por la cara para ver si no desti?o, otros escupen cuando me ven pasar o me tratan simplemente de diablo negro", cuenta un gabon¨¦s que estudia en la capital china."Nuestra beca es de 270 yuanes por mes, con lo que en China vive una familia de tres personas, y por eso muchos estudiantes chinos nos consideran privilegiados. Pero a m¨ª, solamente en comer en la cantina, se me van 253 yuanes", a?ade el mismo estudiante.
Otros se rebelan contra el ascetismo que el r¨¦gimen de la universidad y los prejuicios quieren imponer a sus vidas: "Si ven a una china con un negro, la tratan de puta. Y al entrar en los dormitorios de extranjeros, ellas deben anotar su nombre y n¨²mero de documento. ?Qu¨¦ quieren? ?Que no veamos a ninguna mujer durante seis a?os de estudio? Como si los chinos que van a ?frica no se acostaran con negras...", dice un sudan¨¦s.
Uno de los dirigentes de los estudiantes africanos, que se organizaron tras los incidentes similares ocurridos en Tianjin hace dos a?os, piensa que "los chinos tienen m¨¢s razones para odiar a los japoneses, pero por el momento los necesitan, y entonces los sonr¨ªen y los hacen reverencias.
Tambi¨¦n hay gente descontenta con la pol¨ªtica de apertura del r¨¦gimen, creen que sin extranjeros las cosas ir¨ªan mejor para el pa¨ªs, y se las agarran entonces con nosotros, pues los negros somos el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena".
La mayor¨ªa de los estudiantes africanos aprecia, sin embargo, el nivel de la ense?anza procurada. "Los talleres est¨¢n bien equipados y los profesores se toman el trabajo en serio. Pero apenas uno sale del aula se encuentra con un muro impenetrable. Es como estar en la prisi¨®n", dice uno de ellos, estudiante de electricidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.