El incidente con el opositor Fang Lizhi desluci¨® el viaje de Bush a China
BOSCO ESTERUELAS ENVIADO ESPECIAL, La situaci¨®n de los derechos humanos en China es asunto en el que, por el momento, las autoridades no quieren interferencias extranjeras, seg¨²n qued¨® demostrado el domingo por la noche, cuando la polic¨ªa impidi¨® al cient¨ªfico disidente Fang Lizhi asistir al banquete de despedida ofrecido por el presidente de Estados Unidos, George Bush, al cual hab¨ªa invitado a Fang y a su esposa. El suceso ha sido silenciado por la Prensa china, pero la amplia difusi¨®n otorgada por los medios, principalmente norteamericanos, ha servido para estropear el ¨¦xito diplom¨¢tico de la visita de Bush a China.
Bush lament¨® ayer el incidente cuando era despedido en el aeropuerto de Pek¨ªn por el viceprimer ministro chino, Wu Xequian, antes de viajar a Corea del Sur, donde realiz¨® una brev¨ªsima visita de pocas horas. Las fuentes oficiales norteamericanas hab¨ªan eludido hacer comentarios la noche anterior, contribuyendo as¨ª a dar m¨¢s confusi¨®n al suceso.El portavoz de la Casa Blanca, Martin Fitzwater, declar¨® ayer al llegar a Se¨²l que Bush hab¨ªa enviado un telegrama al embajador norteamericano en Pek¨ªn, Winston Lord, para obtener una explicaci¨®n oficial por parte china. En realidad, la ¨²nica explicaci¨®n se halla en la contundente advertencia que el secretario general del Partido Comunista en China, Zhao Ziyang, hizo el d¨ªa anterior a Bush, al se?alar que cualquier injerencia sobre los derechos humanos perjudicar¨¢ las relaciones bilaterales y da?ar¨¢ la estabilidad interna en China.Fang, astrof¨ªsico de 52 a?os, miembro de la Academia de Ciencias de China, que fue expulsado del partido comunista en 1987 por denunciar la corrupci¨®n de algunos dirigentes, declar¨®, ayer en su domicilio a un grupo de periodistas extranjeros que hab¨ªa recibido la invitaci¨®n para asistir a la cena el 20 de febrero.
Temor a represalias
Este incidente revela, a su juicio, la mala situaci¨®n por la que atraviesan actualmente los derechos humanos en China. Fang afirm¨® que no pod¨ªa negar el temor de que este suceso pueda provocar represalias contra ¨¦l, aunque confes¨® sentirse optimista por el futuro de China. "Yo no estoy en contra de la reforma [de Deng Xiaoping], pero necesitamos democracia, no precisamente para convocar elecciones a la manera occidental. He dicho muchas veces que China no es el pa¨ªs adecuado para aplicar un sistema de partidos como el de Estados Unidos o en Occidente. La democracia que queremos es la de libertad de expresi¨®n y de pensamiento", a?adi¨®.
Las escasas seis horas que Bush permaneci¨® ayer en Corea del Sur, ¨²ltima etapa de su gira asi¨¢tica, no estuvieron salpica das de incidentes como tem¨ªan las autoridades despu¨¦s de las numerosas manifestaciones realizadas los ¨²ltimos d¨ªas por estudiantes radicales para protestar por la visita del presidente norteamericano por estimar que supone un respaldo al r¨¦gimen del presidente Roh Tae Woo. Miles de polic¨ªas fueron desplegados en torno a la embajada estadounidense, la Asamblea Nacional y las principales calles de la capital.
Bush dijo ante el Parlamento surcoreano que Estados Unidos no tiene planes inmediatos para retirar sus ¨²ltimos militares en el pa¨ªs, estimados en 40.000 soldados, y que constituyen uno de los principales obst¨¢culos para el progreso de las negociaciones sobre la reconciliaci¨®n de la pen¨ªnsula co reana.
El presidente norteamericano se entrevist¨® con el jefe de Estado surcoreano, Roh Tae Woo, as¨ª como con los l¨ªderes de los tres partidos de la oposici¨®n parlamentaria. Bush elogi¨® el realismo pol¨ªtico que demuestra Woo por la voluntad de llevar adelante las negociaciones de paz con Corea del Norte y apertura hacia los reg¨ªmenes del Este. Advirti¨®, sin embargo, que las relaciones entre Se¨²l y Washington pueden verse seriamente da?adas si Corea del Sur se resiste en no eliminar sus barreras comerciales contra los productos norteamericanos y que est¨¢n desequilibrando gravemente la balanza comercial entre los dos pa¨ªses.
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