Un hombre liberado de una sombra

George Herbert Walker Bush mostr¨® ayer una relajada sonrisa cuando junto a la escalinata del Capitolio desped¨ªa a Ronald Reagan y se liberaba as¨ª de la pesada sombra que signific¨® ser durante ocho a?os el segundo de un hombre con arrolladora personalidad. Bush ve¨ªa cumplido el sue?o de llegar a la presidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta. La persistencia y una notable capacidad de acomodaci¨®n pol¨ªtica durante 22 a?os de vida p¨²blica le han valido convertirse en inquilino de la Casa Blanca. A partir de ahora, lo que haga depender¨¢ de ¨¦l mismo y no tendr¨¢ que disfrazarse con los gestos y maneras de su antiguo jefe, algo para lo que no estaba precisamente demasiado dotado.El curr¨ªculo de este patricio de Nueva Inglaterra, educado en los mejores colegios de la costa Este y que amas¨® riqueza con el petr¨®leo en Tejas, no escasea de experiencias para perfilar la carrera de presidente. Congresista, senador, embajador en Naciones Unidas, primer representante diplom¨¢tico de su pa¨ªs en China, jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), aspirante a la presidencia y vicepresidente que ha recorrido medio mundo como representante de Reagan.

Y sin embargo nadie apostaba por ¨¦l cuando a principios del a?o pasado se iniciaba el largo camino hacia la Casa Blanca. Los dem¨¦ritos de su rival dem¨®crata, Michael Dukakis, le llevaron al triunfo. Bush tendr¨¢ ahora que deshacer los interrogantes que pesan sobre su capacidad como l¨ªder.