De la chapuza al crimen

"Prefer¨ªamos que no se hiciera nada a que alguien se hiciera un solo rasgu?o. Quer¨ªamos evitar herir a un polic¨ªa, porque ser¨ªa un polic¨ªa gallego". Desde una cama del hospital de Orense, donde se recuperaba de las heridas sufridas al tirarse por una ventana de la comisar¨ªa de polic¨ªa de la ciudad, Ant¨®n Arias Curto, l¨ªder y fundador del Ex¨¦rcito Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe (EGPGC), aseguraba hace unos meses a Diario de Galicia que los terroristas gallegos nunca derramar¨ªan una sola gota de sangre.

Unos d¨ªas antes, el 27 de mayo de 1987, la organizaci¨®n armada hab¨ªa acometido la acci¨®n m¨¢s espectacular de su corta historia: la voladura del chal¨¦ de Manuel Fraga en la localidad coru?esa de Perbes. Hasta entonces nadie le hab¨ªa concedido demasiada importancia.

Las acciones de los guerrilleiros, que se iniciaron en febrero de 1987 con la colocaci¨®n de siete bombas en las principales ciudades gallegas, ten¨ªan siempre un car¨¢cter m¨¢s o menos chapucero. Los objetivos sol¨ªan ser entidades bancarias y comerciales, aunque tambi¨¦n intentaran en varias ocasiones -alguna a plena luz del d¨ªa- volar la estatua ecuestre,de Franco en la plaza de Espa?a de El Ferrol.

El chal¨¦ de Fraga

El atentado contra el chal¨¦ de Fraga encendi¨® la luz roja en los despachos oficiales, sobre todo porque se hab¨ªa cometido horas antes de que los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) asesinasen en La Coru?a al empresario Claudio Sanmart¨ªn. Las autoridades hab¨ªan insinuado siempre que los cabecillas del grupo estaban localizados, y lo cierto es que las Fuerzas de Seguridad del Estado no tuvieron demasiadas complicaciones para encontrarlos: 24 horas despu¨¦s de la destrucci¨®n de la vivienda del pol¨ªtico conservador, la plana mayor del Ex¨¦rcito Guerrilleiro era detenida en varios puntos de la provincia de Orense. Entre ellos figuraba Ant¨®n Arias Curto, considerado cerebro del grupo, preso en la actualidad en la prisi¨®n de Carabanchel.Los representantes gubernativos en Galicia se lanzaron entonces a una carrera de declaraciones triunfalistas con las que trataban de probar que el grupo estaba ya completamente desarticulado.

Cuando el pasado 25 de octubre volvieron a colocar simult¨¢neamente varias bombas en las principales ciudades gallegas, el gobernador civil de La Coru?a, Ram¨®n Berra Pereira, pidi¨® disculpas en nombre de sus antecesores por haber afirmado que el grupo estaba desarticulado. Ayer, Berra Pereira reconoc¨ªa: "Esto es un salto cualitativo que nos ha sorprendido. Pero yo ya lo advert¨ª hace algunos meses, cuando hab¨ªa quien los consideraba unos bohemios so?adores que pon¨ªan bombas como petardos".