La Federaci¨®n Europea de Sanidad Animal denuncia el funcionamiento de un mercado negro de hormonas

La Federaci¨®n Europea de Sanidad Animal (Fedesa), en un memor¨¢ndum redactado para el comit¨¦ de investigaci¨®n del Parlamento Europeo para los problemas de calidad en la carne, ha denunciado el funcionamiento de un mercado negro para la comercializaci¨®n de hormonas en los diferentes pa¨ªses miembros. Para los responsables de esta entidad hay, adem¨¢s, indicios claros de que el crimen organizado est¨¢ implicado en la distribuci¨®n de hormonas il¨ªcitas en ese mercado.

Fedesa es una asociaci¨®n constituida en 1987 que representa a la industria de productos farmac¨¦uticos para uso veterinario a nivel europeo. Sus miembros son las diferentes asociaciones nacionales, como la espa?ola Veterindustria, as¨ª como 20 corporaciones de investigadores de car¨¢cter internacional. Entre sus miembros est¨¢n las firmas Elanco, Pitman-Moore, Roussel-Uclaf, Syntex y Upjohn, productores de las cinco hormonas (oestradiol 17B, progesterona, testosterona, trembolona y zeranol) que estaban registradas en diferentes Estados miembros antes de su prohibici¨®n por la CE. Seg¨²n los datos manejados por esta federaci¨®n, la prohibici¨®n de la CE a la utilizaci¨®n de una serie de hormonas que se hab¨ªan utilizado antes en la legalidad en el conjunto de la Comunidad ha supuesto un grave perjuicio econ¨®mico para los ganaderos y una inseguridad del consumidor, al no existir suficientes controles sobre la carne por el coste elevado de los mismos. En Espa?a, los gastos del sector en la adquisici¨®n de ese tipo de hormonas legales no superaba los 1.000 millones de pesetas. En el conjunto de la Comunidad, los gastos se situar¨ªan entre los 25.000 y los 30.000 millones de pesetas.

Para Fedesa, actualmente los ganaderos de los pa¨ªses comunitarios estar¨ªan pagando en el mercado negro el doble o el triple de su precio por productos que no re¨²nen las debidas garant¨ªas. Las cinco empresas que comercializaban las cinco hormonas dejaron de ofertar ese producto a partir de la prohibici¨®n. Sin embargo, seg¨²n denuncia Fedesa en su memor¨¢ndum al Parlamento, se est¨¢n comercializando otras hormonas a trav¨¦s de mayoristas que proceden de Estados ajenos a la CE y especialmente desde la Europa del Este. En pa¨ªses como Italia, B¨¦lgica y Holanda, los mercados de hormonas il¨ªcitas, as¨ª como de otros productos sustitutivos, est¨¢n ampliamente abastecidos, y se considera que algunos de los esc¨¢ndalos aparecidos en varios Estados representan solamente parte del iceberg de este problema.

Situaci¨®n peligrosa

Investigaciones realizadas por la propia Federaci¨®n en el mercado pusieron de manifiesto que muchas de las hormonas vendidas como tales eran compuestos desconocidos, situaci¨®n que podr¨ªa ser peligrosa. Se denuncia que los productos que se venden como hormonas se van adaptando progresivamente en funci¨®n del avance de los m¨¦todos de detecci¨®n utilizados por las autoridades comunitarias, en todo caso muy costosos y que no pueden responder para eliminar el problema.

Por parte de Fedesa se defiende la seguridad de las cinco hormonas prohibidas en la CE; se considera que no tienen riesgos para la sanidad y que mejoran la calidad de la carne, seg¨²n los informes de diferentes expertos y organismos internacionales como el Comit¨¦ de Expertos sobre Aditivos de la FAO y la Comisi¨®n del C¨®digo Alimentario de las Naciones Unidas. Para los responsables de esta Federaci¨®n, la CE adopt¨® esa decisi¨®n fundamentalmente con el fin de reducir los excedentes de carne de vacuno, como se?ala el informe, "ha indicado tanto publica como privadamente la Comisi¨®n Europea". Seg¨²n el informe de esta organizaci¨®n, la decisi¨®n de Bruselas ha sido m¨¢s emocional y burocr¨¢tica que cient¨ªfica, y no est¨¢ en consonancia con las investigaciones costosas que llevan a cabo las industrias del sector.

En el caso de Espa?a, apunta un informe de Veterindustria, en los ¨²ltimos a?os se produjo un fuerte avance en el control de las hormonas. En 1983 estaban tratadas con productos ilegales 650.000 cabezas, cifra que se redujo a 520.000 en 1985, a 270.000 en 1986, a 150.000 en 1987 y cero animales en 1988. Por el contrario, el n¨²mero de animales tratados con hormonas legales pas¨® de 220.000 en 1983 a 800.000 en 1988. El uso de anabolizantes legales, seg¨²n la industria, supone un peso extra para el animal de 20 kilos, as¨ª como una mejor valoraci¨®n de canal entre 20 y 40 pesetas por kilo. Ello supone un beneficio extra bruto de unas 17.000 pesetas por animal. Debido a los mejores resultados, se considera que la prohibici¨®n del uso de este tipo de hormonas no va a suponer su eliminaci¨®n del mercado, por lo que ser¨ªa indispensable una soluci¨®n cient¨ªfica al problema, para evitar que los ganaderos paguen m¨¢s en el mercado negro y se ponga realmente en peligro a los consumidores por el uso de productos sin control.