El exceso de consultas hace prever una alta abstenci¨®n en las municipales francesas
Treinta y ocho millones de franceses est¨¢n llamados hoy a las urnas para renovar por seis a?os los 36.736 ayuntamientos de la metr¨®poli y de los departamentos de ultramar. Las elecciones municipales, la quinta consulta que se realiza en Francia en menos de un a?o, se celebran por el m¨¦todo de dos vueltas mediante un sistema proporcional corregido con elementos del mayoritario. El cansancio electoral y una campa?a desapasionada, centrada en los problemas locales, sin ning¨²n debate de alcance nacional, hacen prever una alta abstenci¨®n.
La divisi¨®n de la izquierda, la uni¨®n de la derecha y los duelos de Marsella y Ly¨®n son los aspectos m¨¢s destacados de la consulta. Pese al acuerdo firmado por el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista Franc¨¦s (PCF), la izquierda se enfrenta entre s¨ª en 154 ciudades mayores de 20.000 habitantes (un 40%), algo m¨¢s de un centenar de ellas en poder de la derecha. La oposici¨®n, por el contrario, ha conseguido, por primera vez desde 1973, concurrir con listas conjuntas en un 95% de las localidades mayores de 30.000 habitantes.La campa?a electoral, que termin¨® el viernes a medianoche, no ha traspasado el ¨¢mbito local, pese a las pretensiones iniciales de? l¨ªder de la Asamblea por la Rep¨²blica (RPR), Jacques Chirac. No parece que los ciudadanos acudan a las urnas para depositar un voto de castigo al Gobierno, tradicional funci¨®n hasta ahora de estas elecciones intermedias. Seg¨²n un sondeo del instituto Sofres, s¨®lo el 35% de los consultados desea expresar con su sufragio su descontento, frente a un 51% en 1983, a?o en que se celebraron las anteriores elecciones municipales. En 1977, sin embargo, las elecciones locales representaron un reforzamiento de la izquierda durante la presidencia de Val¨¦ry Giscard d'Estaing, y en 1983 se produjo un giro a la derecha a los dos a?os del primer mandato del presidente Fran?ois Mitterrand.
Otra de las caracter¨ªsticas diferenciales de estas elecciones es la difuminaci¨®n de las fronteras entre los partidos, ya que se presentan m¨¢s listas que nunca durante la V Rep¨²blica. La divisi¨®n en el interior de las fuerzas pol¨ªticas acent¨²a la p¨¦rdida de poder de los partidos. Marsella es el paradigma de la divisi¨®n socialista, con el enfrentamiento entre el candidato oficial, Michel Pezet, y el alcalde saliente, Robert Vigouroux, expulsado del PS.
Par¨ªs, para Chirac
Ly¨®n, la mayor ciudad donde la derecha presenta m¨¢s de una lista, es tambi¨¦n un ejemplo de la preeminencia de los candidatos alejados del aparato de los partidos. Michel Noir, primero de la lista del RPR, ha hecho una campa?a en la que ha olvidado a la formaci¨®n en la que milita para intentar arrebatar el Ayuntamiento al actual alcalde, Francisque Collomb, de la Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF). Los alcaldes comunistas de Le Mans y Orly encabezan asimismo listas propias tras ser excluidos del PCF, cuyo objetivo es mantener sus feudos y recuperar algunas ciudades en la regi¨®n de Par¨ªs y en el Sureste.
Tras el giro a la derecha de 1983, cuando la izquierda perdi¨® 30 grandes ciudades, el PS aspira ahora a volver a gobernar en Nantes, Brest o Arles y a desplazar al PCF del Ayuntamiento de Amiens. En Par¨ªs, donde est¨¢ cantada la reelecci¨®n de Chirac, los socialistas s¨®lo conf¨ªan en ganar como m¨¢ximo cuatro de los 20 distritos. Dos ciudades, Auxerre y Metz, constituyen la prueba de la apertura pol¨ªtica del primer ministro, Michel Rocard, puesto que en ellas los socialistas figuran en las listas de alcaldes, y a la vez ministros, centristas.
El RPR, por su parte, espera compensar con su victoria en Ly¨®n la p¨¦rdida de algunas de las ciudades ganadas en 1983, que probablemente caer¨¢n del lado del PS. La derecha conf¨ªa tambi¨¦n en que el debilitamiento del Frente Nacional (FN), de Jean-Marie Le Pen, le permita mantener sus posiciones. No obstante, la dosis de proporcionalidad del sistema electoral favorece al FN, barrido en las ¨²ltimas legislativas por el escrutinio mayoritario.
El sistema electoral es distinto para las localidades menores de 3.500 habitantes y para las mayores de esta cifra. En las primeras, el escrutinio es mayoritario, con algunas diferencias entre las de menos de 2.500 y las que cuentan entre 2.500 y 3.500 habitantes. En las mayores de 3.500 rige desde 1982 el sistema proporcional con correcci¨®n mayoritaria a dos vueltas. En la primera, la lista que obtiene la mayor¨ªa absoluta consigue la mitad de los concejales y el resto se reparte proporcionalmente entre las candidaturas que han superado el 5%, incluida la ganadora. En la segunda vuelta, a la que s¨®lo pueden concurrir las listas que han alcanzado el 10%, se aplica la misma regla.
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