Resucita el 'Irangate'
Conmoci¨®n en Washington por la posibilidad de que Bush y Reagan declaren en el juicio contra North
El olvidado esc¨¢ndalo Irangate, que equivocadamente se pens¨® que iba a ser capaz de derrumbar a Reagan y poner a los dem¨®cratas en la Casa Blanca, ha resucitado por la sorprendente decisi¨®n del principal conspirador, Oliver North, de citar como testigos en su juicio al presidente y a su sucesor, George Bush. La posibilidad de que ambos o s¨®lo uno de ellos comparezca el 31 de enero ante el tribunal es casi nula, pero ha conmocionado pol¨ªticamente a Washington y ha desatado una pol¨¦mica de interpretaci¨®n constitucional.
La sola posibilidad, aunque sea s¨®lo eso, de que Bush, reci¨¦n iniciado su mandato, se enfrente a la reconstrucci¨®n del Irangate reabriendo la caja de los truenos de las operaciones encubiertas, y su declaraci¨®n bajo juramento, es demasiado fascinante para ser cre¨ªble. La Casa Blanca ya ha sugerido que Reagan y Bush podr¨ªan testificar con v¨ªdeos o por escrito.Oliver North, el fan¨¢tico coronel de marines al que Ronald Reagan calific¨® de "h¨¦roe" y de "patriota", est¨¢ dispuesto a todo, otra vez, para evitar su juicio como principal conspirador del Irangate. Incluso a arrastrar a su antiguo comandante en jefe, el presidente, y a su sucesor en la Casa Blanca, George Bush, como testigos en el proceso criminal para que le exoneren de culpa y quede claro que Ollie s¨®lo cumpl¨ªa ¨®rdenes superiores. Si no acuden, los abogados de North podr¨ªan alegar indefensi¨®n de su cliente al no poder contar con un testimonio que estiman "relevante".
La Casa Blanca entiende que es la ¨²ltima estratagema de North, acusado de conspiraci¨®n para defraudar al Gobierno desviando ilegalmente dinero de la venta de armas a Ir¨¢n para la contra nicarag¨¹ense, para lograr un perd¨®n presidencial antes del juicio, fijado para el 31 de enero.
Perd¨®n imposible
La decisi¨®n de la defensa de North -el fontanero anticomunista que mont¨® desde la Casa Blanca el mayor esc¨¢ndalo de la presidencia- de citar como testigos de su defensa a Ronald Reagan y a George Bush hace imposible pol¨ªticamente el perd¨®n, que ser¨ªa entendido como un recurso para no testificar.
North piensa citar tambi¨¦n como testigos de su defensa al secretario de Estado, George Shultz, y al ex ministro de Justicia, Edwin Meese, y quiz¨¢ tambi¨¦n al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El presidente, que ha recibido innumerables presiones de la extrema derecha, ha dicho que no debe considerarse el perd¨®n hasta despu¨¦s de concluido el juicio. Tanto Reagan como Bush han manifestado repetidamente que no sab¨ªan del desv¨ªo de fondos a la resistencia nicarag¨¹ense.
Oliver North, que durante unos d¨ªas del verano de 1987, cuando testific¨® ante el Congreso, se convirti¨® en un ¨ªdolo nacional comparado al general Mac Arthur, para caer en seguida en el olvido, ha declarado que ¨¦l comunic¨® todo el montaje a su inmediato superior, el consejero de Seguridad Nacional John Poindexter. Este ex almirante, la quintaesencia del bur¨®crata, que despachaba todas las ma?anas con Reagan y que tambi¨¦n est¨¢ procesado como conspirador, asegur¨® que nunca le dijo al presidente lo que se estaba cociendo.
Muy poca gente cree realmente que North y Poindexter actuaran por su cuenta sin ¨®rdenes, o al menos anuencia, superiores. Pero una larga investigaci¨®n parlamentaria no consigui¨® implicar directamente al presidente y se limit¨® a establecer que Reagan hab¨ªa sido negligente en su deber constitucional de hacer que se cumplieran las leyes.
La Casa Blanca, tras decir que las citaciones judiciales suscitan "importantes cuestiones legales y constitucionales", ha manifestado que defender¨¢ judicialmente la negativa de Reagan y Bush a acudir como testigos de North. Ning¨²n presidente en ejercicio ha testificado en persona.en un juicio penal. Bush ya ser¨¢ presidente cuando se abra el juicio, si se abre, ya que existen m¨¢s trucos legales para posponerlo e incluso para hacerlo inviable. Pero Reagan ser¨¢ ya un ciudadano privado, y su defensa para no acudir al tribunal, m¨¢s d¨ªficil.
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