Las obras maestras de la colecci¨®n Masaveu, en el palacio de Villahermosa

La exposici¨®n Obras maestras de la colecci¨®n Masaveu se inaugur¨® ayer en el palacio de Villahermosa, del Museo del Prado, tras su reciente presentaci¨®n en Oviedo, dentro de los actos conmemorativos del sexto centenario de la instituci¨®n del t¨ªtulo de Pr¨ªncipe de Asturias. Seg¨²n Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, director del Prado y responsable de la selecci¨®n de los 55 cuadros entre las 600 piezas de la colecci¨®n de la familia asturiana Masaveu, es "una oportunidad excepcional de conocer algunas obras desconocidas de maestros de la pintura de los siglos XIV al XIX". En la muestra hay obras de Goya, El Greco, Zurbar¨¢n, Ribera, Rubens, El Bosco, Berruguete y Carre?o de Miranda.

Tras exhibirse en Asturias, donde est¨¢ su sede permanente, se ha inaugurado ahora en Madrid, en el palacio de Villahermosa, la muestra Obras maesiras de la Colecci¨®n Masaveu, que consta de una selecci¨®n de 55 cuadros, elegidos entre los ricos fondos que posee esta colecci¨®n privada correspondientes al arte antiguo.Antes de comentar el contenido de lo que ahora se nos ofrece mediante la exposici5n, conviene aclarar que la Colecci¨®n Masaveu, cuya constituci¨®n es relativamente reciente, pues datan sus or¨ªgenes de poco despu¨¦s de terminada nuestra guerra civil, consta de aproximadamente 600 obras, de las cuales una parte muy relevante pertenece al arte contempor¨¢neo espa?ol, sobre todo siglo XIX y comienzos del XX, un cap¨ªtulo que podr¨ªa ser objeto perfectamente de otra muestra de similares caracter¨ªsticas a la actual.

Una colecci¨®n de esta importancia, que se forma en un per¨ªodo de tiempo corto, demuestra, por lo pronto, el decidido entusiasmo empe?ado en la empresa por parte de sus autores, que adem¨¢s, ejemplarmente, no han tenido reparo en declarar sus fondos al amparo de la actual ley del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol y, generosamente, se han brindado asimismo a facilitar su exhibici¨®n p¨²blica, lo que supondr¨¢ una revelaci¨®n para muchos buenos aficionados a la pintura.

Por lo dem¨¢s, el m¨¢s de medio millar de obras que constituye los fondos de esta colecci¨®n podr¨ªan ser, por su calidad, la base de un nada desde?able museo, ya que ¨¦se es el tratamiento que se merece una pinacoteca que cuenta, entre otros artistas, con el Bosco, Morales, el Greco, Ribera, Zurbar¨¢n, Alonso Cano, Carre?o de Miranda, Luis Mel¨¦ndez, Francisco de Goya, etc¨¦tera, por s¨®lo citar, de pasada, los de m¨¢s relumbr¨®n.

Con el seguimiento de la selecci¨®n y el montaje de la exposici¨®n, tal y como ahora cuelga en las paredes del palacio de Villahermosa, se aprecia, no obstante, a¨²n mejor el verdadero calado de la colecci¨®n, pues contemplando efectivamente con orden, espacio tras espacio, la secuencia cronol¨®gica dise?ada al respecto, el visitante comienza con una serie de ocho primitivos, dos con firmas espa?olas tan relevantes como son la de Jacomart y Jaime Huguet, y un an¨®nimo sien¨¦s, cuya dulzura contrasta con la ¨¢spera poes¨ªa de varios maestros hispano-flamencos, toscos, rudos, de incre¨ªbles detalles realistas, pero ya poseedores de esa intensidad que caracterizar¨¢ ulteriormente la peculiar grandeza de la escuela espa?ola.

Tras esta entrada, ya no sorprende tanto lo que viene a continuaci¨®n, aunque sean sus autores Rodrigo Osona el Joven, Pedro de Berruguete, Fernando Gallego, M. Gerung -cuyo Campamento de Holofernes, con toda la minuciosidad y el expresionismo caracter¨ªsticos de estos primitivos alemanes, es cosa de verse muy despacio-, y, claro, el Bosco -una Tentaci¨®n de san Antonio-, que es una joya que muy pocos entre los importantes museos del mundo se pueden vanagloriar de poseer.

Elenco espa?ol

En fin, no podemos hacer un recuento pormenorizado de todo, habiendo piezas interesantes de primitivos flamencos, italianos, alemanes, etc¨¦tera, as¨ª como otras tantas del barroco internac¨ªonal, aunque en este per¨ªodo resplandezca sobremanera lo espa?ol, con un variado elenco de firmas destacadas. El Ribera, en concreto, es de calidad muy relevante, como lo son los Alonso Cano, Carre?o y Zurbar¨¢n, pero ello no nos debe hacer olvidar los Carducho, Antol¨ªnez, Escalante, Miguel Jacinto Mel¨¦ndez, el brioso an¨®nimo madrile?o y, en fin, los bodegones de Juan de Arellano y de Yepes, as¨ª como tampoco, es justo, el par de magn¨ªficos cuadros de animales del gran especialista flamenco Pablo de Vos.El final del recorrido es verdaderamente contundente, formado, como est¨¢, por el excelso tr¨ªo de Luis Mel¨¦ndez, Goya y Vicente L¨®pez. No creo que haya que decir nada sobre la importancia art¨ªstica de los dos primeros, aunque est¨¦n aqu¨ª representados, el primero, por tres de sus caracter¨ªsticos bodegones y un impresionante Autorretrato, y el segundo, por otros cuatro cuadros, dos de tema taurino, una fragua de lo mejor en este estilo de apuntes costumbristas sombr¨ªos y un retrato vistoso, de aparato, del monarca Carlos IV en elegantes azules, con un distinguido toque cortesano a¨²n muy rococ¨®.

Pero los Vicente L¨®pez no se derrumban en tan poderosa compa?¨ªa, pues la Virgen de los Desamparados demuestra un excelente grafismo y no se almibara en exceso, mientras que el retrato es sencillamente excelente, de los que sab¨ªa hacer sin aburrimiento el maestro valenciano.