Carlos Hank Gonz¨¢lez
Profesor de educaci¨®n primaria, funcionario estatal, ex alcalde de la ciudad m¨¢s poblada del mundo, actual ministro de Turismo y miembro desde muy joven del gobernante Partido Revoucionario Institucional (PRI), este mexicano de 62 a?os es uno de los hombres clave del nuevo r¨¦gimen del presidente Carlos Salinas de Gortari. Estuvo la semana pasada en Espa?a para, seg¨²n explica, "aprender del turismo espa?ol e invitar a sus empresarios a que inviertan en M¨¦xico"
.No le fue mal, asegura Carlos Hank, quien se confiesa un aprendiz en turismo. Junto a un s¨¦quito, de empresarios e industriales del turismo mexicano, recorri¨® las islas Canarias y las Baleares, se entrevist¨® con el rey Juan Carlos, con el ministro Jos¨¦ Barrionuevo y con m¨²ltiples personalidades orientadas a esta actividad."El turismo", dice Carlos Hank, "es la industria de la paz y la amistad", por lo que cree que los mexicanos est¨¢n m¨¢s que preparados para hacer de este sector un elemento vital en la reconstrucci¨®n econ¨®mica de su pa¨ªs. "Pese a la leyenda negra que se nos ha creado de corrupci¨®n e indolencia", afirma, "los mexicanos, como lo saben los miles de espa?oles que han vivido o visitado nuestro pa¨ªs, somos un pueblo amistoso, trabajador y muy abierto". Unas cualidades que Hank concentra en su sonrisa amplia y su aplicaci¨®n a una tarea que comenz¨® a desarrollar hace pocos meses, cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari le llam¨® a su Gabinete.Amigo del padre del actual presidente, Hank dice no sentirse inc¨®modo al trabajar con un jefe 22 a?os menor que ¨¦l. "Es un hombre brillante, bien preparado y cordial. Nuestras relaciones son muy amistosas. Yo le conoc¨ª muy joven y desde entonces hemos tenido una estrecha amistad", afirma.Poseedor de numerosas medallas y condecoraciones de (Gobiernos latinoamericanos y europeos, recuerda especialrnente la Gran Cruz de Isabel la Cat¨®lica, que le otorg¨® el rey Juan Carlos tras una serie de contactos entre Madrid y Ciudad de M¨¦xico, en la ¨¦poca en que Hank gobernaba esa megal¨®polis. "Siento una gran cercan¨ªa con Madrid", cuenta. "Recuerdo como un momento muy emocionante una tarde de 1979 en que me correspondi¨® regalar a Madrid una escultura de mi compatriota Miguel Hidalgo, que ahora est¨¢ en el parque del Oeste. En la ¨¦poca en que Tierno Galv¨¢n era alcalde de Madrid, y yo de Ciudad de M¨¦xico, ambas ciudades nos hermanamos y se levant¨® en Ciudad de M¨¦xico una r¨¦plica exacta de la fuente de Cibeles".Alto, casi como un jugador de baloncesto, relajado y exqu¨ªsitamente cordial, la imagen de Carlos Hank dificilmente puede evocar una infancia dura. Sin embargo, naci¨® en una familia humilde de la provincia y perdi¨® a su padre muy ni?o. Tuvo que aprender desde peque?o a trabajar y estudiar simult¨¢neamente y, como tantos chavales de su pa¨ªs, se afili¨® siendo un adolescente al PRI, partido en el que pas¨® por todos los cargos, desde militante de base hasta miembro de la ejecutiva.
Ahora, casado con una hermosa mujer y rodeado de sus hijos, Carlos Hank se prepara a cumplir uno de sus sue?os: llenar su pa¨ªs de visitantes que permitan acercar su pueblo y su cultura al conocimiento de todo el mundo.
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