La guerra del ozono
LOS AEROSOLES, las espumas, los extintores, ciertos envases de pl¨¢stico, los refrigeradores, los disolventes y otros productos que hacen un poco m¨¢s f¨¢cil nuestra civilizaci¨®n est¨¢n impulsados por clorofluorocarbonos (CFC) y por halones. En un a?o, el mundo utiliza 750.000 toneladas (datos de 1984). No se pierden, no se degradan, sino que ascienden a la estratosfera, y su estabilidad puede permanecer durante un siglo. Pero al recibir los rayos ultravioleta que env¨ªa el Sol, se descomponen, producen cloro y destruyen el ozono. Un ¨¢tomo de cloro destruye 100.000 mol¨¦culas de ozono. El ozono, en la atm¨®sfera, sirve precisamente para filtrar los rayos ultravioleta, y ¨¦stos, sin el adecuado filtro, producen c¨¢ncer, malformaciones gen¨¦ticas y otras enfermedades, adem¨¢s de modificar a la larga el clima de la Tierra. En los dos polos, donde se han ido acumulando, existen ya agujeros de ozono de magnitud importante: se consideran irreparables, y hay quien considera que el clima ha cambiado ya y que los hielos pueden terminar fundiendose.Hace m¨¢s de 15 a?os, dos qu¨ªmicos, Sherwood Rowland y Mario Molina, advirtieron lo que estaba sucediendo y pronosticaron exactamente lo que ha sucedido. Ese es el tiempo que las autoridades internacionales han tardado en llegar a ponerse de acuerdo y a decidir un pacto mundial para suprimir este componente a partir del 1 de enero de este a?o. Sin embargo, la industria tardar¨¢ cinco a?os en eliminarlos y quiz¨¢ hasta fin de siglo en encontrar sustitutos. Se considera un tiempo suficiente para que el da?o no sea m¨¢s grave; pero la atm¨®sfera tardar¨¢ probablemente un siglo en quedar libre de las mol¨¦culas almacenadas. Algunos grandes almacenes -como Harrod's, de Londres- han suprimido ya la venta de aerosoles, y ciertas industrias limitan su fabricaci¨®n a los usos m¨¦dicos y a los extintores de incendios, cuyo uso es m¨ªnimo. El riesgo est¨¢ en los aerosoles almacenados en pa¨ªses del Tercer Mundo y en zonas que ignoren la prohibici¨®n o no crean en ella.
Esta decisi¨®n tiene dos caras. La optimista es la suma de esfuerzos de organismos mundiales para llegar a un acuerdo, y la colaboraci¨®n que est¨¢n prestando las grandes empresas multinacionales -Dupont, Bayer, Philips, General Electric, etc¨¦tera- para el cese de la fabricaci¨®n de estas sustancias y la dedicaci¨®n de fondos para la investigaci¨®n inmediata de productos de sustituci¨®n que no sean nocivos.
La cruz es que se hayan tardado 15 a?os en conseguir estos acuerdos sobre temas primordiales. La sociedad actual es muchas veces indiferente a las amenazas que se hacen para un futuro en el que no va a estar presente, y s¨®lo comienza a alarmarse cuando nota en s¨ª misma los efectos. Los problemas a trav¨¦s de los que sigue avanzando nuestra civilizaci¨®n actual por caminos arriesgados son mucho m¨¢s complejos que el que se presenta en el caso de los aerosoles, y habr¨ªa que plante¨¢rselos desde los principios de poblaci¨®n y el reparto de los bienes del universo. Mientras esa filosof¨ªa general pasa de la teor¨ªa a la pr¨¢ctica, buenos son estos atajos que van afectando a algunos casos concretos.
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