El Mosad, al descubierto
La libertad de expresi¨®n en Israel, por encima de la seguridad del Estado
Los servicios de espionaje israel¨ªes (Mosad) son estos d¨ªas objeto de un debate p¨²blico sin precedentes en el pa¨ªs. En el centro de este debate se halla su responsable, contra el que se han lanzado cr¨ªticas igualmente inusitadas. El jefe del Mosad, cuyo nombre jam¨¢s ha sido publicado, ha dimitido, y su sucesor ser¨¢ designado pr¨®ximamente por el jefe del Gobierno, Isaac Shamir, tras consultar al viceprimer ministro, Sim¨®n Peres, y al titular de Defensa, Isaac Rabin."El jefe del Mosad goza de la total confianza del primer ministro, Shamir", afirma un comunicado oficial. "La dimisi¨®n no tiene nada que ver con los rumores e informaciones publicadas sobre su persona ¨²ltimamente. De todos modos, su cese estaba previsto desde hace rneses", agrega el comunicado.
Es normal que un primer ministro, responsable ¨²ltimo de los servicios de espionaje, quiera proteger a un subordinado, pero los expertos israel¨ªes est¨¢n convencidos de que el actual esc¨¢ndalo, si no provocado, al menos ha acelerado la dimisi¨®n del jefe de los servicios secretos.
El Mosad recoge las informaciones de naturaleza pol¨ªtica y militar, se ocupa de la lucha entre los servicios de informaci¨®n diversos, investiga y eval¨²a los acontecimientos pol¨ªticos; en definitiva, es responsable de operaciones especiales, lo que no significa necesariamente espionaje. A eso hay que agregar que el Mosad mantiene contactos con pa¨ªses que no tienen relaciones diplom¨¢ticas con Israel.
El papel preponderante del Mosad se refleja en el hecho de que su jefe preside las reuniones de las c¨²pulas de todas las diferentes ramas de los servicios de espionaje, incluidos los de informaci¨®n militar (Shin-Beth) y los del Ministerio de Asuntos Exteriores. A ning¨²n Gobierno le gusta que salga a la luz p¨²blica lo que se cuece en su cocina, y menos todav¨ªa si se trata de fracasos. Es sabida la lucha llevada durante mucho tiempo en los tribunales de justicia por la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, para impedir la publicaci¨®n en el Reino Unido de un libro escrito por un antiguo agente secreto. Tambi¨¦n all¨ª el Gobierno termin¨® por perder y sus demandas fueron desestimadas por los tribunales.
Victoria period¨ªstica
En Israel, la censura rechaz¨® cinco veces seguidas otras tantas versiones sucesivas de un art¨ªculo sobre el Mosad que el semanario Hadashoth deseaba publicar. El redactor jefe de la publicaci¨®n recurri¨® al Tribunal Supremo, gan¨® el caso y el art¨ªculo pudo aparecer finalmente ayer.El art¨ªculo revela que la dimisi¨®n del jefe de los servicios secretos ha sido debida a una serie de fracasos causados por "su pasividad..., su falta de iniciativa". Entre los fracasos m¨¢s llamativos, el diario destaca el affaire Pollard (espionaje en Estados Unidos) y el Irangate.
El jefe del Mosad, revela el art¨ªculo, se ha defendido de estas acusaciones alegando que no sab¨ªa lo que pasaba, aunque en realidad "sab¨ªa, pero tem¨ªa intervenir por no mojarse; ni siquiera alert¨® al primer ministro". "Esta agencia", dice Hadashoth, "que se hab¨ªa cubierto de gloria en el mundo gracias a sus haza?as, parece como si hubiera envejecido. Su jefe prefer¨ªa no tomar iniciativas y limitarse a dejar los barcos amarrados en el puerto".
El profesor Itzhak Zamir, antiguo consejero jur¨ªdico del Gobierno, ha declarado en la televisi¨®n israel¨ª que aprueba la decisi¨®n del Tribunal Supremo de permitir la publicaci¨®n del art¨ªculo: "No se puede asfixiar la libertad de expresi¨®n con el pretexto de que est¨¢ amenazada la seguridad del Estado".
[Parlamentarios israel¨ªes y representantes de la OLP han mantenido en Par¨ªs un primer di¨¢logo indirecto durante un coloquio organizado por el Senado franc¨¦s sobre el papel europeo en el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo, informa France Presse).
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