Jugar con ventaja
LAS CR?TICAS del sector privado hicieron que el Gobierno aplazase el mes pasado la aprobaci¨®n de los planes t¨¦cnicos de radiodifusi¨®n, por los que se pretende dise?ar el mapa de la radio en Espa?a para los pr¨®ximos a?os. Todo parece indicar que los borradores correspondientes -para onda media, frecuencia modulada y emisoras municipales- ser¨¢n estudiados en el Consejo de Ministros de hoy. De acuerdo con el texto del proyecto de real decreto, no habr¨¢ concesiones significativas en onda media, pero se ampliar¨¢ considerablemente el n¨²mero de emisoras de frecuencia modulada. Concretamente, se contempla la concesi¨®n de unas 1.500 nuevas emisoras, de las que un millar ser¨ªan municipales. Actualmente, el n¨²mero de emisoras p¨²blicas de frecuencia modulada es de 256, y el de erri¨ªsoras. privadas, de 383. Tras la aplicaci¨®n del plan habr¨¢ 1.486 emisoras p¨²blicas y 716 privadas. Un incremento de casi el 500% frente a uno del 87%. Esa evidente desproporci¨®n en la distribuci¨®n de un bien que se ha tomado escaso -el espacio radioel¨¦ctrico- fue uno de los motivos de la protesta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Radiodifusi¨®n Privada (AERP), que ya en su d¨ªa hab¨ªa alertado sobre el car¨¢cter dirigista e intervencionista del marco legal, la ley de Ordenaci¨®n de las Telecomunicaciones (LOT), en el que se inscribe el decreto-ley a punto de ser aprobado por el Ejecutivo.La desproporci¨®n resulta tanto m¨¢s sangrante, ya que no s¨®lo va contra la tendencia actualmente dominante en los pa¨ªses desarrollados, sino contra las contrastadas preferencias de los ciudadanos: m¨¢s del 80% de la audiencia actual en FM corresponde a las emisoras privadas, pese a que la potencia instalada de las p¨²blicas es tres veces superior. Esa diferencia se acentuar¨¢ tras la puesta en marcha del plan: 16.400 kilovatios las emisoras p¨²blicas, frente a 4.500 las privadas. Est¨¢ demostrado que el futuro de la radio pasa, en lo esencial, por la FM, por lo que lo que se decide con el real decreto es, nada m¨¢s y nada menos, que el devenir del medio audio en Espafla para los pr¨®ximos 25 a?os.
Por motivos hist¨®ricos particulares, en Espa?a, a diferencia de lo que ocurre en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, una potente radiodifusi¨®n privada ha coexistido desde hace no menos de medio siglo con las cadenas p¨²blicas. Esa tradici¨®n constituye una ventaja comparativa a la hora de garantizar tanto la eficiencia del servicio como el derecho constitucional a la libertad de informaci¨®n. Pero en lugar de aprovechar esa utilidad para buscar un equilibrio, la legislaci¨®n, como en el caso de la televisi¨®n, se orienta m¨¢s bien en sentido contrario: hacia una desproporcionada competencia p¨²blica, doblada, adem¨¢s, por un creciente intervencionismo que cuestiona el modelo vigente. Se entiende que la Administraci¨®n, a trav¨¦s de un plan presentado estrictamente como t¨¦cnico, agudizar¨¢ el control pol¨ªtico de los medios de comunicaci¨®n audiovisuales.
Las ampl¨ªsimas facultades reglamentarias que la LOT atribuye al Gobierno conspiran contra la seguridad jur¨ªdica de los empresarios privados, sometidos a la ley de bronce de las concesiones. Nadie discute la necesidad de una ordenaci¨®n racional de las ondas, a fin de evitar un infierno de se?ales en el dial. Pero la intervenci¨®n estatal deber¨ªa limitarse a los aspectos t¨¦cnicos, sin aprovechar el viaje para introducir todo tipo de cautelas administrativas y plantear una competencia desigual justo en el momento en que la necesaria renovaci¨®n t¨¦cnica del medio exige fuertes inversiones.
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