El triunfal deb¨² de los ministros
F. M. El pasado 23 de enero, Espa?a inaugur¨® la presidencia de dos Consejos de Ministros de la Comunidad Europea (CE), el de Agricultura y el de Asuntos Generales. El deb¨² de Carlos Romero y de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez fue un ¨¦xito. Desde aquel d¨ªa, al titular de Agricultura hay quien le adjudica el sobrenombre de "el cicl¨®n de Zamora", mientras el responsable de Asuntos Exteriores cosech¨® dos elogios femeninos, los de las secretarias de Estado alemana y brit¨¢nica.
Ese buen principio, que en la superstici¨®n de los gitanos es de mal augurio, ha dado moral al Gobierno.
Los dos ministros protagonizaron la misma an¨¦cdota de iniciar la reuni¨®n pulsando el timbre para imponer silencio, convencidos de que era el conmutador del micr¨®fono.
Al parecer, ese gesto provoc¨® en sus colegas comunitarios una expresi¨®n que ven¨ªa a decir "hay que ver con qu¨¦ humos empiezan ¨¦stos".
Carlos Romero sorprendi¨® incluso a sus defensores. Llev¨® la reuni¨®n de manera impecable. "Paciente con quienes insist¨ªan en sus demandas, conciliador, no era el Romero h¨¢bil en el regate en corto y rocoso en la defensiva, pero poco h¨¢bil en el juego en campo contrario", comenta un diplom¨¢tico.
Aguant¨® impasible las 14 horas ininterrumpidas de reuni¨®n hasta que se logr¨® un acuerdo sobre las ayudas a las rentas de los agricultores, el vacuno, las cuotas de leche y los frutos secos.
Incluso, el ministro realiz¨® las sesiones de "confesionario" bilateral para buscar compromisos dentro de la sala, una t¨¢ctica para mantener la presi¨®n al m¨¢ximo, s¨®lo utilizada anteriormente por un ministro brit¨¢nico de Transportes.
En mangas de camisa, Romero iba diciendo a sus colegas, uno a uno y en un aparte: "?Tu qu¨¦ quieres?", ayudado unas veces por un int¨¦rprete y otras por alguno de sus colaboradores que actuaban de chuchoters (susurradores) para los idiomas. Hab¨ªa preparado de antemano los m¨¢rgenes de maniobra con el nuevo comisario Ray MacSharry, pero llev¨® con tino el ritmo del debate. Si acaso, Romero pec¨® contra el d¨¦cimo mandamiento de la buena presidencia, que recomienda no abusar de la palabra, y ¨¦l utiliz¨® m¨¢s tiempo en resumir que sus colegas en exponer.
El compromiso
Se produjo eso que sucede a veces en las reuniones dif¨ªciles. "Surgi¨® la idea de que pod¨ªa haber acuerdo y cada pa¨ªs busc¨® el compromiso para no quedarse aislado". Todos entraron a negociar, aunque al acuerdo final acabaron oponi¨¦ndose el Reino Unido, Irlanda y Holanda, cuyo ministro ni siquiera hab¨ªa asistido, convencido de que no habr¨ªa consenso. El ministro espa?ol se permiti¨® el segundo d¨ªa alcanzar un compromiso pol¨ªtico sobre las ayudas a la producci¨®n de garbanzos y lentejas, un tema por el que Espa?a llevaba m¨¢s de un a?o peleando sin ¨¦xito.
"Por eficaz",dice un diplom¨¢tico, "su cotizaci¨®n ha subido enteros, aunque muchos seguimos sin entenderlo". Fern¨¢ndez Ord¨®?ez lo tuvo m¨¢s f¨¢cil.
Logr¨® una salida light para el conflicto de las hormonas con Estados Unidos, un compromiso sobre los vicepresidentes de la Comisi¨®n Europea y un acuerdo sobre las ayudas a Chipre y Malta. "Llev¨® el Consejo a u?a de caballo, en plan ejecutivo". En el almuerzo habl¨® en ingl¨¦s y franc¨¦s, y por una vez dej¨® de tener a su lado a Iciar, la int¨¦rprete. Inform¨® a sus colegas del viaje a Oriente Pr¨®ximo y de su entrevista con Edvard Shevardnadze. Tambi¨¦n pidi¨® el apoyo de todos y la colaboraci¨®n para abrir Europa hacia Am¨¦rica Latina. La secretaria de Estado de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Irmgard Adam-Schwaetzer, felicit¨® a Ord¨®?ez por el "empuje" con que comenzaba la presidencia espa?ola, y en parecidos t¨¦rminos se expres¨® la representante brit¨¢nica, Linda Chalker.
"Good start, dijo. Acaso la ¨²nica an¨¦cdota la protagoniz¨® el ministro franc¨¦s Dumas, a quien, cuando rompi¨® a hablar en la lengua de Shakespeare, le hizo un pitido el micr¨®fono, lo que el representante griego aprovech¨® para decir: "Eso te pasa por hablar en ingl¨¦s".
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