La URSS cumpli¨® su palabra y se fue de Afganist¨¢n
El teniente general Boris Gromov, jefe de las tropas sovi¨¦ticas en Afganist¨¢n, puso fin simb¨®licamente ayer a una presencia militar de m¨¢s de nueve a?os al llegar a la localidad fronteriza de Termez, tras cruzar el puente sobre el r¨ªo Am¨² Daria, a las 9.55, hora de Mosc¨². Se trataba, efectivamente, de un gesto simb¨®lico, ya que el teniente general, de 45 a?os, hab¨ªa pasado la noche en el hotel de Termez y hab¨ªa regresado de nuevo a Afganist¨¢n de madrugada para poder, cumplir su promesa de ser el ¨²ltimo sovi¨¦tico en regresar de ese pa¨ªs, seg¨²n pudieron averiguar los periodistas occidentales en la frontera entre los dos pa¨ªses.
En un comunicado oficial, una vez concluida la retirada militar, el Gobierno sovi¨¦tico reitera la proposici¨®n de Mosc¨² para el establecimiento de un alto el fuego entre los bandos contendientes "y simult¨¢neamente el fin del env¨ªo de armas a Afganist¨¢n por todos los pa¨ªses, incluyendo la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos". El comunicado atribuye una "especial responsabilidad" a Pakist¨¢n en el desarrollo del conflicto."Hemos cumplido nuestro deber internacionalista", declaraba el general a la agencia Tass. En Mosc¨², el diario Pravda, ¨®rgano del Comit¨¦ Central del PCUS, insist¨ªa en que la retirada de las tropas sovi¨¦ticas de Afganist¨¢n no ha sido un fracaso. Los soldados fueron enviados "para garantizar la seguridad de nuestras fronteras meridionales", aunque se puede "cuestionar c¨®mo la direcci¨®n brezneviana evalu¨® la amenaza militar". En el futuro, se?alaba el peri¨®dico, "las cuestiones de importancia vital, como el empleo de tropas, no deben decidirse en los pasillos secretamente, sin aprobaci¨®n del Parlamento del pa¨ªs".
La URSS no ten¨ªa fines expansionistas en Afganist¨¢n, subraya Pravda. La Uni¨®n Sovi¨¦tica ha prometido continuar su ayuda econ¨®mica al pa¨ªs vecino en adelante. En oto?o ambos Estados firmaron un acuerdo de cooperaci¨®n t¨¦cnica y econ¨®mica hasta el a?o 2000, y el Kremlin ha contribuido con 660 millones de d¨®lares (76.500 millones de pesetas) al fondo especial de las Naciones Unidas para ayudar a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, devastado por la guerra.
Ayuda para la reconstrucci¨®n
[El secretario de Estado norteamericano, James Baker, dijo ayer durante su visita a Madrid, que la URSS debe ayudar a la reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n una vez concluida la retirada militar. "Los pasados 10 a?os de agresi¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n son un cap¨ªtulo tr¨¢gico en la historia de ese pa¨ªs. Creo que es apropiado que pidamos a los sovi¨¦ticos que ayuden a la reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n", a?adi¨® Bakerl. El diario del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, Krasna?a Zvesda, se limitaba ayer a una escueta informaci¨®n sobre la llegada de los internacionalistas a los puestos fronterizos de Termez y Kushka. En otras publicaciones centrales, la informaci¨®n era mucho m¨¢s abundante. En parte se trataba de elogios al teniente general Gromov, nombrado jefe del distrito militar de Kiev. Gromov, un hombre peque?o y metido en canas, cuyo cabello rubio parece no despeinarse jam¨¢s, es natural de Saratov, en el Volga, y se cri¨® con su madre y sus dos hermanos tras perder a su padre en la II Guerra Mundial.
El general ha estado tres veces en Afganist¨¢n, la primera de ellas antes de 1984, seg¨²n las informaciones facilitadas por Tass. Gromov ha estudiado en distintas academias militares, incluida la academia del Estado Mayor. Gromov es h¨¦roe de la URSS por haber dirigido la operaci¨®n de limpieza de la ruta entre las ciudades de Gardez y Jost. El oficial perdi¨® a su mujer en el accidente de un avi¨®n militar en 1985 y es padre de dos hijos. Maxim, uno de ellos, acudi¨® a recibirle ayer a Termez.
Gromov y la pl¨¦yade de altos mandos militares en Afganist¨¢n, tales como el general Alexandr Zajarov, jefe de la secci¨®n pol¨ªtica, y los generales V¨ªctor Barynkin y Lev Serebrov, as¨ª como varios coroneles, eran considerados hombres necesarios en todas las situaciones por Literaturnaia Gazeta. Este semanario se?alaba la fecha de ayer con un relato sobre la matanza de un grupo de civiles afganos, incluidos ni?os, tiroteados por soldados sovi¨¦ticos al deso¨ªr un alto en un control. El art¨ªculo, escrito por Guenadi Bocharov, identificaba al comandante Rudij, condenado a seis a?os de prisi¨®n y amnistiado despu¨¦s, y al soldado Shmakov, que ejecut¨® las ¨®rdenes de Rudij y fue condenado a cinco a?os.
El relato de Literaturnaia Gazeta no era, sin embargo, el primero e n su g¨¦nero. En agosto pasado, la revista Druzba Narodov identific¨® al teniente Valeri Kuzmin, condenado a muerte el 31 de mayo de 1986 en un proceso militar abierto celebrado en Kabul. Literaturnaia Gazeta advert¨ªa contra la idealizaci¨®n de las tropas regulares afganas. "Por cada patriota aut¨¦ntico hab¨ªa un m¨ªnimo de cinco que no lo eran. Gente que no ten¨ªa idea ni de los objetivos ni del por qu¨¦ de los combates. Por eso, a la primera ocasi¨®n hu¨ªan, desertaban. A veces, regimientos enteros. Sobre todo en los ¨²ltimos tiempos". La intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n ha producido 15.000 muertes y 37.000 inv¨¢lidos en las filas del Ej¨¦rcito de la URSS.
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