Ocurrencias
Esta pel¨ªcula se sit¨²a en el polo urbano de esa estrecha, falsa y arbitraria opci¨®n entre cine de boinas y cine de asfalto en que algunos parecen querer meter a todas las posibilidades argumentales con que cuenta hoy el cine espa?ol.El universo urbano y algunos de sus pobladores (en realidad, caricaturas no voluntarias de ellos) es el asunto de este filme, que, pese a caminar sobre un firme liso, tropieza contra. las inesperadas rugosidades de las aceras que quiere y no logra enteramente representar.
La pel¨ªcula tiene un planteamiento poco ortodoxo (lo que est¨¢ bien) y buenas intenciones. Pero tanto aquel planteamiento como estas buenas intenciones se ven demasiado, y en cine, cuando lo que se busca se nota por adelantado, o al prestidigitador se le ven las bocamangas, acaba por no encontrarse nunca. El desgarrado itinerario urbano que quiere ser Demasiado viejo para morir joven se convierte as¨ª en una deshilvanada ficci¨®n sin un cre¨ªble apoyo dram¨¢tico, po¨¦tico ni documental. Y si su atm¨®sfera no es cre¨ªble, otro tanto les ocurre a sus personajes.
Demasiado viejo para morir joven
Direcci¨®n: Isabel Coixet. Int¨¦rpretes: Fernando Guill¨¦n, Gerardo Arenas, Emma Su¨¢rez. Estreno en Madrid: cines Gran V¨ªa, La Vaguada y Minicines
Estos, pese a su pasaporte terrenal, parecen proceder de otro planeta: son abstractos, e incluso abstrusos, pues no est¨¢n enteramente definidos por sus movimientos y por sus conversaciones, que no est¨¢n nunca pasadas por la criba de una dramaturgia medianamente exigente consigo misma, por lo que se dan por buenos di¨¢logos, tipos, actos y situaciones que no pasan de ser esbozos titubeantes de lo que debieran haber sido.
Gui¨®n sin hacer
A Demasiado viejo para morir joven le falta credibilidad en la sucesi¨®n de im¨¢genes, tanto m¨¢s necesaria cuanto m¨¢s diferentes o menos comunes sean las pretensiones de un relato que quiere ser heterodoxo, como ¨¦ste, pero cuyos momentos dram¨¢ticos no est¨¢n apoyados en un crecimiento adecuado, y cuyos momentos de distensi¨®n no son relajantes, pues carecen de gracia. Da la impresi¨®n de que la pel¨ªcula es el desarrollo a bote pronto de una ocurrencia o conjunto de ocurrencias, que no han sido reposadas hasta encontrar un desarrollo bien trenzado de ellas.Una vez m¨¢s, una muestra del cine espa?ol actual se cae v¨ªctima de dar por hecho un gui¨®n en realidad sin hacer, de una apariencia de gui¨®n, que deja inerme a actores y director ante el intento (en realidad imposible) de convertirlo en una pel¨ªcula.
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