Estupidez matinal
Acaba de inaugurarse Canal Sur, con copetines, plumas, confetis y dem¨¢s alharacas de la far¨¢ndula. Pocos espa?oles saben que lo que se celebraba esa noche era el nacimiento de otra poderos¨ªsima m¨¢quina de matar. Aumentar la oferta audiovisual sin contratar sus productos con la industria audiovisual propia es llevar el cine al foso.Curiosa pol¨ªtica la de nuestros nacionalismos perif¨¦ricos. Creen que la identidad audiovisual consiste en dotarse de una televisi¨®n propia. Lo que emita esa televisi¨®n no importa. As¨ª, para defenderse de la "colonizaci¨®n espa?ola" o sea, del Hill Street, Euskal Telebista emite Jeremiah Johnson; TV-3, Jesse James, y Televisi¨®n Galega, Lilith. Dobladas, claro. Porque si las emitiesen en versi¨®n original se descubrir¨ªa la trampa. A saber: que si hay colonizaci¨®n, los primeros colonizados son los espa?oles, y que todo el montaje levantado para defenderse de la supuesta agresi¨®n es pura filfa.
Entre tanto, productores, directores, actores y t¨¦cnicos de cine contemplamos impotentes c¨®mo esas ofertas audiovisuales for¨¢neas matan la ¨²nica industria con la que sabemos o podemos hacer cultura propia.
Ese asesinato car¨ªsimo, exorbitante, pagado a peso de oro por el contribuyente, esa muerte solitaria y dura, que si fuese la de un caballo habr¨ªa propiciado ya un tiro misericordioso, se celebra en esta patria ignara, entre champa?a y lentejuelas. Porque ni siquiera morimos consolados por la gravedad de un Brahms o la delicadeza de un Faur¨¦. Para el hatajo de titiriteros que se piensa que somos, con Julio Iglesias hay bastante.- Jos¨¦ A. Zorrilla.
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