?S¨²bdito o vasallo?

Barajas, viernes 27 de enero, 16.30 horas. Altavoz de la sala de embarque: "El vuelo 511, con destino Sevilla, tiene media hora de retraso por razones t¨¦cnicas". El mismo mensaje se repite por tres veces con los siguientes per¨ªodos. A las 11.15 se escucha de nuevo: "El vuelo se retrasa hasta las 19.30 por razones t¨¦cnicas. La compa?¨ªa Iberia desea invitarles a un refrigerio", etc¨¦tera. Sorprendentemente, 15 minutos despu¨¦s del ¨²ltiino anuncio, y cuando muchos no hab¨ªan accedido a la cafeter¨ªa todav¨ªa, se emite un nuevo aviso: "Los viajeros pueden pasar a embarcar". Gran alegr¨ªa, desbordante dicha; los problemas t¨¦cnicos de hora y cuarto se solucionan por arte de birlibirloque en s¨®lo 15 minutos, pens¨¢bamos los sufridos pasajeros. Alg¨²n malicioso insinu¨® con gracia sevillana: "E'to eli que ya'yegao er Guerra".Nos hall¨¢bamos en el avi¨®n y efectivamente aparece el se?or vicepresidente del Gobierno, celeb¨¦rrimo ya por sus notorios vuelos. Pitos, pataleos y susurros entre el gent¨ªo.

A m¨ª, ciudadano, me molest¨® que se vituperara al vicepresidente del Gobierno de mi naci¨®n, y quiero seguir pensando que eran razones t¨¦cnicas lo que retras¨® nuestra salida de Madrid. Por eso, p¨²blicamente, pido, ruego, la confirmaci¨®n de que no nos detuvo nuestro tiempo y dlgnidad la espera del se?or Guerra. Es importante porque quiero saber si soy un ciudadano o un s¨²bdito o vasallo, pues si ello es as¨ª, la pr¨®xima vez no me comportar¨¦ con civilizadas maneras, sino con acanalladas formas de vasallo y con rabia gritar¨¦ contra el due?o de mi tiempo y mi cansancio, el tirano- Ignacio Mar¨ªn Le¨®n.