Las cr¨ªticas de Soares hacen peligrar la 'cohabitaci¨®n a la portuguesa'
El tradicional mensaje de a?o nuevo del presidente portugu¨¦s, el socialista Mario Soares, lleno de reticencias y cr¨ªticas veladas a la pol¨ªtica del Gobierno del socialdem¨®crata An¨ªbal Cavaco Silva, es interpretado en los medios pol¨ªticos como el fin de una tregua de m¨¢s de dos a?os en la guerra institucional entre la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno, que domina desde 1976 la vida pol¨ªtica lusa y fue durante los dos mandatos del anterior presidente, Antonio Ramalho Eanes, la causa principal de inestabilidad pol¨ªtica.
Una lectura cuidadosa del discurso de Soares revela la habilidad del ex secretario general del PS, ya que no dio el m¨ªnimo pretexto a Cavaco Silva para acusar el presidente de la Rep¨²blica de injerencia en las competencias del poder ejecutivo: ni una referencia precisa, ni una cr¨ªtica concreta, sino un elogio global de la pol¨ªtica seguida matizada de reparos y advertencias: el crecimiento econ¨®mico es un hecho, pero hay que tener en cuenta los aspectos culturales, sociales, morales... La creaci¨®n de riquezas es importante, pero la agitaci¨®n laboral (que tal vez no era inevitable) revela un cierto descuido en relaci¨®n a la distribuci¨®n equitativa del producto...
Mario Soares es, obviamente, un firme defensor de la integraci¨®n europea, pero Portugal, dijo, debe defender su identidad, su genio nacional, su manera de estar en el mundo, que le crea una personalidad diferente de las otras naciones y le impone deberes especiales, en materia, por ejemplo, de cooperaci¨®n con Africa. Tampoco niega los poderes conferidos, en democracia, a la mayor¨ªa, pero recuerda que ¨¦sta debe respetar las minor¨ªas y no tratar de hegemonizar el aparato del Estado..
Ba?o de masas
Una serie de sectores profesionales merecieron palabras de especial aprecio del Jefe del Estado: los profesores, los magistrados, los im¨¦dicos, los profesionales de la informaci¨®n, los militares. Tal vez sea por casualidad, pero todos ellos est¨¢n en conflicto, abierto o latente, con el Gobierno de Cavaco...Adem¨¢s, Soares hab¨ªa anunciaclo la suspensi¨®n de sus visitas oficiales a provincias porque hay elecciones municipales en octubre de 1989 y, dec¨ªa, no quiere interferir, pero empez¨® el a?o con un ba?o de masas en Vilarreal, en el extremo noreste.
Las interpretaciones acerca de los motivos de la ofensiva presidencial no son coincidentes. Para unos, Soares trata tan s¨®lo de recuperar el prestigio y el protagonismo, llegado a la mitad de su mandato y con los ojos puestos en la estrategia que el PSD puede preparar de cara a las presidenciales de 1991. Sin embargo, en una entrevista concedida el 24 de diciembre, Mario Soares afirmaba seriamente que no aspirar¨ªa a un segundo mandato. Los rumores de una eventual candidatura de Soares al cargo de secretario general de la ONU circulan con insistencia desde hace meses, y los desmentidos del ex l¨ªder socialista han sido blandos.
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