El contaminado ¨ªndice de la 'contaminaci¨®n'
Los valores de azufre y part¨ªculas bajaron ayer por la lluvia y el d¨ªa festivo
Tanto el ¨ªndice de di¨®xido de azufre como el de part¨ªculas de humo en suspensi¨®n bajaron ayer, tal como preve¨ªa el Ayuntamiento, al ser d¨ªa festivo y mantenerse las medidas restrictivas de calefacci¨®n y tr¨¢fico. La media del d¨ªa se situ¨® ayer en torno a los 175 microgramos de S02 y a los 150 de part¨ªculas, seg¨²n datos provisionales de los t¨¦cnicos municipales. La lluvia, registrada ayer de forma intermitente en amplias zonas, tambi¨¦n contribuy¨® al descenso. Manuel Toharia explica en el siguiente art¨ªculo la peripecia de los elementos contaminantes cuando falla la escoba meteorol¨®gica y denuncia las mediciones del Ayuntamiento, que no constituyen "toda la verdad".
Todos los a?os por estas fechas se producen situaciones meteorol¨®gicas que propician la acumulaci¨®n de basuras a¨¦reas en la atm¨®sfera urbana. Pero este a?o estamos viviendo una situaci¨®n especialmente conflictiva; porque desde hace m¨¢s de un mes nos acompa?a un potente anticicl¨®n que impide la llegada a Espa?a de las borrascas. Y conviene recordar que el tiempo lluvioso y ventoso act¨²a de eficaz escoba meteorol¨®gica, dispersando la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica.Y eso es precisamente lo que estamos echando en falta estos d¨ªas, un tiempo borrascoso que ayude a limpiar el aire que respiramos. Aunque, desde luego, en estos casos se trata de una limpieza enga?osa. Algo as¨ª como el ama de: casa poco cuidadosa que, con su plumero, cree limpiar el polvo cuando en realidad s¨®lo lo est¨¢ trasladando de un sitio a otro de la misma habitaci¨®n. Los diferentes compuestos s¨®lidos, l¨ªquidos y gaseosos del aire sucio de las ciudades y zonas industriales no desaparecen como por arte de ensalmo cuando llegan las borrascas; s¨®lo se diluyen en una mayor cantidad de aire, o bien se depositan en el suelo o pasan a las aguas corrientes, arrastrados por la lluvia. En todo caso, la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica disminuye, sin duda, pero a costa de ensuciar el suelo y las aguas.
Diferencias t¨¦rmicas
Con todo, ni siquiera ¨¦se es el caso en la actualidad. Estos d¨ªas, la boina contaminante que cubr¨ªa la capital de Espa?a hab¨ªa adquirido una densidad y un colorido que har¨ªa empalidecer de envidia a los m¨¢s famosos smogs de la historia. La extensa mancha gris de aire casi irrespirable se extend¨ªa a muchos kil¨®metros a la redonda; algo perceptible con suma claridad. desde las zonas altas de la sierra, donde la temperatura a primeras horas de la ma?ana superaba los 10 grados mientras que en la capital los term¨®metros apenas alcanzaban los tres o cuatro grados.
El mayor problema para la ventilaci¨®n del ambiente urbano lo constituye precisamente esta diferencia de temperatura entre las zonas bajas y altas de la atm¨®sfera, aunque a primera vista no parece que el fen¨®meno tenga mucho que ver, con la contaminaci¨®n. El hecho es que, cuando tenemos altas presiones, y ayer por la tarde el centro del potente anticicl¨®n se encontraba situado encima mismo de la Pen¨ªnsula, el aire de las zonas bajas de la atm¨®sfera es m¨¢s fr¨ªo que el que se encuentra por encima de ¨¦l. Por ejemplo, en el puerto de Navacerrada puede haber una temperatura de un par de grados sobre cero, mientras que en Madrid capital se registran dos o tres grados bajo cero.
Esta situaci¨®n no es normal, y de hecho los cient¨ªficos las denominan "inversiones t¨¦rmicas"; precisamente porque se invierte el orden normal de temperaturas. Todo el mundo sabe que, en general, hace mucho m¨¢s fr¨ªo en Navacerrada, a m¨¢s de 1.800 metros de altitud, que en Madrid, que s¨®lo est¨¢ a 650.
Esta inversi¨®n t¨¦rmica es el peor enemigo que podemos imaginar en cuesti¨®n de limpieza del aire urbano. Porque, por su culpa, los distintos contaminantes que la actividad urbana emite de forma constante -chimeneas de calefacci¨®n e industriales, tubos de escapes, etc¨¦tera- se ven imposibilitados en su intento de difusi¨®n, y se quedan estancados en las zonas m¨¢s bajas de la atm¨®sfera. Ese estancamiento y por supuesto, la incesante actividad de la gran ciudad acaban produciendo un r¨¢pido incremento de la contaminaci¨®n del aire. Es decir, un aumento de la concentraci¨®n de las basuras a¨¦reas en las zonas m¨¢s bajas de la atm¨®sfera; all¨ª precisamente donde nosotros respiramos.
Medidores municipales
El Ayuntamiento de Madrid dispone desde hace ya a?os de una red de medidores autom¨¢ticos de diversos contaminantes, en particular el anh¨ªdrido sulfuroso y la materia s¨®lida en suspensi¨®n (polvo y humo). Lo malo es que las cifras que suelen facilitar los responsables municipales suelen referirse a promedios globales de toda la ciudad y durante todo un d¨ªa; y, sin que sean mentira, dichos datos tampoco constituyen toda la verdad. Porque habr¨¢ zonas mucho m¨¢s contaminadas que otras y, desde luego, hay momentos del d¨ªa especialmente peligrosos -por ejemplo, por la ma?ana temprano- y en los que la densidad de suciedad tiene poco que ver con la que puede haber a media tarde, sin ir m¨¢s lejos.
Lo malo es que no se le ve final al anticicl¨®n de marras. Lleva m¨¢s de un mes con nosotros, aunque a veces parece como si amagase un alejamiento que nunca se produce. Y mientras en los mapas del tiempo no veamos acercarse de verdad a las borrascas, con su eficaz escoba meteorol¨®gica a base de vientos y lluvias, poco podremos hacer. Ni siquiera valen de mucho las medidas de alarma tomadas por las autoridades; s¨®lo servir¨ªa de algo la prohibici¨®n absoluta de emitir humo por las chimeneas o los tubos de escape, algo que estamos seguros que no aceptar¨ªa la inmensa mayor¨ªa de los madrile?os. Salvo que dispongan de calefacciones el¨¦ctricas o de gas, y est¨¦n dispuestos a moverse exclusivamente en bicicleta, andando o en metro. ?Utop¨ªa? Quiz¨¢, pero en algunas capitales europeas y americanas se han iniciado programas de sustituci¨®n del transporte colectivo de superficie por veh¨ªculos el¨¦ctricos. Con bater¨ªas, desde luego, porque no estamos reivindicando la vuelta de los trolebuses y tranv¨ªas. ?O quiz¨¢ si?...
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