Beatriz de Laiglesia Inmersa en el juego y la invenci¨®n
"Mi vida es como una partida de p¨®quer. Pides carta o pasas, te tiras un farol, absorta en la partida, sin importarte si ganas o pierdes". Beatriz de Laiglesia es la comisaria de la exposici¨®n Efem¨¦rides, recorrido gr¨¢fico por los 50 a?os de la agencia Efe, inaugurada ayer en Madrid; hija de ?lvaro de Laiglesia, esposa del diplom¨¢tico M¨¢ximo Cajal. "?Pero va a ser un retrato tan sombreado, con maridos y cargos y trabajos? ?No vale ser como una gota imaginada? Preferir¨ªa que usted me inventara".
"No me gusta ir de comisaria. Lo ¨²nico que quiero, lo ¨²nico que he hecho siempre, ha sido jugar, inventar. Por eso ha sido importante para m¨ª esta exposici¨®n, porque me he divertido, porque durante un a?o he ido creando, con la ilusi¨®n y la profesionalidad de una ne¨®fita"."Es raro lo de estar casada con un diplom¨¢tico. En realidad, un rollo, pero diga raro. La ¨²nica gracia es que viajas a otros pa¨ªses, y all¨ª, donde nadie te conoce, puedes convertirte en otras personas. He estado en Guatemala, Nueva York, Estocolmo. Pero vivir, s¨®lo he vivido en Espa?a".
"Nac¨ª en Madrid el 11 del 11 de- 1949. Fui a un colegio de monjas s¨®lo porque pillaba al lado de casa. La verdad es que pas¨¦ toda mi infancia en internados, en Burgos, Francia Gran Breta?a, mientras mis hermanos ten¨ªan su cuarto de jugar y su ni?era. Hace poco le pregunt¨¦ a mi madre por qu¨¦ y me contest¨®: 'Nena, porque era insoportable vivir contigo'. Es cierto, cuando mis hermanos iban a comerse la sopa, yo de c¨ªa: 'Sabe a hormiga. Y no se la com¨ªan. Siempre ten¨ªa raz¨®n porque hac¨ªa comparaciones iniposibles de comprobar"."Despu¨¦s trabaj¨¦ un poco en la embajada de Arabia Saud¨ª. A mi madre le parec¨ªa elegante. Pero mi gran pasi¨®n siempre ha sido la fotograf¨ªa. Tengo ojo, aunque no t¨¦cnica. Hasta que me cas¨¦ con un hombre, Luis Alberto Salazar, que despu¨¦s fue nombrado con UCD director de la Seguridad del Estado Es horrible. Yo nunca he podido pasar por sospechosa. Con lo que me gusta inventarme papeles, y el de sospechosa nunca me ha salido. Siempre me dejan pasar a los sitios sin preguntarme qui¨¦n soy".
"Tuvimos dos hijos: Ignacio y Gonzalo. Pero ¨¦ramos los dos demasiado peque?os para llevar vida de mayores. Entonces encontr¨¦ a M¨¢ximo, que representaba toda esa vida de los adultos. Porque vest¨ªa rar¨ªsimo, hablaba rar¨ªsimo, se lo toma todo en serio, se preocupa por su carrera, es ahorrador, tiene los pies en el suelo. Siempre me ha re?ido cuando en las tarjetas de los aeropuertos, en la casilla de profesi¨®n, yo pon¨ªa f¨ªsico nuclear o astrof¨ªslico".
"Pero es que esta vida no es seria. No merece la pena m¨¢s que jugar con ella. No s¨¦, tampoco s¨¦ explicarlo, es cuesti¨®n de cabeza. Por ejemplo, para estar con mi padre o con mis amigos me basta con dibujar una rayita, alargarla y retorcerla, e imagin¨¢rmelos. Nunca hay drama, todo es un juego. Me resulta tan f¨¢cil no crecer...".
"Apenas he imaginado esta vez. Al principio, cuando le he visto, pens¨¦, sin embargo, contar historias fant¨¢sticas, que hab¨ªa trabajado como conservadora de un jard¨ªn bot¨¢nico franc¨¦s. Nunca s¨¦ c¨®mo es la vida. Hay que escaparse continuamente. No estoy loca ni quiero hacerme la graciosa. La verdad es que no s¨¦ c¨®mo contarlo. Es como m¨¢gico".
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