La armon¨ªa del reino animal

El calendario navide?o, ¨¦poca de potencial aumento del p¨²blico juvenil e infantil, se aprovecha para acumular estrenos cinematogr¨¢ficos supuestamente id¨®neos para dichos espectadores. En este apartado, la moda es la presencia de largometrajes, documentales de ficci¨®n, protagonizados por animales en las que existe un tratamiento antropomorfista de las criaturas irracionales. Frente al mensaje ecologista de El oso, este filme japon¨¦s impone otro de signo naturalista y marcado humanismo.La referencia y comparaci¨®n con los similares productos realizados por los estudios Walt Disney es casi obligada, aunque en la actualidad les llevan ventaja, pues el perro Benji, cuya ¨²ltima entrega ha sido Cuatro cachorros para salvar, supera en dinamismo y audacia a muchas de las pel¨ªculas de ahora de la factor¨ªa Disney.

Trabajo primoroso

Masanori Hata, zo¨®logo y escritor bajo el seud¨®nimo de Mutsugoro, con el asesoramiento de Kon Ichikawa (director por partida doble de El arpa birmana y de un filme donde realizaba una sarc¨¢stica cr¨ªtica del final de la ¨¦poca Meiji, a trav¨¦s de la mirada del gato de un profesor, Waga Hai Wa Neko De Aru), ha realizado un primoroso y paciente trabajo, cuyo rodaje ha durado cinco a?os.El resultado es, aproximadamente, hora y media de protagonismo a cargo de un gato, Chatran, nacido en una granja donde conviven distintos animales, desde que nace hasta que forma familia y vemos nacer a sus hijos. En el transcurso de la acci¨®n, Chatran, alejado por accidente de la granja, realiza un viaje a trav¨¦s de un r¨ªo que le pone en contacto con la vida animal y el orden de la naturaleza, mientras se van sucediendo las estaciones. La aventura del felino es utilizada por Masanori Hata para mostrar el equilibrio y armon¨ªa del reino animal, en el que la violencia es la m¨ªnima requerida para la supervivencia, y presenta un universo donde la convivencia y la solidaridad entre distintas especies es posible; baste recordar que el mejor amigo de Chatran es un perro.

La ¨²nica presencia humana en el filme es la existencia de la voz en off, que es en exceso reiterativa y molesta en sus continuos subrayados de la acci¨®n. La banda sonora musical de Ryuchio Salcarnoto -oscar por la de El ¨²ltimo emperador- es algo ramplona.

Y el mayor m¨¦rito del filme es su minuciosa elaboraci¨®n, la belleza de algunos momentos y su mensaje de armon¨ªa y orden natural, tan sincero como pretencioso, lo que no impide que la proyecci¨®n sea algo cansina, a pesar de poseer ciertas secuencias disfrutables.