Crep¨²sculo dorado

"Sal, Bennie, y sorprende a la afici¨®n", debieron de indicarle a Bennie Wallace antes de empezar su concierto en el San Juan Evangelista. Y Bennie sali¨® y sorprendi¨®. Vaya si lo hizo. Imprec¨®, profiri¨® b¨¢rbaros exabruptos, barbot¨® escalas inconcebibles y exhal¨® suspiros voluptuosos. Qu¨¦ genio, qu¨¦ car¨¢cter. No era un saxo tenor lo que ten¨ªa en las manos, era un hurac¨¢n, una aspiradora puesta del rev¨¦s, el secador de pelo del c¨ªclope Polifemo.Y la afici¨®n, que medio llenaba el local, ?c¨®mo estaba? Pues asombrada, desde luego. Un servidor, por lo menos, se qued¨® at¨®nito, boquiabierto, sin decir ni mu o ni p¨ªo, seg¨²n prefieran la met¨¢fora taurina u ornitol¨®gica. Al final, tambi¨¦n estaba uno algo cansado, porque la formaci¨®n de saxo, bajo y bater¨ªa, sin piano, resulta ¨¢rida y exige mucho al oyente.

Los otros componentes de grupo tan espartano no asombraron menos que Bennie Wallace. El alem¨¢n Dieter Ilg, un contrabajo para el recuerdo, acompa?a con prontitud y destreza. Algunos solos los empieza en plan cient¨ªfico, pero pronto entra en vereda y demuestra inspiraci¨®n y coherencia. El bater¨ªa Alvin Queen estuvo soberbio, y lleg¨® a superar al l¨ªder: cuando Wallace se pon¨ªa florido, ¨¦l era todo un jard¨ªn; cuando sal¨ªa disparado, ¨¦l iba diez metros por delante. Adem¨¢s, dio una lecci¨®n de tacto en los temas lentos.

En cuanto al repertorio, se daba ese aire de banda sonora global o hilo musical ininterrumpido que invent¨® el bueno de Lester Bowie. Hay que mencionar entre los temas destacados un It's only a paper moon con ritmo caribeflo; el otro calipso, Saint Expedito, rico y nutritivo como los dulces del citado santo; la fea belleza o bella fealdad del Ugly beauty, de Monk, tema procedente de aquel Underground que ten¨ªa en la portada una vaca, un nazi y una guerrillera simbi¨®tica.

Bennie Wallace tiene sentido del humor de bopper viejo, y coloca las citas m¨¢s exc¨¦ntricas cuando menos se espera: When you wish upon a star; Straight no chaser, en la despedida de Stardust, y sobre todo el Twilight time de los Platters, aquello del crep¨²sculo dorado que cantaron en espa?ol los Cinco Latinos y ahora recuerdan unos j¨®venes modernos.