?Hasta cu¨¢ndo, Solana... ?
Han elegido a un hombre guapo. Pelo negro de mucha corpulencia, ¨®valo de la cara armonioso, barba cerrada, pero bien afeitada. Una buena presencia y una buena dicci¨®n. Incluso, unos poderes de persuasi¨®n. El mensaje (si recordamos la definici¨®n del Casares, "seducir: cautivar el ¨¢nimo con alg¨²n atractivo f¨ªsico o moral") es que tambi¨¦n la Iglesia tiene s¨ªmbolos seductores. ?Sex symbol? Agnus Dei. No todos los corderos de la grey el Se?or han de ser destinados al sacrificio.El programa aparece de madrugada, pero ?son realmente pardos todos los gatos a esa hora? En la madrugada del mi¨¦rcoles, mientras aguarda la retrasada emisi¨®n de la tertulia La noche, casualmente ese d¨ªa de pol¨ªtica, casualmente centrada esta vez en la discusi¨®n de los medios de comunicaci¨®n, el telespectador ve, por fe o s¨®lo en la esperanza de lo venidero, el breve Testimonio del apuesto padre Santiago Mart¨ªn. Y lo que escucha, como corolario de su evocaci¨®n del segundo Concilio Vaticano, es, m¨¢s o menos con estas mism¨ªsimas palabras, que los partidos pol¨ªticos no cumplen lo que prometen, pero ah¨ª est¨¢ la Iglesia cat¨®lica, que s¨ª puede cumplir y cumple (no especific¨®, eso no, el lugar, la fecha ni la cuant¨ªa).
Estamos en una fase de ruptura de aguas, y no me refiero a las que bajan, a¨²n turbias y arrolladoras, por los puentes de la Gran Huelga. Hay un nuevo directivo en el organismo RTVE y todo el mundo est¨¢ de acuerdo en darle por lo menos el beneficio de la duda. Yo le concedo m¨¢s, porque le pido m¨¢s. La "etapa Mir¨®", a pesar de su alambicado y cruel final, va a ser recordada, y no poco, por un conjunto de gestos y medidas que -dentro de las lamentables limitaciones institucionales impl¨ªcitas en el puesto- fomentaron una imagen m¨¢s din¨¢mica y emprendedora, m¨¢s golfa, menos pacatamente did¨¢ctica del medio. Claro que ni siquiera la intr¨¦pida responsable del Crimen de Cuenca pudo acabar con esa reliquia semanalmente licuada que son los programas religiosos de medianoche.
Luis Solana empezar¨ªa con buen pie y har¨ªa olvidar a muchos su pasado de personaje de "comedia de tel¨¦fonos blancos" si, aprovechando la emisi¨®n en un ente p¨²blico de un mensaje tan peligrosamente antidemocr¨¢tico, tan anticonstitucional y tendencioso, tan sibilinamente oportunista (en momentos de acoso al poder pol¨ªtico por parte de fuerzas legitimadas por el sudor de las frentes y no por la gracia santificante), despidiese, digo, pues le supongo en n¨®mina, al locutor sacerdotal Santiago Mart¨ªn y, de paso, eliminase de la programaci¨®n esa herencia de los d¨ªas en que el martillo de Trento atronaba en los o¨ªdos.
M¨²sica suave
Se dir¨¢ que hoy la m¨²sica celestial es m¨¢s suave, y no todos los programas confesionales tienen la misma belicosidad. Es cierto. A la noche siguiente, pero en la segunda cadena, existe Tiempo de creer, tan meritoriamente ecum¨¦nico, tan ecum¨¦nicamente sopor¨ªfero. Un programa que aun cuando, -como en esta ocasi¨®n, habla de otras religiones (el islam) lo hace con un estilo doctrinario intragable en una sociedad evolucionada y laica.Si se sostiene la interesante teor¨ªa de que las religiones son otro legado m¨¢s, y valioso, de la memoria cultura] de los muchos millones de no creyentes, que se hagan en las televisiones, pero en horas-punta, noticiarios y debates de abierto patrocinio, al igual que con los libros o la pintura. Si la Iglesia cat¨®lica pierde p¨²blico y el aforo de sus templos se queda grande, que el Estado subvencione la celebraci¨®n de las misas, como lo hace con otras representaciones minoritarias del esp¨ªritu. Pero que no se cuelen en horas vergonzantes vergonzosas consignas subliminales pagadas con el dinero de los que a¨²n creemos en las finitas promesas de la tierra.
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