"Son 35.000 ... d¨®lares"

J. J. N. A. La multitud pasa a su alrededor, pero no se dan cuenta de nada. Embelesados, como si quisieran abarcar todos los ¨¢ngulos y las distancias posibles para admirar el cuadro, ejecutan una peculiar coreograf¨ªa, y cada pocos momentos sus cabezas se unen en un intercambio de intimidades alborozadas. Se trata de una mujer madura de aspecto e indumentaria juveniles y de un hombre ya entrado en a?os vestido de colores muy llamativos. Indiferente a su emoci¨®n privada, el engranaje de contactos, conversacIones, tanteos, confidencias, fr¨ªa negociaci¨®n y transacciones que constituye el n¨²cleo de Arco acaba de ponerse en marcha, pero el ¨²nico horizonte de la pareja es un cuadro de 60 por 80 cent¨ªmetros, sin t¨ªtulo, realizado con t¨¦cnica de collage y firmado por Miquel Barcel¨®.

La extra?a danza y los cuchicheos frente al cuadro se prolongan a¨²n por vanos minutos. Entre sus miradas y la magia de Barcel¨® s¨®lo media la distancia que hay entre la posesi¨®n y el deseo, as¨ª como una formalidad econ¨®mica ineludible. De pronto, la mujer toma la sublime decisi¨®n: se acerca a la mesa de los galeristas norteamericanos -Thomas Segal, de Boston- que exponen el cuadro y pregunta el precio, esperanzada.

La representante de la galer¨ªa dice: "Son 35.000...", y, tras un instante de titubeo, "d¨®lares" (algo m¨¢s de cuatro millones de: pesetas).

La pareja cruza sus miradas y, en un segundo, la distancia entre el deseo y la posesi¨®n se hace un abl?smo. La mujer dice "gracias" con sus ¨²ltimas fuerzas, y ella y el hombre se marchan, casi contritos, sin mirar atr¨¢s.